Capítulo 22

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Sasha

Puedo quitarme una inquietud. Confió en el señor Ashford ciegamente porque he escuchado buenos comentarios acerca del trabajo que desempeña en los juzgados y la manera en que defiende a sus clientes; sé que está haciendo un esfuerzo en averiguar todo lo sucedido en esa noche, pero me preocupa que pueda ocurrirle una tragedia.

Tengo el presentimiento que Felipe estuvo involucrado en el asesinato de Carlos por su forma de actuar conmigo y escapo cuando fui detenido por la policía. Entiendo que no debo desconfiar de las personas, pero sus intenciones pueden cambiar con el pasar de los días.

—¿No te sentías incómodo en el despecho de los Ashford? —cuestionó Santiago

Escapó de los pensamientos y me concentro en la conversación con mi amigo. Después de haber visitado a Derek decidimos pasar a una cafetería para relajarnos del estrés que domina nuestras vidas, cada uno tiene sus problemas personales que nos llegan a atormentar en el momentos menos oportuno.

—¿Por qué debería? —pregunté

Santiago bebió un poco de su café.

—Todas las miradas masculinas se dirigen hacia tí —replicó

Los hombres tienen una mente perturbada e imaginan fantasías sexuales cuando ven a una chica cómo yo caminar cercas de ellos. Nunca pedí ser un centro de atención hacia ellos sino prefiero pasar desapercibido en los momentos correctos, aunque admito que me gusta toda la atención dirigida hacia mí.

—Ah eso, no te preocupes —dije—. Se ha vuelto una costumbre ser acosado por los hombres que continúan creyendo que soy una mujer. Es divertido ver cómo se esfuerzan por ligarte, además ambos estamos en la misma situación.

Santiago revisó su celular en vista que recibió una alerta de notificación. No me incomoda ese hecho porque Julia está pasando por una enfermedad terminal y en ciertos momentos requiere apoyo de Santiago para ciertas actividades.

—Disculpa, solo era Instagram —dijo—. No somos tan parecidos, a tí te gusta la mala vida y a mi no.

Solté una carcajada.

Admito que me gusta correr riesgos en cualquier momento y no lo dudo. En cambio, Santiago busca tener tranquilidad en su vida y una conexión romántica con un muchacho que cumpla adecuadamente el perfil que tanto busca en una relación, pero eso no es la respuesta a la pregunta hecha.

—Bobo, me refería a que somos perseguidos por personas indeseadas —aseguré—. Eres perseguido por las chicas y yo por chicos heterosexuales.

—Bastante cierto —replicó

—Tal vez, sea motivo de que tu crush no te corresponda —comenté—. Cree que eres heterosexual tienes la apariencia, pero eres todo lo contrario.

Santiago y yo engañamos a la sociedad cuando nuestra apariencia. Nadie creería que soy un muchacho vestido de mujer, mientras Santiago aparentaba ser un hombre heterosexual por su forma de vestir, no todos los gays somos afeminados sino mostramos nuestra masculinidad ante todo.

En mi caso son obvias las razones por las que mantengo una farsa y engaño cruelmente a los hombres heterosexuales con mi apariencia. Con la condición que padezco es complicado encontrar una relación seria porque nadie quiere lidiar con este tipo de problemas.

—Carter, no es el problema —argumentó, y bebe otro trago de café—. Él tiene miedo de dañarme porque asegura ser tóxico y se conformaba con mi amistad. 

Ser tóxico es una tendencia actual entre las relaciones sentimentales, amistad y familiares. Cualquier persona que muestre rasgos de una personalidad que afectará a los demás es considerada tóxica, esto ha ocasionado que varias personas se alejen de las personas que amaban por su bienestar emocional.

Admiro la decisión del crush de Santiago en alejarse para no provocar problemas a futuro donde se diera una herida que no logrará sanar por cualquier motivo. Ojala sea un “castigo” con la idea de que Santiago disminuyera su amor hacia esa persona que todavía no me agrada mucho en lo absoluto y no puedo emitir una crítica porque en realidad desconocía su personalidad.

—Debes sentirte afortunado, no estás sufrimiento por amor —dije

—¿Cómo tú? —cuestionó Santiago—. Noches atrás te escuche sollozando en la habitación por haber roto con Jonathan Ross, ¿todavía lo amas?

Maldito, Santiago distrayendo la conversación a otro punto que no deseo pensar. Hablar sobre Jonathan me provoca un dolor al recordar que decidí dejarlo ir y enviarlo con la persona que tanto amaba él; todavía me arrepiento de la decisión elegida porque en mis días de descanso pienso en que si estuviera a mi lado no estaría pasando por el infierno que vivo diariamente.

—¿Por qué me espías? Me parece una falta de respeto —me queje

—Nuestros departamentos están conectados —aseguró—, aunque esté en el piso siguiente puedo escuchar ligeramente tus ruidos al igual tú puedes saber los míos.

Eso explica muchos detalles que no comprenderé de la vida de Santiago. Y evito tener imágenes en mi cabeza sobre lo que pasa arriba porque anteriormente escuchaba movimientos extraños en una habitación.

—Entiendo.

Termino de beber el jugo verde que he pedido. Tener una dieta ligera se volvió un hábito después de sufrir sobrepeso en la infancia y estar a punto de tener problemas de salud por la ingesta excesiva de comida debido a que, buscaba ahogar mis problemas personales en la comida siendo un escapé.