Corriendo Contra El Amor

CAPÍTULO 12

Por qué no podía dejar de pensar en el beso de Gavrel? por más que deseaba tener la mente en blanco mientras realizaba mi castigo con Grettell, parecía que mi cerebro le encantaba recordar los tibios y carnosos labios de ese imbécil mujeriego sobre los míos. Deseaba poder olvidar aquella sensación cosquillosa en los labios, el sabor a menta y el olor del perfume masculino impregnado en el aire por la cercanía de nuestros cuerpos, la firmeza de sus manos sobre mis mejillas, mi pulso acelerándose de diferentes maneras como si no supiera que sentir ante mi primera vez de ser besada. ¿Cómo olvidar todo aquello que parecía estar grabado tanto en mi mente como en mis labios? A demás, ¿Por qué demonios me beso? ¿En qué dirección estaba yendo esta amistad? ¿Qué tramaba Gavrel? miles de respuesta llegaron a mi mente ante esa pregunta, él no debía sentirse atraído por mí, o sea, no era absolutamente curvilínea ni de proporcionados atributos femeninos, más bien soy de proporciones comunes combinados con un mal carácter. No soy delgada, pesaba 60kg y media 1.58cm, cabello castaño totalmente lacio hasta por debajo de los hombros, mi estilo de vestir podría decirse que era muy sencillo y poco llamativo, pantalón y playeras oscuras y converse negros, nada muy femenino y glamuroso como otras chicas de mi edad.

—Es suficiente por hoy. –La voz de Grettell la distrajo de los turbulentos pensamientos que deberían desaparecer, pero parecía que mi cerebro tenía otro maquiavélico plan. Aunque ya estaba agotada de estar clasificando los programas educativos de los años pasados, no es como si fueran muy entretenidos y divertidos.

Le entregue la carpeta de aros grandes apunto de vomitar papeles si intentabas abrirla, tome mi mochila de la mesilla del centro de la oficina de la dirección, sin despedirme de Grettell salí de ahí, saque mi iPhone del bolsillo trasero del pantalón y revise mi vacía bandeja de mensajes, ¿Por qué no había ningún mensaje de ese idiota? Me maldije porque me importase si ese imbécil me mandara mensaje. Quería jalarme por los cabellos, no deseaba verlo… es más si esta con esa tal Cami mi día seria tranquilo sin problemas sin contar el de hace unas horas atrás, el enojo que me provocaba que estuviera metida en líos por culpa de cierto idiota me desquiciaba, mi mundo paso de ser tranquilo a ser un completo caos donde era golpeada y castigada, en estos últimos días ha tenido más castigo que ya podía empezar a contarlos con una mano, ¿y de quien venía siendo la culpa? De ¡Volkros! guardo mi iPhone y sigo avanzando por el pasillo para ir a la clase que me correspondía, doblo la esquina y para mi desgracia Kirt se encontraba en pleno manoseo con Megan, una porritas de segundo año que iba por el mismo camino de las zorras escolares, ¿Estaba de moda ser puta? Lo más gracioso es que después las encontraba llorando por que la utilizaban, a mi parecer es mejor estar sola que mal acompañada, las personas lastimaban al igual que los sentimientos por lo que prefería no sentir nada por nadie y eso incluía a Gavrel Volkros.

Al parecer no se han dado cuenta de mi magnifica y estelar presencia, esos dos parecían tener las manos por todo el cuerpo del otro como si nunca se fueran a volver a ver. Me sentía como si estuviera viendo porno en vivo y era asqueroso, jamás ha visto porno ya que jamás pensó en las relaciones sexuales ya que eso significaba sentir algo por una persona y darle el poder para herirte a lo cual yo pasaba en lo absoluto. Saque de nuevo mi iPhone, lo desbloquee y abrí la aplicación de la cámara, los enfoque en un ángulo perfecto justo cuando Kirt metía sus manos bajo la falda de Megan y podía decir que esa mano fue a cierta zona erógena que hizo gemir como hiena en celo y tome la foto haciendo que los dos se separaran apresuradamente como si el perfecto Will los hubiera acachado en plena acción pornográfica no idónea para menores de 18 años. Que en este tiempo ya cualquiera podía ver ese tipo de videos en internet.

—¿¡Gwen!? –Kirt parecía aliviado de que fuera yo y no el perfecto Will. Observo como se pasaba la mano por el cabello y suspiraba, Megan no tanto más bien me miraba como una cucaracha de alcantarilla la cual tenía unas grandes ganas de pisar y estaba muy segura ya que el enojo que reflejaba su rostro de descendencia latina no dejaba duda alguna. –¿Qué haces por aquí? Gavrel te está buscando.

—¿No sabía que tenía prohibido pasar por aquí? Y no me hables de ese idiota que por su culpa estoy castigada. –No pude evitar sonar enojada y lista para asesinar a Gavrel si lo veía.

Megan cruzaba los brazos esperando que Kirt me echara de ahí mismo y yo disfrutaba amargarle la existencia.

—¿Entonces es cierto que te agarraste a golpes con Liz y sus amigas? No lo creía hasta ahora que lo confirmas, ¿defendiste a tu hombre?

Bufe ofendida, ¿Ella peleando por Gavrel? ¡Ni en sueños!

—Que quedé claro que yo solo me defendí de los absurdo celos de esas locas y ¡Volkros no es mi hombre! –Exclame ofendida– ni tengo deseos de verlo o juro que se quedara sin dar hijos en el futuro.




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