Corazones Congelados

Capítulo 8

Liam

Landon llevaba a Liam bajo el brazo, prácticamente arrastrándolo mientras su gemelo borracho intentaba seguirle el ritmo sin mucho éxito. Malik hacía lo mismo con Apolo, que reía como si todo aquello fuera la mejor experiencia de su vida. Nur, aunque un poco más sobria que ellos, bailaba con cada paso, completamente despreocupada.

—Nur está muy alegre —rió Apolo, apoyando su cabeza en el hombro de Malik.

Malik puso los ojos en blanco y lo empujó suavemente hacia la salida del estacionamiento subterráneo.

—¡Lo estoy, sí lo estoy! —chilló Nur, dando un giro exagerado que casi la hizo caer de espaldas.

Malik la agarró del brazo justo a tiempo y suspiró con cansancio.

—Por el amor de Dios… ¡Basta, ustedes dos! Es suficiente.

—¡Aburrido! —gritaron Apolo y Nur al unísono antes de estallar en carcajadas.

Landon sacudió la cabeza mientras seguía arrastrando a Liam.

—Te vas a arrepentir tanto mañana, L1.

Liam apenas pudo sostener la cabeza en alto cuando respondió:

—No me importa. Me casaré con ella, L2.

Landon resopló con diversión.

—Está bien…

—No, en serio. Y tú vas a ser mi padrino de bodas.

—Es lo menos que espero, siendo tu gemelo.

—¡Hey! Pensé que yo iba a ser padrino —se indignó Apolo desde el otro lado.

—Los tres lo van a ser —murmuró Liam arrastrando las palabras.

Los dos amigos y Nur entraron tambaleándose al lobby del edificio. Malik, que aún tenía fuerzas para lidiar con ellos, apretó el botón del ascensor con un suspiro.

Liam, sin embargo, de repente plantó los pies en el suelo, negándose a seguir caminando.

—Camina, Liam —dijo Landon, exhausto—. Quiero llegar a la cama y dormir.

Pero su gemelo no se movió.

—Oye, L2…

Landon cerró los ojos con cansancio.

—Oh, Dios… No me digas que te vas a poner filosófico y a llorar.

Liam lo miró con una seriedad inesperada para alguien tan borracho.

—Lo siento si he estado un poco alejado de ti.

Su gemelo suspiró y le dedicó una sonrisa suave.

—Lo entiendo.

—No, yo no… —Liam bajó la mirada—. De pequeños éramos inseparables.

Landon suspiró.

—Sí, pero las cosas cambian. Crecimos. Tú tienes el hockey, yo la universidad… Es normal que haya un poco de distancia.

Liam frunció los labios, como si no le gustara la respuesta.

—No quiero perderte, hermanito —murmuró, antes de abrazarlo de golpe.

Landon tambaleó un poco, pero le devolvió el abrazo con unas palmadas en la espalda.

—No me vas a perder, ¿sí? Siempre seremos tú y yo. Siempre.

Liam se separó un poco, mirándolo con los ojos entornados.

—¿Siempre?

—Sí, siempre, Liam. Ahora avanza antes de que te deje durmiendo en la Jeep. Y, por el amor de Dios, no vuelvas a beber tanto.

Liam rió, todavía enganchado del brazo de su gemelo. Finalmente, entraron en el ascensor, donde los chicos los esperaban.

—¿Tú crees que Tiana me perdone? —preguntó Liam, con los ojos pesados y la voz más arrastrada.

Landon resopló.

—¿Tu princesa? Tal vez. Deberías llevarle flores, a las chicas les gusta eso. Especialmente después de lo que le hiciste pasar hoy.

Liam abrió los ojos con sorpresa.

—¡Yo también lo pensé!

Landon rió negando con la cabeza.

—Y deberías hablar con papá.

Liam frunció el ceño.

—¿No debería hablar con mamá?

—Nah. Papá la ha cagado muchas veces con mamá. Él sabrá qué hacer.

Cuando llegaron al departamento, entraron en silencio. Landon ayudó a Liam a meterse en su habitación, donde Apolo y Malik ya dormían en un colchón en el suelo. Les quedaba pequeño, pero eso no parecía importarles. Nur estaba tirada en un sofá con el teléfono en la mano, enviando mensajes sin siquiera preocuparse por quitarse los zapatos.

Landon dejó a su gemelo en la cama, asegurándose de que no se cayera al suelo.

—Descansa, L1.

Liam sonrió con los ojos cerrados.

—Igual, L2.

Cuando Liam se despertó, el sol se filtraba por la ventana, proyectando sombras largas en la habitación. Adormilado, estiró la mano para alcanzar el vaso de agua en la mesita de noche, pero se detuvo al notar algo extraño.

Apolo estaba acostado en forma de estrella, un brazo extendido sobre Malik, quien, sorprendentemente, no solo no lo había apartado, sino que parecía estar usándolo como almohada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.