✨ CAPITULO 72

Después de aquella entrevista tan fastidiosa habían pasado al juzgado; casi todos estaban en aquella sala del juzgado, la mayoría de las personas presentes conocían a ambas chicas, algunas de aquellas personas no se imaginaban que entre esas dos mujeres pasará algo así, su amistad parecía ser muy fuerte y de confianza y fue raro ver que de momento a otro se había quebrado hasta romperse completamente, y eso se debía a las malos sentimientos que se empezó a sentir y no sé curaron,  la familia de Adalia, algunos empleados del restaurante, el señor Nelson y su esposa, Kevin y su esposa, algunos criados de Nikolais, algunos periodistas sin sus cámaras porqué no había sidos permitidas estaban presentes en las sillas del juzgado con la intriga de que pasaría después de que Adalia se había declarara culpable.

Cuando Ángela entró a la sala todos posaron su mirada en ella, se sentó en la delantera al lado de su abogado el cuál llevaba el caso de ella desde el inicio, un abogado privado que Nikolais había contratado. Después de que el juicio había empezado Adalia pasó para declararse por décima vez culpable delante de Ángela, el juez y los testigos presentes.

—Juro decir la verdad y nada más que la verdad —Repitió lo que el hombre le había dicho que dijera con las manos en la biblia, miró a Ángela y veía en ella una mirada desconocida, Ángela la recordaba, como aquella mujer que una vez la ayudó a tener su primer empleo en un restaurante y que desde ese momento empezó a ser una amiga muy confidente. Ángela no se imaginaba que pudo a ver hecho para llegar a este lugar y momento de sus vidas.

—Con todas las pruebas contundentes y los testigos presentes —Empezo hablar el juez—. Cómo se declara la señora Adalia Montés —La joven se quedó mirando a la joven, sabía que si se declara a inocente esto sería algo para mucho tiempo, pero viendo la mujer que tenía en frente cansada con una cicatriz que guardaba en la parte derecha de su cabeza pensó que debía parar, además declararse inocente a estas alturas era la soga en su cuello ya que, declarándose inocente les decía a los del jurado que no estaba arrepentida, el juez miró a la joven esperando una respuesta devuelta.

—Culpable —Dijo sin más. La familia se entristeció pensando que no debió ser así sabiendo ellos lo que decía sobre que ella había Sido amenazada por Luis, ellos esperaban que el juez tomara todo eso en consideración.

—Antes de que el jurado presente tome la decisión del final de la señora Adalia Montés sabiendo ya su testimonio vamos a llamar al testigo único de la señora Ángela Rodríguez la cuál no está en capacidad de testificar ella misma por un trauma en la cabeza para que el joven de su testimonio —Habló el juez, el joven se levantó de la silla algo nervioso y pasó al estrado sentándose en la silla al lado del juez.

—Juro decir la verdad y nada más que la verdad —Repitió el jovencito.

—Puedes empezar a decir el testimonio desde lo que recuerdes, cuándo fuiste secuestrado por el difunto Luis Tapia y la señora Adalia Montés —Habló el abogado de Ángela después de levantarse de su asiento, el chico afirmó con la cabeza—. Empieza cuando quieras.

—Bueno —El chico respiró profundo para calmar sus nervios—. Yo recuerdo un trece que el señor Luis llegó solo a mi casa y entró con un arma en las manos apuntando a mi madre, ella echó un grito y yo salí de la habitación asustado pensando que le había pasado algo malo, pero me encontré con este señor hablándole con el arma, apuntandole en la cabeza.

—¿Qué le decía? —Preguntó el abogado.

—Preguntaba por mi y al verme me jaló, le pasó un papel blanco y me llevó a puros jalones hasta el auto, era temprano de la mañana y la gente salio tarde, ya me había llevado con él en su carro hasta el barrio de las prostitutas como la gente lo llama. Esperen, yo intenté no entrar en el carro y él me abofeteo fuerte partiendo me la boca y cuando llegué a la casa donde el tenía a Ángela Adalia preguntó que hacía aquí, dijo ¿Que hace él aquí? ella no sabía al parecer que yo iba.

<Ángela estaba dormida cuando yo llegué y al él tirarme encima de ella se despertó y empezó a discutir que no quería que yo estuviera ahí que me liberarán, pero Luis solo quería mandarle un mensaje a Nikolais porque ellos no habían tenido un plan tan perfecto para el secuestro. Los escuché varias veces pensando que hacer porque no sabían. Él solo quería llevarse a Ángela y Adalia solo quería el dinero. Ella le decía que no maltratara  a Ángela pero él le pegaba fuerte hasta sacarle sangre —Angela miró a su amiga con tristeza al escuchar aquello y un sentimiento de nostalgia con cada palabra masajeando su cerebro, intentando hacerla recordar.

<El parecía tener alguna obsesión con Ángela porque me dijo que nos iríamos juntos a vivir como una familia y que me llevaría porque Ángela se quedaba quieta por mí, para que él no la maltratara en frente mío. No comíamos nada más que pan una o dos veces, realmente me dolía mucho el estómago y Ángela no comía absolutamente nada, me decía que pronto estaría libre, pero yo sentí que ella no se mencionaba en esa libertad. Creo que estaba segura que iba a morir en cualquier momento... Cuando Adalia se fue —El chico empezó a llorar—. Toda mis esperanzas de tener la libertad que queríamos se nos fue a los dos...

—Tomate tu tiempo —Musitó el abogado después de unos minutos bebió agua y respiró hondo.

—Ella se llevó la mitad del dinero y en ese momento la policía llegó. No sé cómo llegó Luis había dicho que Adalia lo traicionó con la policía, que tal vez había llegado a un acuerdo para arruinar sus planes, hay fue cuando le rompió el cráneo a Ángela haciendo que ella momentáneamente perdiera la inconsciencia, pero como que volvió en sí cuando escucho mis gritos. Yo estaba muy asustado no sabía que hacer, intenté defenderla pero Luis aún con el disparo que alguien le dió en el ojo me derribó rompiendo mi frente y parte de mi quijada. Bueno, ya de ahí hubo más disparos hasta que el llegó a un acuerdo con el oficial que gritaba por el Boquitoquis "¡Luis tapia llegaremos a un acuerdo! Escuché decir. Él pidió que lo dejarán salir con Ángela, la arrastró y abrió la puerta. No sé qué más pasó.