Ciro
Corte la comunicación vía telefónica y mire a Kimberly, que está haciéndole caras a nuestra hija.
—Helena se casó.
Kim
Lo miré con asombro; estoy realmente impactada con la noticia. Y pregunte.
—¿Con Luciano?
—Sí. Mi madre está destrozada —comenté sentándome en el sofá, estiré las piernas frustrado—. Es una loca.
—Yo quiero confesarte algo. Pero, júramelo que no se lo dirás a nadie, Ciro Adriano —dije muy seriamente.
Ciro
Me le quedé mirando seriamente; mi mujer no nombra mi segundo nombre si no es delicado.
—Lo juro.
—Tu hermana se sentía muy atraída hacia él y no quería romper la promesa que se había hecho de llegar virgen al matrimonio.
Ciro
Estoy pasmado y exclamé.
—¡Se casó por calentura!
—Creo que sí. Yooo… Puede ser que esté muy equivocada —dije arrepentida de decírselo—. Por la situación que estaba, es lo más probable. Luciano es un hombre muy bueno.
—Cancelemos el tema —le pedí cerrando los ojos, para controlar mi molestia; quiero gritar o golpear algo, mi pequeña no merece semejante tontería. No quiero despertarla.
Kimberly
Sé que Ciro está molesto; siempre ha protegido y querido a su hermana todo el tiempo. Ahora me arrepiento de habérselo dicho. Lo que menos deseo es que él esté intranquilo y pensando en tonterías.
El timbre sonó.
—¿Quién será? —me pregunte y camine hasta él, con mucho cuidado para entregarle a nuestra hija—. Toma.
Ciro
La recibí encantado. Mientras que mi mujer abre la puerta. Pude ver su sorpresa; son mis exsuegros. Bueno, mis suegros de nuevo.
—Papá y mamá —solté sin poderlo creer.
Ciro
Me levanté del sofá y fui hasta ella con mi hija en brazos.
—¿Qué hace él aquí? —soltó enojada Mary Jane.
Ciro
Pareciera que me hubieran dado un golpe en la boca del estómago cuando la miré; por culpa de esa mujer, Kimberly había estado enferma y no voy a permitir que se enfermara de nuevo.
—Estoy con mi mujer e hija.
El padre de Kimberly, perplejo.
—Regresaste con él.
Kim
Asentí con la cabeza.
—Eres una tonta —dijo su madre enojada—. Te engañará y te quitará a la niña.
—Vergüenza debe de darle a usted dejar a su hija enferma y venir aquí. Para envenenar a mi mujer con acusaciones tontas —dije muy molesto. Con cuidado, me fui a llevar a la niña a la habitación para dejarla en la cuna y regresar a la sala. Necesito aclararle un par de cositas.
Kim
Mire la tensión que está formándose en mi hogar.
—No es el momento —pedí cerrando la puerta, al verlos entrar—. No estoy bien.
Su padre se preocupó.
—¿Qué sucede, hija?
Ciro
Escuché la voz de mi suegro preguntándole a mi mujer qué había pasado y necesito aclarárselo.
—¿Qué sucede? —repetí reuniéndose con ellos—. Por culpa de su esposa, Kimberly volvió a la clínica por una hemorragia.
Mary Jane palideció.
—¡Eso es mentira!
—No es madre —hable con seriedad y cruce los brazos—. Te fuiste y me dejaste sola con la niña, sin importarte nada.
—Gracias a Dios, que esa misma noche vinimos mi hermana y yo para hablar con Kimberly —expliqué serio—. En pocas horas se puso muy mal y tuvimos que llevarla a la clínica.
—Estuve hospitalizada por unos días —comenté mirando a mi madre con rudeza—. Me dejaste en el peor momento y todo por ese odio que no entiendo que sientes por Ciro. ¿Qué te ha hecho él?
—No voy a hablarlo —aclaró con frialdad—. Después de pensarlo tanto, no quiero estar alejada de mi nieta.
—Mary me comentó todo apenas hace unos días —confesó su padre—. No sabía nada…
Kimberly
Estoy atónita.
—¿Por qué, madre?
—Ella en su egoísmo no quería volver —explicó él, mirando cómo su esposa cruzaba los brazos—. Estaba ansioso por conocerla.
—Por lo que vio, es pelirroja como yo —comenté serio. No voy a permitir que sienta ningún rechazo. Mi hija la voy a proteger, así sea de su propia familia materna.
—Sí, se parece mucho a mi hija —aclaró con una sonrisa—. Me encantaría cargarla y besarla.
Ciro
Me dirigí de nuevo a la habitación para buscar a mi hija y entregársela a mi suegro; por difícil que sea, Joseph no es un hombre malo, solo que muchas veces consiente demasiado a su esposa y la apoya en los momentos en que ella no tiene la razón. Muchas veces intenté entender su relación, pero con el tiempo entendí que Joseph vive protegiendo a Mary Jane de algo.
Joseph estaba emocionado de tener a su primera nieta en sus brazos y besarla, malcriarla y consentirla como hacía con su única hija cuando era un bebé. Ahora podía disfrutarla como se debía.
Kimberly
Observe cómo Ciro viene de regreso con nuestra pequeña; con cuidado se acercó a mi papá y se la entregó.
Al recibirla en sus brazos, le dio un beso en la frente y le sonrió emocionado. Su nieta era una verdadera belleza; tenía tanto de su hija que, cuando creciera, rompería muchos corazones.
—Dios mío, qué niña tan hermosa —comentó realmente emocionado—. Parece una niña sacada de un cuento de hadas.
Ciro
El comentario me hizo sonreír y le expliqué.
—Kimberly y yo tenemos buena genética.
Mary se acercó a su esposo y sonrió; su nieta era realmente preciosa con esos ojos azules y ese color de cabello tan llamativo. Sería una sensación cuando la vieran; tenía que guardar su orgullo y disfrutar a su única nieta.
—Ven con la abuela.
Su esposo se la entregó.
Kimberly
Estoy más que emocionada; no creí que este día pudiera llegar y que mis padres estuvieran tan emocionados con mi pequeña. Creí que, por ser hija de Ciro no la aceptarían del todo, por tantas diferencias que tuvieron. Parece que mi hija será la consentida de ambas familias.
Ciro
Me alejé para poder preparar algo de comer; me imagino que mis suegros se quedarán con nosotros por unos días, como solían hacerlo antes.
Editado: 20.12.2025