Corriendo Contra El Amor

Capitulo 1

No todos somos normales, siempre hay gente extraña y rara, como yo. La chica de las sombras del Instituto y fuera de él, la gente sólo me reconocía cuando iba a un evento de gala, mi madre brillaba como foco y eso hacía que varios pares de ojos se posaran en mi persona. No era lo que deseaba. En lo absoluto.

Alejando la presencia de mi madre fuera de mi persona, la gente me ignoraba o no me tomaba en cuenta y me gustaba, prefería eso. Más que a nada en la vida. Soy poco sociable y no soy buena hablando con los demás, decir lo que pensaba o la verdad traía graves consecuencias, Como, por ejemplo, decirle a Liz York que era una puta de lo peor cuando se me acerco a preguntarme que cualidad tenía, ¿Y qué había de malo en mi respuesta si esa era la única cualidad que tenía además de ser la chica popular? Quizás decirle eso no había sido lo mejor, realmente no se me acerco con mala intención hasta le sorprendió que la notará, la cachetada había dolido y en serio, las uñas acrílicas si lastimaban. En fin. Tenía una facilidad para el sarcasmo y los halagos como para que alguien pudiera soportarme; mejor estar sola, ese era siempre su lema.

La escuela... un mar lleno de muchos escándalos y de muchas, pero muchas situaciones. O a veces, problemas. Pronto la mayoría de tercer grado cruzaríamos a la universidad y con eso nuevos misterios o curiosidades. En mi caso, daba igual; no tenía más interés que terminar mis estudios y largarme de esta ciudad.

Camine entre los corredores hasta mi casillero donde saque y metí los libros que usaría ese día, cada casillero estaba adornado a la manera de cada uno, el de Helen Bianchi tenía demasiadas pegatinas de unicornios como para llenar toda la escuela, el de Gael Mark una pizarra de pared callejera, lleno de obscenidades que ningún profesor se atrevería a decir en voz alta. El mío se encontraba en su estilo clásico, gris, tenía pegadas unas fotos de unos paisajes detrás de la puerta y unos postines de letras musicales, de ahí en fuera no había nada interesante, sólo libros y cuadernos de apuntes. Faltaban dos minutos para el toque del timbre y los populares ya se encontraban haciendo su entrada al Instituto. Liz con su grupito de amigas, Alejandra, Mikaela y Susy, las cuatro perversas o víboras como yo suelo llamarles. Luego venía el grupito de Fylan, Henrry, Nathaniel y Kirt, eso tres los venía conociendo desde cuna, pero cuando empezaron a crecer también lo hizo su belleza masculina y comenzaron a sacar el mayor provecho de ello para tener las chicas que quisieran y no entendía porque las tontas caían enamoradas de ellos, acababan llorando en los baños por más de dos horas cuando las cambian por otras, eran unos imbéciles sin remedio, yo no creía en el amor y por eso estaba a salvo de ese melodrama feminista. Y ahí estaba el rey de la popularidad, Gavrel Volkros, desde su llegada al Instituto hace dos años se dedicó a llegar a la cima de todo y no me refería sólo a las mujeres, era el mariscal de campo de fútbol americano, bueno en matemáticas para ser chico bonito y hermosa sonrisa sin contar su cuerpo, muchas de las chicas babeaban por todo lo que tenía Gavrel, para mí sólo era un chico bonito y un imbécil en todo el sentido de la palabra.

Lo observe pasar con su porte de chico malo, vestía unos Jeans rotos y una playera negra con la chaqueta del grupo de fútbol americano con el número #8, las chicas de por ahí comenzaron a suspirar como pajaritos en primavera, ¡qué horror! -- ¿Qué le veían? Si, era extremadamente guapo, ¿y eso que? ¿qué le hacía especial? Para ella sólo era un idiota más que ver. Me encojo de hombros y volví a lo mío, metí el libro de álgebra y el de ecología junto con los cuadernos de apuntes, colgué mi mochila en el hombro y camine a la clase de ecología, era una sombra pasando entre los demás y me gustaba, observe a Bliss hoover coqueteando o más bien, besándose con Nathan, podía decirse que se estaban chupando la vida en ello, Gavrel se unía al grupito de Fylan parecían ser muy bueno amigos además de estar juntos en el equipo de fútbol.

Seguí mi excursión de mirada por los pasillos, mientras caminaba hacia el salón de clase, note varias figuras de corazones y otros adornos para el día de San Valentín, suspire, iba a ser un problema toda esta semana, ¿Porque las chicas de ahora creían en el amor? El amor sólo traía dolor y problemas, era demasiado inteligente como para creer en esas cosas y en lo que la mayoría de sus compañeros buscaban. Estar sola, era lo mejor. Caminé junto al montón de estudiantes al salón, antes de entrar me detuve, Gavrel se encontraba coqueteando con Lauren en la entrada del salón, parecían absortos en su mundo de coquetería. Al darse cuenta de mi inigualable presencia se hizo a un lado con una sonrisa algo misteriosa, ¿tenía algo en la cara? Deseaba tocarme la cara o verme en un espejo, pero eso sería ser más extraña y yo tenía mi límite de ser bicho raro.

Pase sintiéndome que ya no era invisible, desde hace días había notado cierta actitud del playboy de Gavrel hacia mí, ¿Una conspiración sub-secreta del FBÍ? ¿O del Gobierno por ser sumamente inteligente? Valía soñar en alto, el caso no era así, pero sentía algo extraño con la actitud de este neandertal, pase por su lado casi rozando su chaqueta, sin darle más importancia camine hacia mi pupitre, deje mis cosas en su lugar, mientras esperaba que la profesora Margare llegara, coloque mi mentón sobre mi mano mientras observaba hacia fuera por la ventana, chicas y chicos iban y venían sin nada interesante. El timbre sonó un rato después y una vez todos estábamos ya en nuestros lugares, la profesora entro y tomaba asiento, en silencio acomodo sus cosas, bueno casi en silencio, el grupo de Gavrel estaba charlando sobre chicas y fútbol, la maestra carraspeo para acallarlos, después de unos minutos paso lista y comenzó la clase que terminó en hacer un proyecto en pareja y en donde la hermosa profesora hacia las parejas.




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