***
Sasha
Sin duda la noche de la fiesta fue lo mejor que pudo haberme pasado en estos años después de haber pasado un tormento dentro del reclusorio teniendo una desesperación y preocupación por haberle fallado a Deborah debido a que, hice una promesa el día de su desaparición.
Pero, no puedo sentarme a esperar que aparezca su cuerpo en las calles de la ciudad o inclusive en el extranjero salga una noticia de un feminicidio por el crimen organizado, así que, termino levantándome de aquella cama sintiendo los efectos colaterales de las bebidas alcohólicas.
Agotado camino hacia el baño y miro mi reflejo a través del espejo. Hace tiempo que no veía mi apariencia física sin maquillaje y las ropas femeninas que había olvidado cómo soy en realidad.
Aquel chico del reflejo vive escondido de la sociedad por miedo a ser rechazado en esta segunda oportunidad que le dio el destino y no deseo repetir la misma historia del pasado donde era golpeado en las calles.
Solté una risa en recordar las palabras de papá afirmando que jamás llegaría tan lejos en esta vida al no tener una estrella en la frente, lo cual es cierto.
Todo lo sucedido es consecuencia de no haber nacido con esa estrella tan brillante como toda persona exitosa.
Decido abrir la llave de la ducha para despejar la mente y concentrarme en mi objetivo, no puedo detenerme a sollozar por el pasado que he ido superando poco a poco con el pasar de los días.
Una vez en la ducha, recuerdo la información entregada por Fanny, la cual revise después de la fiesta dado que, no podía conciliar el sueño pensando sin parar cada segundo que pasaba.
La joven descubrió mediante su contacto varios puntos claves que no he considerado en la investigación sobre de Deborah, y es increíble que no anoté ese pequeño detalle en la pizarra.
Deborah partió con Marcos a Nueva York para abordar un vuelo destinado a Europa, por lo que, fue enviada con otro sujeto encargado de finalizar el tráfico, ¿Por qué aceptó irse voluntariamente? Quisiera entender el motivo su actitud en ese momento, pero a lo mejor tiene un plan en mente.
Había olvidado cómo son las duchas en casa sin la necesidad de cuidarte las espaldas sabiendo que en cualquier segundo una reclusa pueda atentar contra tus derechos.
—Sasha, te traje el desayuno —gritó Fanny
Cierro la llave de la ducha y tomé una toalla para secar mi cuerpo húmedo, posteriormente vestí una bata para atender a Fanny. Camino por todo el pasillo hasta abrir la puerta de madera y me encuentro con mi amiga, mientras sostenía una bolsa de papel.
—Llegue en mal momento —se disculpa Fanny
No sentía vergüenza en que me viera luciendo una bata femenina porque en el reclusorio aprendí a no avergonzarme de mi físico e ido aceptando poco a poco, aunque la sociedad no aporta nada.
—No, pasa —dije
Fanny entró al apartamento teniendo un sonrojo por encontrarme casi desnudo. A mi no me importaba ese hecho.
—Prepara la mesa, mientras me pongo ropa — dije
Fanny acató con nerviosismo.
Recordé mis días en el reclusorio donde me daba miedo estar desnudo en los vestidores porque me preocupaba ser abusado o golpeado cuando se dieran cuenta que soy hombre con rasgos femeninos, sin embargo, las amistades que hice me apoyaron en aquellos momentos de cambio.
Jamás olvidaré esa experiencia que me ha dejado marcado.
Usó un conjunto deportivo para no tardar demasiado en elegir una prenda femenina y maquillarme, además Fanny no tiene ningún problema en aceptar la apariencia que escondía ante la sociedad.
La sociedad solo se dedica a dar sus opiniones negativamente sin tomar en cuenta los sentimientos de las personas que afectan volviendo nuestra alternativa adaptarnos a las miradas y susurros dados a escondidas. Es difícil ser un muchacho con este padecimiento siendo homosexual porque recibió rechazos y negación a las oportunidad que pueden mejorar mi vida.
El mundo cambiaría cuando cada persona ponga su granito de arena para modificar paulatinamente los pensamientos medievales de las personas.
—¿Leiste el informe? —preguntó Fanny, mientras me hacía entrega de un sándwich de jamón con tocino.
—Me niego a creer que Deborah se fuera voluntariamente —me queje
Fanny dio un mordisco a su sándwich y posó su mirada hacia mí.
—Las mujeres que viajaron con Salazar mostraban la misma actitud antes de desaparecer —replicó Fanny
Marcos Salazar se dedicaba a engañar a jovencitas de una edad promedio dándoles falsas ilusiones de que mejorarán su calidad de vida, pero Deborah no cayó en su juego conociendo sus verdaderas intenciones y puedo afirmarlo con seguridad sabiendo que Deborah habló de aquel hombre con temor por las propuestas que recibía.
—¿Por qué crees que acceden fácilmente? —pregunté—. Creo que Marcos debió de ofrecerles algo a cambio para facilitar el traslado a Europa.
Fanny negó.