Liam
Tres semanas habían pasado desde aquel partido y la rutina del equipo seguía siendo intensa. Se habían enfrentado a varios encuentros, habían ganado dos y perdido uno, pero lo que más le motivaba a Liam era saber que Tiana siempre estaba allí, en cada uno de los partidos, apoyándolos.
A veces, en los descansos de los entrenamientos, podía verla con Johnny, observando y corrigiendo con paciencia los pasos de Louis. Podía notar en su expresión lo mucho que deseaba levantarse, ponerse los patines y unirse a Louis para mostrarle algunos trucos.
Ver a Tiana recuperarse poco a poco le daba una paz tremenda. Su recuperación iba bien, pero el proceso llevaba tiempo y mucha disciplina. Louis ya se había enfrentado a su primera y segunda competencia y había arrasado, llevándose el primer lugar en ambas. Era bastante ambiciosa como él, por lo que cada vez que tenía una competencia era la que más destacaba. Johnny dijo que cuando creciera le asignaría una pareja pero Louis se había negado rotundamente diciendo que quería ser solista.
Hoy era el día. Tiana tenía su primera cita con el fisioterapeuta. Había estado esperando este momento con mucho nerviosismo, pero, al mismo tiempo, con una emoción contenida.
El ambiente en el hospital era un poco tenso. Sabía que le quitarían la inmovilización y que, por fin, podría dar algunos pasos sin ayuda. Aunque podía caminar con la inmovilizadora, nada era como volver a moverse por cuenta propia.
Tiana estaba sentada en una camilla mientras el fisioterapeuta preparaba todo lo necesario para comenzar los ejercicios.
—Lo primero que vamos a hacer hoy es trabajar en la movilidad de tu pierna —dijo el fisioterapeuta con calma. Se llamaba Karim y tenía una actitud paciente mientras preparaba la pierna de Tiana para los ejercicios.
Comenzaron con algunos estiramientos ligeros para soltar los músculos que habían estado rígidos por tanto tiempo.
—Lo importante aquí es trabajar en la flexibilidad. Vamos a empezar con algunos movimientos suaves. Primero, flexiona la rodilla hacia tu pecho, sin forzar —le indicó Karim mientras guiaba la pierna de Tiana en el movimiento.
Liam sentía que él estaba más tensa que Tiana, quien realizaba los ejercicios con concentración.
—Muy bien. Ahora vamos a trabajar un poco más en los movimientos de rotación —dijo mientras sujetaba su pierna con suavidad.
A medida que avanzaba con los ejercicios, Liam podía notar cómo su pierna recuperaba algo de flexibilidad. Luego, pasaron a los ejercicios de equilibrio. Karim la ayudó a colocar ambas manos en las barras de apoyo, indicándole que se sostuviera de manera firme mientras trabajaban en el equilibrio sobre una sola pierna.
—Excelente, Tati. Ahora, ¿te gustaría intentar caminar con las muletas? —preguntó Karim mientras se acercaba con un par de muletas.
Tiana lo miró con sorpresa y emoción en los ojos.
—¿Muletas? ¿Ya no voy a necesitar más la silla de ruedas? —preguntó, un poco incrédula.
—Sí, y ya no más inmovilización ni silla de ruedas—respondió Karim, dándole las muletas—. Ahora vamos a empezar con ellas y a moverte despacio. Lo importante es que sigas el ritmo que te indique tu cuerpo.
Tiana tomó las muletas. Al principio, sus movimientos fueron lentos y vacilantes, pero poco a poco comenzó a caminar, usándolas como soporte mientras adquiría confianza. Liam la miraba con emoción, moviendo las manos para alentarla.
—Muy bien, Tati. Poco a poco, vas a ir tomando más fuerza en la pierna. No te apresures —le dijo Karim, observándola caminar con calma.
Sabía que aún no podía correr ni saltar, pero esos pequeños logros, como volver a caminar, recuperar la flexibilidad y la fuerza, le daban el aliento necesario para seguir adelante. Liam sonrió y miró hacia adelante. Cuando llegó al final del recorrido, soltó una de las muletas para abrazar a Liam, que esperaba con los brazos abiertos. Karim rió mientras recogía la muleta que había caído al suelo.
—Estoy tan orgullosa de ti —le susurró cuando se separaron.
En las siguientes cuatro citas, Tiana continuó con su fisioterapia de manera constante. Johnny estuvo allí, a su lado, observando cada uno de sus progresos. En la cuarta sesión, después de varios ejercicios de movilidad y equilibrio, Tiana hizo una pausa para descansar y, de repente, le mencionó a Karim:
—¿Crees que podría intentar algo? Quiero ver si todavía puedo hacer un triple axel. No con los patines, claro, pero… sólo quiero saber si mi cuerpo aún lo recuerda. Como girar o saltar.
El fisioterapeuta la miró con cautela, Liam se tensó. Si le decía que sí y no lo lograba, se iba a decepcionar, pero si lo intentaba y lo conseguía, Tatiana se emocionaría y seguiría adelante.
—Tatiana, es una excelente idea para evaluar tu flexibilidad y coordinación, pero debo advertirte que puede ser un poco fuerte para tu cuerpo ahora. Podrías sentir algo de incomodidad o cansancio. Pero si realmente quieres intentarlo, lo haremos de manera controlada. Voy a ponerte un arnés para ayudarte a equilibrarte y evitar cualquier tipo de daño. No es necesario que hagas un triple axel, pero puedes impulsarte y girar en el aire.
El fisioterapeuta le colocó el arnés y ajustó los cinturones para asegurarse de que pudiera ser levantada y controlada en caso de que perdiera el equilibrio. Johnny observaba desde un rincón, atento.
#410 en Novela contemporánea
romance, hockey ballet patinaje artistico drama, romance joven enamorado
Editado: 08.02.2025