Liam
—¡¿Dónde están mis estrellas que no los veo en el hielo?! —el grito de Johnny resonó en la pista, llamando la atención de todos.
Los chicos del equipo de hockey ya se habían cambiado y estaban sentados en la banca frente a la pista donde practicaban, charlando entre ellos. Tiana estaba con ellos, riendo más de lo que hablaba, mientras mantenía su mano enlazada con la de Liam. Todo había comenzado por un comentario de Nathaniel, quien se había burlado de que eran una "pareja de poco contacto" y les dijo que no tenían por qué avergonzarse frente al equipo. Liam, en respuesta, simplemente tomó la mano de Tiana y así se habían quedado.
—¡Vamos, ¿por qué no corren al hielo?! —insistió Johnny.
Liam y Tiana corrieron lo más rápido que pudieron con los protectores puestos, dejando a algunos de los chicos en el suelo y a otros levantándose apresurados para ver lo que ocurría.
—Genial, tenemos un club de fans —comentó Johnny sarcástico, al notar que todos los del equipo estaban atentos.
Mientras tanto, Lana y Tiana ya estaban calentando en la pista, deslizándose con gracia mientras daban vueltas alrededor.
—Bueno, chicos, vuelvan a hacer la rutina que teníamos armada, pero esta vez cambiaremos muchas cosas —indicó Johnny con seriedad—. La competencia está ruda esta temporada, necesitamos más acrobacias.
Las chicas intercambiaron miradas preocupadas, pero asintieron.
—Hoy intentaremos enseñarle a Liam algunos giros —continuó Johnny—. Practicaremos el Giro Attitude, el Broken Leg, el Haircutter y el Giro Illusion.
Liam abrió los ojos como platos. Su mente inmediatamente se llenó de imágenes de él cayendo de espaldas en el hielo una y otra vez. Su expresión era pura resignación. Tiana, al ver su cara, soltó una carcajada y tuvo que apoyarse en sus rodillas para no caerse de la risa. Liam sonrió al ver su reacción.
—¿Qué carajos son esos? —preguntó Nathaniel, mirando a Valentino en busca de respuestas.
—Ni idea —respondió él con una ceja levantada.
Klaus, Frankie y Richard también se giraron hacia Johnny con expresión de desconcierto, como si estuvieran escuchando otro idioma.
—Ya se acostumbrarán a los nombres raros —les dijo Johnny con una sonrisa divertida.
Antes de que Liam pudiera reaccionar, Johnny le lanzó los protectores de muslos. Liam los atrapó torpemente y se los puso apresurado.
—¡Comiencen! ¡Comiencen! —ordenó Johnny—. Voy a anotar las partes donde habrá cambios y después les diré. Hay que darles un buen show a su club de fans.
—Dirás que vas a garabatear en tu hoja —intervino Apolo con diversión.
Johnny se puso rojo y refunfuñó.
—Cómo me caen mal.
—No, no lo haces —respondió Apolo con una sonrisa burlona.
❄️⛸️
—En otras noticias, mi hermana te vio en la TV y ahora te ama —le dijo Liam a Tiana.
Estaban en un pequeño descanso, que Liam aprovechó para tomarse un relajante muscular. Su espalda lo mataba, y aunque sabía que su mala postura era la culpable, siempre lo olvidaba. Kruncher nunca parecía notarlo, pero Johnny, en cambio, le gritaba a cada rato que se pusiera derecho. Después de soportar media hora de sermón sobre tomarse el entrenamiento en serio, Johnny lo obligó a programar, delante de él, una cita con el fisioterapeuta para el día siguiente.
Los chicos del hockey se habían ido después del primer descanso. Se habían quedado a ver la coreografía y, para su sorpresa, terminaron impresionados. Sin embargo, cuando comenzó el verdadero trabajo—los gritos de Johnny, las constantes caídas de Liam y las carcajadas interminables de Apolo, Malik y Tiana—alegaron que necesitaban descansar y desaparecieron.
—Aww, qué tierna —dijo Tiana con una sonrisa al escuchar sobre la hermana de Liam.
—Estuve ocho años de su vida intentando que entrenara hockey, y con solo ver un video tuyo obligó a mamá a llevarla al centro después de clases —respondió él, mirándola desde arriba.
Tiana estaba sentada en el suelo con las piernas estiradas, mientras Liam descansaba acostado en la banca. Al escuchar su historia, ella rió junto con sus amigos.
Liam sacó su teléfono y le mostró una foto que su madre le había enviado. No había podido ir a verla entrenar ese día, pero se aseguró de que mañana sí lo haría.
En la imagen aparecía Louis, su hermanita, con dos coletas rubias y unos patines rosas, deslizándose sobre el hielo con una sonrisa enorme que dejaba ver un hueco donde antes había estado su colmillo superior.
—Dios, qué ternura —dijo Tiana, muriendo de amor con la imagen.
Johnny pasó a su lado en ese momento y se detuvo a ver la foto.
—Entonces, ¿esa rubia con coletas es tu hermana? —preguntó con interés.
—Louis, sí, mi hermana pequeña. ¿Por qué? —respondió Liam, levantando la vista.
Todos miraron a Johnny con curiosidad.
—Esa niña tiene tanto talento como tú en el hockey —dijo Johnny, encogiéndose de hombros—. Hice mi tarea y vi algunos de tus partidos. Aún no entiendo por qué se empujan tanto, pero bueno… —añadió, haciendo reír a Lana—. Veo potencial en ella, y yo entreno a estrellas desde pequeñas. ¿O quién crees que entrenó a Nora cuando era una niña?
#410 en Novela contemporánea
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Editado: 08.02.2025