Liam
—Estoy muerto —se quejó Liam, estirándose en la banca frente a la pista de hielo—. No siento los pies y mi espalda me está matando.
—No estás en forma, querido —respondió John con una sonrisa burlona—. ¡Extiende esa pierna, Tiana! —chilló hacia la pista.
Liam observó con cierta admiración a Tiana, quien seguía patinando como si nada, ajena al cansancio. Él la había visto llegar al edificio a primera hora, y no podía comprender cómo tenía tanta energía. En cambio, él solo sentía que su cuerpo le estaba pidiendo una tregua, especialmente después de haber intentado tantas veces patinar sentado sin caer. Y no ayudaba el hecho de que su rodilla seguía molestándole, especialmente cuando vio a Tiana ejecutar un triple axel. La mueca de incomodidad en su rostro fue inevitable, pero también lo estaba impresionando.
—Ya casi lo tenemos —dijo John, mirando a los dos—. Han mejorado mucho. El principio ya está dominado. Ahora a por lo siguiente.
Ambos habían logrado avanzar en su práctica. Finalmente, Liam pudo levantar a Tiana sin problemas, girarla con ella en brazos mientras patinaban juntos sin mirar siquiera la pista. Luego, él debía sentarse en el aire, y ella tenía que pararse en sus muslos y seguir el recorrido. Al principio, para practicar, lo hacían con las rodillas de Tiana sobre los muslos de Liam, pero cuando John consiguiera los protectores adecuados, ella tendría que pararse. A Liam le costó, sí, pero se sentía motivado. El dolor de su trasero no era nada comparado con la satisfacción de ver el progreso.
Algo en este cambio de rutina lo hacía sentir bien, como si no solo fuera el patinaje lo que le estaba motivando, sino también la compañía de Tiana. Y luego, su falda... No, no debía pensar en eso. Pero sí, cada vez que ella realizaba un giro, una acrobacia o cualquier movimiento, él no podía evitar fijarse. Tiana tenía esa habilidad única para moverse con gracia y técnica, algo que, por alguna razón, lo dejaba sin palabras.
—¿Qué pasa, capi? —La voz de uno de sus compañeros de hockey, Frankie, interrumpió sus pensamientos.
—Ah, Frankie, chicos —saludó Liam, regresando a la realidad mientras se quedaba tirado en la banca.
—¿Ahora eres bailarín? —murmuró Klaus, divertido, mirando a Liam con una ceja levantada.
—Algo así, tengo que ser doble talento —contestó Liam, medio riendo.
—Bueno, joder, esa chica es impresionante —comentó Nathan, con los brazos cruzados, observando a Tiana, que ahora estaba realizando un ejercicio en el que se mantenía flexionada sobre un pie mientras deslizaba el otro por el hielo—. En mil años no podría hacer eso.
Liam se sentó de inmediato, sintiendo el peso del entrenamiento en sus músculos. No podía creer que estaba diciendo esto, pero lo cierto era que este deporte resultaba más agotador que el hockey, y eso que jamás pensó que llegaría a decir algo así.
—Creo que nadie de todo el equipo podría hacer la mitad de lo que ella hace —comentó, sin apartar la vista de Tiana.
Los tres chicos alzaron las cejas, sorprendidos, pero Liam ni siquiera se dio cuenta de su reacción. Estaba completamente hipnotizado por el modo en que Tiana realizaba el triple axel una vez más.
—¿Por fin tendremos el honor de decirle a esa chica “novia de capi”? —dijo Frankie, divertido.
Liam frunció el ceño, sin saber cómo reaccionar.
—Oh, no, no se atrevan. Ella no es mi... —pero ya era demasiado tarde, los chicos se habían acercado a la pista y estaban poniéndose al lado de Malik y Apolo, quienes estaban entretenidos grabando a Tiana.
—¡Hey, novia de capi! —gritó Nathan en tono burlón.
Tiana casi cae de espaldas cuando escuchó su grito, patinaba hacia atrás pero trastabilló. Afortunadamente, pudo recuperar el equilibrio rápidamente. John los observó desde la distancia, incrédulo al principio, pero luego dejó escapar una risa mientras miraba a Tiana, quien se estaba poniendo roja de vergüenza.
—Excelente, parece que se multiplican los patinadores de hockey —murmuró John, anotando algo en su cuaderno.
—Yo no soy…
Tiana miró a Liam, buscando alguna respuesta, pero él solo pudo negar con la cabeza y encogerse de hombros, claramente avergonzado.
—De hecho, un gusto, soy Tatiana, la novia de su capi —dijo ella, con una sonrisa traviesa.
Liam abrió la boca sorprendido, y Malik, Apolo y John no pudieron evitar reírse mientras los chicos del hockey comenzaron a hacerle mil preguntas a Tiana. La mente de Liam se detuvo por un momento. ¿En serio había dicho eso?
—Ya lo sabía —comentó Klaus, con una sonrisa astuta—. Tienen mucha química en el hielo. Además, hoy el capi se veía nervioso.
—Como súper nervioso —agregó Nathan con una sonrisa burlona—. De hecho, hasta apuraba a todos para terminar temprano.
Liam solo suspiró, sintiéndose más atrapado que nunca. ¿Qué acababa de pasar?
—¡Tienes que venir a vernos competir! —dijo Frankie con entusiasmo—. Tienes que apoyar al equipo de tu novio, novia de capi.
—¿Siempre me dirán así? —preguntó Tatiana, soltándose el cabello y volviendo a colocarse la coleta. Los rizos cayeron sobre sus hombros, dándole un aire aún más atractivo de lo que ya era.
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Editado: 08.02.2025