Corazón Mentiroso

Capítulo 34

***

Derek

El haber conseguido una ubicación de su paradero no garantiza que pueda viajar a España a temprana hora debo cubrir las responsabilidades en el despacho Ashford para aparentar que no tengo conocimiento de la noticia que me ha dado Sebastián. Siento una culpa por haberlo insultado de esa manera, después de todo él solo cumplía con su trabajo arriesgado y el abrirme los ojos fue una tarea complicada al caer en una negación.

Intentó localizarlo para pedirle disculpas, pero no atiende el teléfono. Hice varios intentos hasta que una mujer respondió la llamada afirmando que Sebastián tuvo un accidente después de hacer un reportaje, ahí pude comprender la gravedad de la situación que hay en casa, no puedo dar un paso hacía atrás sino debo continuar hacia adelante ignorando las decisiones de los Ashford e involucrados.

Le envié un arreglo floral a Sebastián lamentando lo ocurrido y me hice responsable de los gastos del hospital porque fue mi culpa el accidente que tuvo. Pensé en visitarlo, pero recordé que nadie debe saber nuestra conversación a fondo, teníamos suficientes problemas para lidiar con uno nuevo.

Regreso a casa después de rociar una botella entera de whisky sobre mi ropa y fumar varios cigarrillos creando una apariencia que estuve de fiesta toda la noche justificando la ausencia tenida, aunque en realidad estuve en una habitación descifrando un caso que puede liberarme de las ataduras.

 —Te miras un desastre, y más con tu ropa gay  —expresó Rachel

Dedicó una mirada de pocos amigos. Sin decir nada me dirijo a mi habitación fue sencillo engañar a la profesora de tormentos y mentiras, ahora es mi turno de jugar sucio, ya nadie podrá manipularme.

Me encierro en el dormitorio y suelto una bocada de aire. Debo hallar una excusa perfecta para viajar a España, no puedo salir de casa por días en medio desastre sin dar un motivo lógico, debe haber una manera en que pueda partir sin pensarlo preparó una maleta ligera para estar aproximadamente dos días porque no puedo quedarme una semana mi padre sospechara.

Escapó de las teorías que formula mi cabeza para escuchar el timbre del móvil, temblorosamente lo reviso y es un número de Madrid, posiblemente sea la ayuda que necesito para salir de aquí lo antes posible.

 —¿Sí?  —pregunté 

Quedé congelado. Estoy recibiendo una llamada de Jonathan Ross, la persona que me ayudará a tener un pretexto de escape.

 —Te escuchó  —comenté—. Nunca me has invitado a un cumpleaños tuyo, y al parecer creo que ha pasado. Entiendo, una fiesta de inauguración, pero ¿Por qué yo? Con qué necesitas un abogado, está bien. En cuanto encuentre un vuelo directo voy para allá.

Finaliza la llamada. 

Jonathan y yo no somos buenos amigos porque siempre nuestras opiniones son un impedimento para llevarnos bien, además Jonathan pensaba que tenía sentimientos hacia Sebastián por la manera en que conversamos en una fiesta antes de su partida a España. Nunca me interesó robarle a su novio sino todo lo contrario quería advertirle que estaba a su lado si llegara a necesitar ayuda legal, después de todo Jonathan no aparenta lo que afirma ser ante la sociedad.

Prendo la computadora, mientras ingresa la página web me dedico a cambiarme de atuendo  —uso unos jeans, un suéter y unos deportivos—, una vestimenta básica en el armario. Compró un pasaje de avión a Madrid para asistir a la inauguración de la cervecería de Jonathan, lo cual es extraño pudo haber pedido el favor a su amigo nortemaricano, pero hay un punto que me ha llamado la atención. 

En la llamada logre escuchar voces femeninas debatiendo la cena y entre pude distinguir la voz de la señorita Carter; ella al parecer esta bien, pero no debo confiarme puede ser un engaño de captar toda la atención. A estas alturas debo dar el beneficio de la duda tras no poder confiar en nadie.

—Bien, todo está listo, ahora debo partir al aeropuerto.

El vuelo Madrid -Kiwiah City sale en dos horas debo darme prisa. Salgo de la habitación dejando todo en orden y bajo llave impidiendo que Rachel revise mis pertenencias para chismearle a mi padre sobre mi paradero. 

Bajo las escaleras arrastrando una maleta provocando un estruendo que captó la atención de cada persona que está en la casa, maldije en mi interior porque tendré que dar una explicación a dónde voy.

—¿Puedo saber a dónde va, mi hijo? —preguntó padre

Trago saliva y recuerdo la mentira preparada.

—Por supuesto —dije—. Tengo una invitación a una inauguración en la cervecería de Jonathan; pensaba en aprovechar la oportunidad para tener acceso a información que fuera relevante para nuestro cliente.

Mi padre me dedicó una sonrisa de aprobación. Integrarse sin hacer quejas ni comentarios acerca de la educación brindada ha sido útil para cuando planeo escaparme a otros lugares que no serán aprobados, así que fingir ha sido una buena estrategia.

—Bien pensando —aprobó mi padre—. Cualquier duda, pregunta y si necesitas refuerzos no dudes en llamar. Recuerda que los Ross son manipuladores cuando necesitan un favor.

—Lo sé, voy preparado para eso —dije

No confió en Jonathan la mala percepción que tenemos por nuestras familias. Desde generaciones atrás han existido problemas que afectan a la siguiente generación impidiendo mantener una buena relación, en el pasado hubo un problema Ross con Ashford a causa de un malentendido.




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