Corazón de arena

58 - Ella

Esa mañana me despierto cansada, pero con un ánimo diferente. A pesar de llegar cinco minutos tarde y que Igor me lo remarque para molestarme, logro sonreír y seguir de buen humor.

—¿Estás bien? —me pregunta mientras limpio las mesas.

—Si. ¿Por?

—Te he dicho que ya he limpiado esa mesa y las de allá —me dice señalando hacia su izquierda. Parece que no oyes.

Lo cierto es que tenía la mente inundada de los recuerdos de la noche anterior. Quizás no sea muy bueno que todo eso se interponga en mi día. Pero se siente tan bien que no quiero huir de ello.

Antes de abrir, reviso mi celular a ver si me ha contestado. No hay nada.

A mitad de mañana vuelvo a mirar y su respuesta ya está ahí.

“Espero que puedas perdonarme…”

Sonrío.

“Tendré que pensarlo”

Guardo el celular en el bolsillo y cuando levanto la vista, Igor me observa serio.

—Mesa cinco.

Intento no darle importancia y sigo con mi trabajo. Hasta que siento vibrar el celular.

La intriga crece. No se por qué le he puesto vibración cuando siempre vive en silencio, pero fue más fuerte que yo.

Llevo el pedido y miro el celular.

“Debo hablar contigo, tengo una buena noticia.”

La intriga crece.

“Dime”

Sigo atendiendo y vuelve a vibrar.

Intento llevar la bandeja lo más rápido que puedo, entonces se cae. Toda la comida toca el suelo, las tazas se rompen y el líquido lo empapa todo.

Definitivamente, el efecto que está causando en mí no es muy bueno.




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