Corazones Congelados

Capítulo 15

Liam

Liam sintió movimiento en la cama a eso de las cinco y media de la mañana. Aunque había desactivado la alarma antes de que sonara del todo, Tatiana aún la escuchó y se removió en su lugar, despertándose con el sonido del agua corriendo en la ducha.

Quince minutos después, Tatiana salió del baño con la toalla enrollada alrededor de su cuerpo, dejando un rastro de vapor tras de sí. Liam, todavía medio dormido, entreabrió los ojos y la observó. Su mente, aún atrapada entre el sueño y la vigilia, lo hizo pensar que estaba soñando.

—Princesa, no me hagas esto —murmuró con voz ronca.

Tatiana rió, sacudiendo la cabeza.

—¿Hacer qué?

—Pasearte así con ese cuerpecito.

—Ya, claro —respondió con sarcasmo mientras revisaba su maleta—. ¿Puedo agarrar alguna camiseta por mientras? Le pediré ropa deportiva a Nur cuando despierte.

—Agarra mi corazón si quieres —Liam abrazó la almohada, escuchando la risita de Tatiana—. Me encantas.

—Lo sé, amore, lo sé.

Liam cerró los ojos otra vez y, cuando los volvió a abrir, habían pasado quince minutos. Tatiana ya no estaba en la habitación. Se estiró con pereza y escuchó pasos acercándose. Cuando levantó la mirada, la vio regresar con la ropa deportiva de Nur.

Tatiana llevaba una licra negra que resaltaba sus piernas tonificadas y un top de tirantes que se cruzaba en la espalda. Liam soltó un gemido exagerado y dramático.

—Debería comprarte más licras... No, espera, me gusta cuando usas falda.

—Despierta ya, te tienes que bañar —contestó ella con una sonrisa traviesa.

—¿Ahora no puedo decirle a mi novia que se ve bien? —bostezó, sentándose en la cama.

Tatiana sonrió con picardía mientras se sentaba en el banco del tocador.

—No soy tu novia.

—¡Aún! —chilló Liam y, con una patada al colchón de los chicos, logró mover a Apolo, quien terminó cayendo sobre Malik en una posición bastante incómoda.

—¡A despertar!

Los chicos gruñeron algo inentendible. Apolo se giró sin preocuparse por estar aún encima de Malik, aferrándose a las sábanas. Pero Liam fue más rápido y las jaló de un solo tirón, provocando un quejido de protesta.

—¿Qué coño hice para merecer esto? —gruñó Malik, medio enterrado en la almohada.

—Déjalos, pobrecitos —dijo Tatiana, enfocándose en su cabello mientras aplicaba crema y se desenredaba—. Qué maravilla de peine, solo tengo que enrollarlo y los rizos salen mágicamente.

—Gracias a mí —presumió Liam, tirando las mantas al suelo. Los chicos temblaron de frío, pero Tatiana se apiadó de ellos y los cubrió de nuevo.

—Así nunca despertarán.

—Aún hay tiempo. Hay que estar allá a las ocho, con que despierten a las siete es suficiente.

Liam se cruzó de brazos, observándola mientras enrollaba su cabello en el peine especial que dividía los rizos a la perfección.

—Eres muy buena con ellos —comentó con una leve sonrisa antes de inclinarse hacia ella—. No me has dado mi besito de buenos días.

Tatiana puso los ojos en blanco con diversión y frunció los labios en una invitación silenciosa. Liam no perdió la oportunidad y la besó sin dudar.

—Caprichoso —murmuró ella contra sus labios antes de separarse.

—No lo soy —insistió Liam con un chillido, pero Tatiana solo rió mientras él se metía al baño.

La ducha no le tomó mucho tiempo. Cuando salió, ya estaba vestido con su ropa deportiva habitual: un short negro y una camisa de compresión del mismo color. Mientras tanto, la casa comenzaba a despertar; el sonido de puertas abriéndose y utensilios en la cocina indicaba que los demás estaban poniéndose en marcha.

Tatiana tenía música sonando en su celular mientras terminaba la primera mitad de su peinado. Liam la observó desde su cama, cruzado de brazos.

Malik estaba sentado en el colchón, mirando fijamente la sandalia de Liam como si estuviera en un viaje astral. Apolo, por otro lado, seguía hecho un taco de sábanas.

Sin nada mejor que hacer, Liam empezó a guardar las cosas necesarias en su bolsa deportiva. Revisó dos veces que sus patines blancos y los protectores estuvieran en su lugar. Estaba por cerrar la maleta cuando notó que Tatiana ya se estaba haciendo el peinado final.

Malik salió del baño y se dirigió a la cocina al escuchar ruido, no sin antes darle un leve golpe a Apolo para que se levantara. Apolo arrastró los pies hasta el baño, todavía envuelto en una manta.

Tatiana dejó su flequillo en la frente y, mordiendo su labio, se hizo dos coletas altas con la parte delantera de su cabello, dejando el resto suelto. Aplicó una cantidad absurda de laca para que sus rizos quedaran perfectamente definidos.

Cuando Apolo salió del baño y dejó la habitación, Liam se acercó y trató de jugar con un rizo, pero estaba tan fijado con laca que parecía de plástico.

—¿No te daña el pelo esto o algo así? —preguntó, frunciendo el ceño mientras intentaba enrollar un mechón en su dedo.




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