Cruel tempestad

Capítulo 17º Atando cabos.

Amanda ha logrado llegar a la suite donde se encuentra Melissa, pero no ha podido ayudarla, Damián la mantiene atada de pies y manos, sobre la cama.

Pero ella cada vez, que lo oye, escapa de allí, Damián sale a veces, pero no tarda mucho en regresar y ella sabe que es la única salvación para Melissa.

Ha podido ir a la cocina para coger más alimentos, agua y llevárselos a su pequeño escondite, Damián pasea por las tardes por la proa y por la popa, da golpes para asustarla, sabe que ella le escucha, y como cada noche se pone a cantar la misma canción una y otra vez.

Amanda está intentando un plan, tiene que dejar a Damián, bajo su control, tiene que ir por delante de él, si quiere salvar a Melissa, algunas noches escucha como la abofetea y la grita, sabe todo lo que está sufriendo en manos de ese loco.

"Terminaré contigo bastardo, pagarás por lo que la estás haciendo, todo el mundo hablará de ti", piensa Amanda para sí misma.

—¡Vamos preciosa! No sigas escondida, en algún momento daré contigo y será peor.

—Búscame, estúpido cobarde.

—Déjate de tonterías Amanda, los dos queremos lo mismo.

—Ni soñarlo, a mí no me vas a poner, la mano encima, asqueroso.

—Podemos ser muy felices, no nos faltará de nada amorcito.

—Yo no soy tu amorcito, y no quiero nada contigo, te odio, por haber arruinado mi vida,

—¿Arruinado tu vida? Es tu maridito, el que te ha abandonado, ¿recuerdas?

—¿Y tú qué sabes, listillo? No sabemos nada, deja de inventar.

—¿Inventar? ¿Acaso, lo ves aquí con nosotros? ¿Está la otra moto, de agua que falta? No seas tonta y despierta, se fue sin ti, no le importaste en absoluto cuando te abandonó. Sin embargo, yo estoy aqui , contigo para cuidarte.

—Yo me se cuidar solita Damián, soy mayorcita y se lo que hago, y precisamente es no estar contigo, no estas en mis planes, ni tan siquiera existes, eres simplemente una voz en el cielo absurda, que no tiene importancia para mí.

—¡Te cogeré, maldita loca! Y te cerraré la boca.

—¡Claro, habló el machote!

—¡Estúpida, que te has creído!¡Aquí mando yo!

—¡Aquí! ¿Donde? En este yate destrozado, sin gasolina, sin rumbo,

sin apenas comida, sucio, sin radio, perdido en medio de la nada, sin nadie que nos localice, ¿estas tonto Damián?

—¡Amanda, tengo millones, para abandonar este yate y comprarme uno mejor y más grande, soy un tenista famoso, gano dinero, me sobra el dinero!

—¡Me da igual, no quiero tus millones, ni tu yate!¡Quiero mi vida, y nada más!

—¡Eres terca, como una mula!¡Yo te domare, eres una salvaje!

—¡Jamás, me pondrás una mano encima! ¿Te enteras, asqueroso?

¿Qué pensará, tu madre de ti? ¿Cuándo se entere de que pegas a tu mujer, y de que eres tan cruel?

—¡No metas, a mi madre en esto! Y Melissa no es mi mujer, hace tiempo que dejo de serlo.

—¡Pues suéltala, entonces! Ella es libre, no te pertenece, y tu madre imagino que se llevara un disgusto al descubrir el tipo de hijo que tiene, y tus fans te abandonaran, y te odiaran, ese es el futuro que te deseo, que todo el mundo te odie tanto, como te odio yo.

—¡Cállate, loca! Te atraparé, el yate no tan grande, como para no encontrarte.

—¡Pues de momento, no te va nada bien!

Amanda escuchó los pasos de Damián, alejándose hacia el interior del yate, ella permaneció en el garaje, sin moverse de allí y se puso a comer un bocadillo de embutido y agua.

Como siempre en ese momento le acompaña su dulce David, ella imagina su sonrisa, sus bromas y las cosquillas que le hacía en los pies, en esos instantes Amanda se encuentra en una nube, la relaja totalmente, parece no estar en la situación que está viviendo, es como si David estaría alli con ella.

Mientras en la suite Damián se desahoga con Melissa, no puede aceptar que Amanda, le dé negativas y que sea superior a él.

Se tumba sobre Melissa, que maniatada no puede defenderse y abusa de ella, una y otra vez, y luego la golpea sin compasión con rabia y coraje, porque ella, no es Amanda, y eso, le enfurece aún más.

Melissa, tiene toda la cara morada, de los golpes, tiene moratones por todo el cuerpo de los puñetazos y está mucho más delgada, porque Damián solo la da de comer, una vez al dia.

Lo que una madrugada se convirtió en una fuerte tempestad, debido a la gran tormenta, ahora es un gran infierno para Amanda y Melissa, dos mujeres perdidas en las aguas del mediterráneo, acompañadas de un loco sin escrúpulos ni compasión, un hombre que ha perdido la cabeza y no domina sus actos, una obsesión por una mujer que le odia...

¿Logrará Amanda, llegar a Melissa y sacarla de la suite?

O será demasiado tarde...

 




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