Antonia la madre de Ángela le hizo una sopa con mucho ajo y verduras a su hija, la vecina del frente estaba sentada con ella hablando de que siempre esta atento a sus hermanas y que si ve algo raro siempre viene a ver como están, Ángela estaba muy agradecida con ella por eso; la joven le había quitado las niñas a su madre por los pleitos que esta hacía con su marido a diario, Ángela entendía que eso no era una vida sana para dos niñas, también sabía que su madre no era perfecta así que no la obligó a quedarse sin su marido para que las mantenga con ella, cuando consiguió su primer trabajo alquiló esta pieza a mil quinientos pesos dominicanos quincenales Ángela de igual manera estaba cansada de aquellos pleitos de su madre, su error fue dejar a sus dos hermanas un tiempo de tortura en esa casa, al llevarse a las menores vio que con lo poco que ganaba se podía mantener las tres así que se culpó cuando había recordado el sufrimiento que ambas niñas lidiaban a diario después de que ella se había ido de la casa. Respiro profundo y tomó el plato que su madre le pasaba.
—No te dejes morir Ángela, si tienes algo no dudes en llamarme, yo estoy cerquita y tu eres una buena persona no se me olvida la vez que tuvieron que llevarme al hospital de emergencia y tú te quedaste en mi casa y no dejaste que los niños me pasen hambre yo aunque no lo creas te agradezco mucho eso, nunca has tenido ninguna maldad para nadie y por eso yo espero que te sanes pronto —Aquello lo había dicho su vecina mientras acariciaba su cabello, peinando sus rulos desordenado.
—Yo también espero —Dijo la chica agradecida por sus dulces palabras. La mujer salió de la habitación y se fue a su casa.
—Ella es muy buena y todo, pero no le cuentes nada de lo que te haya pasado, lo sabrá el barrio entero, además no me has querido contar a mí que soy tu madre —Ángela soltó una carcajada sintiendo un pequeño dolorcito bajo el abdomen. Termino de comer y se levantó de la cama.
—No te preocupes en el momento indicado todos lo sabrán —Dicho esto dejo a la mujer y se sentó en la sala. La madre duró un rato más y tuvo que irse para cocinar a su marido.
—¿Que vas hacer Ángela? Dijeron que no hagas fuerza.
—Niñas tengo que aprovechar para lavar la ropa sucia no creen.
—Pero, ¿te sientes bien?
—Estaré bien Darleni, ve a busca la ropa sucia, Darlin búscame las ropas ve, ve. Las juntas todas y ni siquiera sé cuál esta limpia y cual esta sucia —Salió al patio trasero y sacó agua del cubeton hacía una ponchera. Mandó a Darleni a buscar ace y cloro al Colmado de Esteban y empezó a lavar la poca ropa que había, terminó entrando las doce del medio día, Darleni había comprado arroz y huevo para cocinar pero Angela empezó hacerlo.
—Si ya estoy aquí deberían de aprovechar y bañarse temprano para ir a la escuela —Darleni suspiro mirando a su hermana mayor, realmente quería que ella se sentará no sabía que le había pasado pero entendía que no era nada bueno.
—Bien, vete a bañarte primero Darlin —Esta sin ningún reclamo preparó el agua y entro al baño, al cabo de unos minutos salió y Darleni entro. Se vistió con el uniforme y se sentó en una silla de plástico.
—Toma —Ángela le pasó el plato de comida a la niña mientras buscaba un cepillo para arreglarle el peinado—. Cuando llegues ahorita debo peinarte, recuérdalo para que no vuelvas a ir con este cabello así —La chica afirmo con la cabeza mientras comía, Darleni salió después de vestirse y empezó a comer y luego de un rato se fueron hacia la escuela.
Ángela se quedó sola en la casa y aprovechó para limpiarla por completo, realmente no podía quedarse quieta no quería sentirse un vagaso por lo que le había pasado, eso no la marcaría jamás! cambio las cortinas blancas y puso unas azul cielo, cambio las colchas de las cama, lavo los pocos platos que tenía y puso un café en la estufa. Ángela se acostó en la cama y se quedó dormida por el cansancio. Volvió a levantarse cuando sus hermanas llegaron de la escuela a las seis de la tarde.
—¿Que fue lo que hiciste? —Preguntó Darlin mirando todo el cambio en la pieza.
—Estamos viendo que no se quedó quieta durante todo el día —Respondió Darleni mirándola enojada, Ángela bostezo se levantó de la cama y le dio una nalgada a su hermana.
—No te preocupes tanto Darleni se te va a caer el pelo —Darlin hecho una carcajada al escuchar aquello, ambas niñas se cambiaron a ropa cómoda y salieron a la sala, Ángela le sirvió un poco de leche con café a las dos. Una hora más tarde llegó Adalia con unas fundas del súper mercado.
—Hola, los chicos te mandaron esto.
—Mentirosa eso lo compraste tú.
—Pero ellos aportaron —Dijo poniendo las bolsas en la mesa, Adalia la abrazó de repente.
—Estoy bien —Respondió Ángela a su agarré, Adalia sollozo entre disculpas, estaba dolida porque en el fondo sabía que le había fallado al no protegerla lo suficiente—. No es tu culpa nada, lo sabes ¿verdad?
La chica se separó de ella limpiando sus lágrimas —No lo sé —Respondió Ángela sentándose en una de las tres sillas plásticas de la casa, de verdad consideraba el hecho de ser la culpable.
—Pero sabes que no es tu culpa.
—Yo sé que no. Bueno, además no esta en nuestras manos que pasen o no pasen cosas así pero me siento mucho mejor eso es lo importante —Miró a sus hermanas y sonrió.
—Kevin me contó paso tan deprisa que cuando llegue ya no estabas, quería verte, estaba loca por salir del trabajo, quería saber cómo estabas.
—Estoy muchísimo mejor de verdad y seguiré mejorando poco a poco. Ya no te preocupes.
—¿Quieres café Adalia? —Preguntó Darleni.
—En esta casa lo único que encontraras es café —Protestó Adalia.
—Exactamente, el que no beba café que no venga a mi casa y ni siquiera se aparezca en mi vida —Protesto Ángela. Las chicas sonrieron a carcajada.
—Bien, sirveme café —La adolescente fue hacia la mesa y sacó una taza del escurridor la enjuago con agua y le sirvió el café a la chica—. Échale un poco más de azúcar, a ustedes les gusta su café amargo.
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Editado: 10.08.2022