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¿En que momento escribir se volvió un agobio?
Una pregunta que me hago todos los días al momento de sentarme en el escritorio de mi cuarto e intentar escribir aunque sea una palabra que de inicio a algo nuevo.
Aunque actualmente nada es muy nuevo.
Títulos con palabras repetitivas, historias con desarrollos similares, mismos clichés y hasta muchas veces personajes con nombres iguales. Ya leí muchas Karla, con C y K. Todas tienen la misma personalidad extrovertida, desvergonzada y se vuelven mis favoritas a pesar de que se terminan volviendo un personaje irrelevante durante el pasar de los capítulos.
Las Karlas deberían de tener más protagonismo, no importa si su nombre es con C o K.
Pero eso ahora no importa, total, no tendré la oportunidad de escribir a ninguna.
Ahora solo me limito a mirar por la ventana de este tren que avanza por las vías, dirigiéndose a aquel destino incierto, mientras que plasmo sobre la hoja de mi cuaderno las primeras letras de aquella carta que jamás será leída, para una persona que sólo vi una vez, y que posiblemente nunca se enterara de esto.
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