Cruel tempestad

Capítulo 21º Ataduras

Amanda vive en un continuo estado de estrés sin poder ayudar a Melissa, al mismo tiempo ya está harta de soportar a Damián, demasiado tiempo en un yate aislada del mundo, con la incertidumbre ahogándola sin saber de su marido David, una agonía que ya está durando mucho tiempo y que parece no tener final.

Si mis respuestas no te gustan, déjame tranquila.

Si mi manera de pensar es de otra forma, eso a ti no te importa.

Porque quieres que sonría, si un día me la arrebataste de golpe.

Porque quieres que vea el mundo de colores, cuando tu con la brocha lo teñiste de negro, y hundiste mi vida.

Porque quieres que sea feliz, si tu cavaste un pozo donde solo cabe la tristeza.

Porque quieres que sea positiva, si decapitaste con tu hacha lo poco positivo que me quedaba, y lo que tengo en mi corazón jamás te pertenecerá.

Porque quieres que mi corazón viva de nuevo si te encargaste de congelarlo, ahora está cerrado y es duro como una roca.

Entonces amigo, cruel y déspota, déjame tranquila.

Déjame vivir como estoy porque el resucitar algo que tú mismo mataste, cuesta mucho y a estas alturas ya carezco de fuerza para volver a ser la que un día fui y enterraste en vida.

Estoy bien así, no quiero falsas sonrisas, ni que mi corazón vuelva a vivir, ni falsas alegrías, ya no me sorprende nada, y nada espero de ti, simplemente quiero que pase esta pesadilla, y no volver a verte, ni saber de ti.

En mi tristeza y soledad he hecho un mundo sin dolor, un mundo donde mi corazón vive,

Donde no tengo, que fingir, ni rogar, donde mis respuestas agradan y se me acepta tal como soy

En fin, un mundo donde se me entiende y no prejuzgan…....

¿Me preguntas si estoy triste?

Mi respuesta es sí.

¿Me preguntas por qué?

Mi respuesta es simple, para que contar mis penas, ¿acaso tú me darás la solución? ¿Me preguntas, porque no sonrió?

Mi respuesta es porque no sé, olvide como se hacía.

¿Me preguntas, porque en mis mejillas solo hay lágrimas?

Sera porque mis ojos solo saben llorar.

Mi respuesta es porque mi corazón esta marchito.

Pero tú, tú que me haces tantas preguntas dime:

¿Dónde está la solución, en la resignación o en luchar?

Mil soluciones puedes decirme, pero yo sé la que tengo, y como la quiero…

Me has destrozado la vida, y sigues haciéndolo sin compasión, pero en el fondo me das pena, tan solo eres un enfermo que no domina su mente, que camina sin rumbo y está en la nada.

Todos estos pensamientos fluyen en la mente de Amanda, cada noche, preguntas sin respuestas, reflexiones que habla para sí misma en voz alta, necesita soltar, todo lo que lleva dentro y su otro yo, es su mejor aliada y compañera, el eco de sus palabras la ayudan a no sentirse sola, en esa sombría soledad, en esas noches de profundo silencio, y en esos días tan largos, a la espera de que algún día pase alguien por allí.

A veces su desesperación, es muy grande y cada día que pasa, le va quitando poco a poco la esperanza...y sus días cada vez se van volviendo más grises...

 




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