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Derek
Fue un vuelo tensó. Pensaba una y otra vez la invitación proporcionada por Jonathan había escuchado comentarios que pronto abriría un negocio en Madrid, pero no tiene fecha de apertura debido al conflicto familiar enfrentado, lo cual provocará una pérdida importante en su inversión hecha, así que es extraña su llamada hecha durante la mañana.
Mientras caminaba por la terminal intentó idear un plan de rescate. Será complicado ingresar a un cabaret conociendo su procedencia y trabajo hecho que no esperaban que ningún foráneo ingresa para joderles el maldito negocio.
A lo lejos veo a Jonathan luciendo una vestimenta bastante formal que puedo asegurar que ha estado trabajando toda la noche anterior dejando a un lado su vida personal.
—Jonathan —pronuncie
Él muestra una mirada de desprecio. No lo culpo para nada, ambos compartimos el mismo sentimiento de odio a pesar que Ross—Ashford fueron unidos en el pasado.
—No me agrada tu presencia aquí, pero la situación lo amerita —argumentó Jonathan, de mala gana.
—Estamos a mano —dije
Sigo a Jonathan por la terminal para llegar a la entrada donde un coche está esperando. No es sorprendente encontrarme con el chofer particular de los Ross, ellos prefieren la comodidad ante todo y contratan a personal que pueda cumplir con ciertas tareas que eviten hacer, por ejemplo conducir, hacer compras de alimentos, limpieza y conseguir atuendos para las celebraciones.
De pronto, veo que en la puerta del conductor se baja un policía medio alto, cabello castaño, ojos verdes, mientras sostiene una pistola en sus manos, ¿qué está pasando aquí? Debí suponer que Jonathan tiene un plan en mente para atrapar creyendo que soy partícipe del caso Ashford, pero mi instinto me trajo a Madrid en búsqueda de la señorita Carter y no voy a cambiar de opinión solamente seguiré las indicaciones para salir libre.
—Bien, jugado —expresé—. Volvimos a estar a mano por el incidente de aquel día. Nunca quise hacerlo.
Jamás olvidaré aquel día donde me vengue de Jonathan después de delatarme al salir en una fiesta perteneciente a la comunidad LBGTQ, con quien fui acompañado con cierta persona inestable y todo resultó un desastre para ambos.
Jonathan tiene un mal hábito de vengarse cuando sus planes no salen del todo bien. En el pasado arruinó su cita con Sebastián debido a que asistía a una celebración hecha anualmente por los Ross y accidentalmente hable de más asegurando que Ross tendría una salida.
—Ajá, supongo que fue un accidente sabiendo su procedencia, Ashford —afirmó Jonathan—. Nos veremos pronto.
Jonathan se aleja dejando a solas con el detective. Esto no puede empeorar más, mi padre sabrá el verdadero motivo para hacer un viaje a España, ahora tendré serios problemas porque todo el negocio familiar caerá por una imprudencia tenida al sentir una desesperación profunda para volver a ver a la señorita Carter.
El detective me coloca boca abajo sobre el auto para hacer una revisión de las pertenencias que traigo conmigo, me quitaron el móvil y billetera, posteriormente me esposaron para subir al coche en la parte trasera. Trato de mantenerme firme ante la situación sin derrumbarme, conozco mis derechos y debo cooperar para conseguir una libertad provisional o bajo fianza.
—¿Puedo saber el por qué soy detenido? —preguntó curiosamente
—Por supuesto —respondió el detective—. Nos ha llegado un reporte de un incendio en una propiedad al sur de Madrid, la cual era destinada a uso ilicito por los delitos de prostitución, venta de droga y trata de blanca. Su detención es provisional al pertenecer a los miembros que conforman el grupo criminal.
—Pero, yo no tengo relación con los delitos cometidos de un cabaret, desconozco la situación.
—Lo sé, pero no podemos conversar aquí.
Esto me parece sorprendente, ¿que pretende Jonathan? Sé que es una venganza adolescente porque él nunca puede estar tranquilo por el rencor que hábita en su interior.
Solo deseo no necesitar apoyo de Belmont porque todo se va al carajo gracias a Jonathan Ross.
🍁🍁🍁
—¿Nombre completo? —preguntó el detective
Solté un suspiró.
—Derek Bartholomeó Ashford —respondí
Leó su gafete que su nombre es Álvaro Sandoval, teniente de la unidad de crímenes especiales. Mientras llena un formato necesarios para justificar mi estancia dentro de la estación de policía.
—¿Cómo prefiere que lo llame? —volvió preguntar
—Derek.
Alvaro bebió un poco de café para seguir continuando con la plática que tendríamos. Al parecer sería extensa por lo que, veo al encontrarme esposado sobre una silla, mientras soy interrogado, tengo una idea clara a dónde va todo esto y es que no puedo evitar pensar en el negocio oscuro de mi padre, entiendo que hay muchas preguntas referentes a la desapariciones de mujeres que son trasladadas a un país extranjero.
—Bien, Derek tendremos una conversación que será larga, ¿está preparado?