Gabriel estacionó el carro un poco más abajo de la embajada, tuvieron que caminar una larga cuadra para llegar y notaron una gran fila.
—¿Por qué hay tantas personas Buscando visa?
—Pues es más fácil desde que vivo en el país —Dijo el principe, reconoció el carro blanco y caminó hasta este tocando la ventanilla.
—Están en el otro carro —Comentó Diego, ambos salieron del carro luego Ángela salió con los brazos cruzados y una cara de pocos amigos.
—Ángela está enojada —Musitó Nikolais mirándola caminando hacía ella, el joven le dió un beso en la mejilla y luego otro en la boca—. Vamos.
Entraron juntos al edificio, Nikolais sacó su celular y le envío un mensaje al hombre avisándole que ya estaban aquí para que el hombre sea quién los atienda él mismo, normalmente este tipo de trabajo lo hacía el personal pero Nikolais quería esa visa lo más pronto posible no quería tener que coger lucha en otro momento.
—Esa es la recepción, ve y dile que tienes una cita con él —Ángela señaló el lugar.
—Cariño yo tengo su número personal ya no necesito ir hacia allá.
—Eso lo debiste pensar antes de mandarme a pasar vergüenza con esa mujer.
—Lo siento, pensé que estaría en el sistema, al final es una cita de visa.
—Sí, pero esa mujer piensa que ya conoció una loca, pensando que estoy hablando idioteces; ni siquiera te conoce. Ven te voy a presentar —Ángela lo jaló hasta la recepción—. Amiga mire este es el principe Nikolais, que pena por usted que no lo conozca trabajando en este lugar —La muchacha suspiro cansada.
—¿Otra vez usted? —Dijo, Nikolaid frunció el seño.
—¿De verdad no sabe quién soy? Soy el hijo más pequeño del rey en Dinamarca —Nikolais cruzó los brazos, la chica se quedó mirandolo fijo y negó con la cabeza, a estás alturas ella seguía pensando que todo esto era una broma, tocó la perilla de seguridad y dos hombres aparecieron.
—Ay Nikolais —Ángela se echó a reír cuando vio los hombres.
—Vaya que no tengo nada de potestad en esta nación —Gil salió del ascensor mirando hacia todos lados, algunas personas lo saludaron y él amablemente le devolvió el saludo.
—Alteza real es un placer tenerlo por aquí —El hombre saludó al joven estrechando sus manos.
—No puedo decir lo mismo, su seguridad me quiere sacar —Gil miró a ambos hombres confundido, estaban hablando en Danés así que ellos no podían entenderles por lo menos la recepcionista y uno de los guardias.
—Lo siento mucho alteza real hubo un mal entendido.
—por cierto lo familia real confía mucho en usted así que debería de tener un poco más de cuidado con las personas que contratan para el personal de esta embajada, sé que no es usted que se encarga de esto, pero debe revisar sus empleados debes en cuando —El joven miró a la chica y desde aquí empezó hablar en español—. Está joven no tiene ningún conocimiento de la familia real, ni siquiera me conoció, de hecho fue quien llamó a los seguridad para que nos sacaran de la embajada.
—Lo siento mucho alteza real, yo lo conocí, pero quería saber que está pasando, no entiendo bien —Habló uno de los seguridad.
—Te ofrezco una disculpa —Gil contestó.
—Bien, recibido de ambos. Pero quiero que cambien a esa recepcionista o por lo menos darle un cursillo no lo sé, algo que le diga que para buscar un empleo en una embajada debe estudiar el país encargado. Tal vez.
—Lo siento mucho alteza, yo... —La recepcionista intento disculparse.
—No, no, no, no quiero más excusa. ¿Podemos pasar a la oficina? —Miró a Gil el cuál estaba muy avergonzado. Este respiró profundo y le indicó el camino con sus manos, al entrar al ascensor volvió a pedirles disculpas al principe y este las recibió amablemente.
—No se asusté señor Gilberto. Solo fui un poco duro delante de ellos, es una responsabilidad muy grande la que usted tiene y lo admiro mucho —El hombre suspiro aliviado y sonrió.
—Muchas gracias alteza. Cambiando de tema ¿Quiénes son las que van para Dinamarca?
—Mi novia, sus dos hermanas y está señora. Podría estar listo para mañana. Algunas visas pueden esperar pero la reina ya debe conocer a esta hermosa princesa —El hombre afirmó con la cabeza caminado hasta su oficina. Antes de empezar con todo Gil hizo una llamada para que cambiarán la recepcionista y pidieran una específicamente con conocimiento de la familia real.
∆∆∆}∆∆∆∆∆∆CROWN AND LOVE∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆
La tarde pasó con mucho aretreo, documentos por aquí, visitas por allá, sellos por aquí, firmas por allá y así sucesivamente hasta que concluyó todo a esos de las cinco de la tarde, Gilberto le entregó el sobre con los documentos a Ángela. Diciéndo bienvenidas a Dinamarca y deseándole feliz viaje aunque ni siquiera ella sabía cuándo era el vuelo.
—En un momento vives en un barrio y al otro estás buscando visa de Dinamarca —Comentó la señora Mercedes, Ángela sonrió cansada, Nikolais detuvo el carro en un restaurante y Diego quién conducía el otro se detuvo detrás de él.
—Ustedes dos han hecho un buen trabajo hoy mis hijos —Comentó Ángela mirando a ambos jóvenes estirando sus músculos, a cada parada en el momento que buscaban los documentos necesarios iba con uno de ellos sin mencionar que eran cuatro mujeres y era mucho lo que se tenía que buscar, pero lo habían logrado antes de la siete de la noche.
—Muchas gracias—Dijeron ambos, ahora se encontraba descansando esperando el plato que habían pedido, Ángela y Nikolais estaban en una mesa, las niñas y la señora Mercedes en otro y Diego, Rafael y Gabriel en otra mesa.
—¿No te parece que son un duo dinámico esos dos? No lo sé tipo así Robin y yo —Dijo Nikolais mirando hacia ellos.
—Me parece que son más cercanos —Contestó Ángela.
—¿Cómo tu y tus hermanas?
—Mas bien como tú y yo.
—Pura conspiración, están en el mismo pelotón —Nikolais se echó a reír.
—No lo sé, tal vez estoy equivocada y sea más como tú y Robin —Ángela sonrió—. Solo sé que se tienen mucha confianza desde que los conocí, escucharlos hablar es como estar en medio de dos personas que se conocen de toda la vida.
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Editado: 10.08.2022