Amanda a estado rápida y ha logrado escapar, pero no puede llegar a Melissa, porque esta Damián con ella, ahora se las tendrá que ingeniar para, que no la pille desprevenida.
Damián no es tonto, sabe que en cualquier momento Amanda, querrá ayudar a su amiga, para rescatarla de sus sucias manos, además es una buena baza para él, que no piensa ponérselo nada fácil, a no ser, que ella ceda a sus deseos.
Amanda con el tiempo ha aprendido a ser dura, a no dejar que las palabras calen dentro de ella, a ignorarlas, a responder con la misma moneda, sabe que Damián, no está bien, que está obsesionado con ella, y que una persona así, pierde totalmente el control, sabe que es un peligro.
Mientras Damián esta recostado en una silla de la suite donde permanece Melissa.
Sobre su mente y en esa tranquilidad que le invade, sus palabras se forman tibias, sus pensamientos son relajados y suaves.
"Pasan las horas y sigues siendo mi única obsesión, tienes el poder de dejarme sin una sola palabra con solo sonreír, tienes el poder de dejarme sin aliento con solo una mirada, tienes el poder de convertirme en una fiera por ti, has llegado a mi vida, como un ciclón, eres pura belleza, y no te dejare escapar, porque si no eres para mí, no serás para nadie."
Damián sale fuera, quiere divertirse, un poco. Sabe que Amanda en el fondo esta asustada, como una niña pequeña, en la oscuridad de su habitación.
—¿Amanda, donde estas? ¿Por la proa, por la popa?
—No, idiotaaaa
—¿Por el salón? ¿En el almacén?
—¡No, y puedes buscar toda la noche, que no me vas a encontrar!
—¡Sal, no me pongas de mal humor, será mucho peor!
Damián intenta localizar de donde viene la voz de Amanda, pero no lo consigue, le suena como si fuera muy lejana.
Amanda está en el garaje acuático, donde se guardan las prendas de buceo, es un lugar estrecho e incómodo, apenas entra y está muy encogida, se ha puesto un paño sobre la boca, así su voz suena diferente, de esta manera sabe que confunde a Damián.
Damián, se enfurece, porque no logra dar con ella, pero tiene a Melissa y ella pagará la ausencia de Amanda.
Se dirige a la suite y levanta a Melissa de la cama, la lleva hasta el salón y le quita el saco.
—¡Ves, tu pagarás, por culpa de Amanda!
—¡Suéltame, no seas loco!¡Déjame ir!
Damián empieza a golpear sobre la cara de Melissa, ella se defiende, pero él, es más alto y fuerte, la golpea con fuerza, sobre los labios y la nariz de Melissa brota sangre, de sus ojos caen lágrimas, sobre sus mejillas, ha recibido muchos golpes y tiene toda la cara morada.
Damián ha cogido, la cámara de fotos, y le ha sacado un montón, la cámara es de fotos instantáneas, que ha dejado repartidas por todo el yate, para dejarle claro a Amanda, quien es el que manda.
—Eres una estúpida Melissa, ¿ves lo que pasa, cuando no te portas bien? Tienes que ser una buena chica, y te dejaré tranquila.
La coge de los brazos y la lleva arrastrando nuevamente hasta la suite, donde la tira de golpe sobre la cama.
—¡Ahora, te quedas aquí, por tonta! Yo voy a cenar algo rico y una cerveza fresca, cómodamente en el salón.
Damián pasea, por todo el yate, en busca de Amanda, pero no la encuentra por ningún sitio, ni dentro de armarios, ni en el almacén, ni por la proa, echa un vistazo en el garaje acuático, pero tampoco la encuentra.
Se da por vencido, se va al salón a comer y tomarse esa cerveza a la luz de la luna.
Amanda sale del pequeño escondite a estirar las piernas, y a comer un poco, tiene latas de atún, pan y agua que ha cogido, mientras Damián estaba con Melissa en la suite.
Le duelen las piernas de tenerlas encogidas en un espacio tan reducido y estrecho, pero se ha dado cuenta que hay está a salvo.
Sube hacia arriba, llegando a la proa, donde encuentra fotos de la cara de Melissa, por todas las partes, Amanda se queda estupefacta, y angustiada, le entran ganas de gritar, pero sabe, que no es buena idea.
Amanda piensa, para sí misma...
"Tengo que ayudar a Melissa, ¿pero, como? Tranquilízate, algo se te ocurrirá, relájate y piensa, piensa...Te ayudaré amiga, aunque me cueste la vida, no te dejaré..."