Corazón Mentiroso

Capítulo 6

***

Sasha

Sigo impactado en que Derek continúa creyendo que soy una joven de veinticinco años teniendo problemas legales por el trabajo turbio que realizaba desde que llegué a esta ciudad olvidada de la ayuda económica hacia la parte de la población en situación de pobreza; debería decirle la verdad al Señor Ashford porque comienzo a pensar que va a tener sentimientos hacía mí por la reacción que tuvo cuando hice la pregunta incómoda.

No quiero imaginarme a un hetero enamorado de mí sería la historia de Santiago invertida. 

Un escalofrío recorre mi cuerpo en solo pensarlo. 

Salgó de la cafetería con cautela sabiendo que un pervertido ronda la zona en busca de una víctima, afortunadamente Derek me salvó de las garras de aquel hombre acosador porque no podría sacar mi arma que cargo para defenderme por temor a tener otro cargo penal en la lista.

Preguntarle a mi abogado sobre la audiencia con el juez se basó en determinar el tiempo que tengo para hallar a Deborah antes de volver a ese lugar horrible. Sé que Derek hará su mejor esfuerzo, pero el detective Heredia moverá todas las piezas a su favor, así que prefiero creer en mi regreso.

Fanny se enojara conmigo cuando le diga que voy a perder tres meses buscando a Déborah en vez de buscar un objetivo de superación personal. Entiendo que desperdició días en una idea alocada que tengo en la cabeza, pero no puedo estar tranquilo hasta que tenga una novedad que afirma mi teoría.

Cabizbajo recorrí la calle que conecta al edificio del apartamento donde vivó. A lo lejos visualizó a una joven con las características físicas— cabello pelirrojo y estatura baja—,parecidas a la mujer que fue víctima de Salazar. 

Debe ser Emma Cortés continuó su seguimiento hasta una parada de autobuses será complicado entablar una conversación preguntándole acerca de Salazar dado que, creerá que soy un acosador.

—Ana, no puedo visitarme. Mamá me ha estado controlando desde que mi primo salió del closet porque ahora piensa que soy encubridora —se quejó una pelirroja

Esta mujer va a joderme el recorrido en el autobús, aunque el chisme no puedo dejarlo pasar y la curiosidad de conocer su experiencia con Marcos.

—No. Ya no habló con Sebastián —se quejó la pelirroja

Ese Sebastián debe ser muy popular entre los mexicanos para ser mencionado bastantes veces. De todos modos, no pienso entretenerme a hablar sobre un joven que ni conozco en persona  para evitar crear una falsa imagen y difamar.

Hago una mueca cuando subo al transporte público, ¿Cómo pueden subir a demasiada gente? Las personas a bordo parecen ganado por el trato recibido ya que, van apretadas y hasta saliendo de la puerta, además esto ocasiona que algunos delincuentes abusan para abrir bolsos o manosear a las jovencitas que usan faldas o vestidos.

Sacó un billete para pagar mi pasaje a un destino desconocido ya que, Emma me guiara sin saberlo. Quisiera tener la confianza suficiente y romper el hielo entre los dos, pero creerá que soy un pervertido vestido de mujer.

—Disculpe, no me regreso el cambio —me quejé

El chofer me ignoro. Normalmente esto es común que pasé cuando el chofer se encuentra cansado por una larga jornada laboral, así que, sin decir nada mas intento pasar entre la multitud que hay a bordo, mientras me sostengo en el barandal ubicado en el techo del camión.

—Señorita, tenga mas cuidado —se quejó un pasajero

Hice una sonrisa nerviosa y continúo mezclando entre la gente hasta que halló a Emma parada, mientras conversa vía telefónica con una tal Ana; su plática es bastante común chisme referentes a la crítica de vestimenta de las chicas universitarias y quejas de los profesores nada fuera de lo común.

La pelirroja finalizó su llamada y guardó el dispositivo en su bolso dejando caer su cartera color negro, esta es mi oportunidad de sacarle una plática corta sin levantar sospechas porque probablemente debe tener miedo a un reencuentro con Salazar sabiendo el daño hecho.

—Muchacha, su cartera se ha caído —dije

Emma hizo un ademán.

—Gracias por decirme, mi madre me asesinara literalmente si vuelvo a perderla —dijo la joven, apenada

—Ten cuidado porque las personas dejaron de ser honestas y terminan quedándose con las pertenencias de otros.

—Me gusta el vestido que usas, ¿dónde lo compraste?

Aquí, es el momento apropiado para mencionar que tengo un sugar daddy encargado de dar pequeños lujos.

—Fue un regalo de mi novio —mentí

Obviamente fue un regalo de Jonathan. Mi exnovio solía regalarme prendas femeninas para aumentar el guardarropa que tengo a fin de hacerme sentirme cómodo cuando saliera a las calles, y recuerdo que la excusa perfecta para usar la tarjea de sus padres era decir: son un regalo para Jeannette Curie.

No lo dejes ir porque es difícil encontrar un hombre que solvente nuestros gastos de esa manera —dijo Emma

Nada mal el interés demostrado por Emma en el poder adquisitivo de un hombre; por esa misma razón tuvo el incidente con Salazar al buscar su beneficio y comodidad a temprana edad, pero no voy a juzgarla porque cada quien tiene sus ideales y decisión que tomar.




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