Cuando el destino llama

Capítulo 23.

La niebla cubre el bosque por la madrugada y hace algo de frío, no recordaba el momento en que me había quedado dormida. Para cuando abrí los ojos, estaba recostada sobre uno de los hombros de Nycolai con su chaqueta en mi regazo. Rápidamente me aparté.

-Bien, ya has despertado-. Dijo el pelinegro sin tomarle importancia a mi repentina reacción.

-¿Dónde estamos?

Pregunté y él solo sonrió y levantó un poco la cabeza indicándome con su mentón que mirara al frente. Al voltear no pude ver más que niebla y árboles.

-¿Un bosque?

*Dije con algo de confusión.

-Después de tanto tiempo, ¿Aún sigues usando solo tus ojos?

-¿A qué te refieres con eso?

-A que mires y sientas más allá de lo que yace frente a ti.

Eso me desconcierta un poco, pero decido intentarlo. Centro toda mi atención en lo que yace más allá, tal y como Nycolai dijo. Puedo escuchar algo, algo más que las ruedas de la carreta pero no logro identificar qué es. Una ligera brisa me acaricia el rostro pero no es dulce como el bosque si no salada ¿Una brisa salina? Y lo que oigo... ¡Son olas!

-La bahía. ¡Estamos en la bahía!

Digo por fin con una sonrisa y Nycolai sonríe también.

-Vaya, ya era hora. Empezaba a dudar de tus dotes de novalión si no lograbas descifrar algo tan sencillo como esto.

Bromea y empujo un poco su brazo de manera juguetona.

-Jaja Cállate. Oigan chicos ¡Despierten! Hemos llegado a la bahía Punto Esmeralda.

Me giro por sobre mi lugar para verlos a todos dormidos en la parte trasera de la carreta. Al oírme lentamente empiezan a abrir los ojos.

-¿Qué? ¿Qué pasa?

El cabello de Evan es un desastre e intento no reírme 

-Arriba, ya estamos en la bahía.

Poco a poco se reincorporan e intentan ver pero la cortina de niebla aún permanece, aunque es cada vez más ligera y permite ver más del entorno. La carreta se detiene cerca de un risco.

-Miren ahí.

Nycolai nos habla. Veo el gran océano y los primeros rayos del sol salliendo del agua, es hermoso. Jamás en mi vida había visto el amanecer y estaba muy agradecida ahora de poder presenciar un espectáculo como este. 

Los primeros rayos son bastante cálidos y lentamente hechan a las tinieblas que cubren el firmamento para dar inicio a un nuevo día. Todos permanecemos de pie, fuera de la carreta contemplando aquel bello suceso, ni siquiera nos percatamos de que la niebla detrás nuestro ya ha desaparecido casi por completo.  

Un rugido se escucha y Nycolai rápidamente voltea al cielo, entre las nubes se puede ver una criatura alada que se aproxima.

-¡Valkya!

Nycolai se aparta un poco de nosotros y extiende los brazos. El grifo agita sus alas levantando el polvo con su descenso. Cuándo toca tierra el pelinegro lo sujeta del pico arqueado y acaricia las plumas de su frente.

-Me alegra que estés bien. Si estás aquí entonces eso significa que el resto también lo está.

Le susurra al animal que solo lo mira con sus grandes y redondos ojos dorados. Yo esbozo una ligera sonrisa, claramente podía ver a Nycolai feliz por reencontrarse con su familiar, yo nunca he tenido una mascota antes así que no estoy segura de comprender el sentimiento de ese vínculo. Pero ver a Nycolai tan relajado y feliz y la reacción de Valkya que claramente lo adora también me da una sensación de paz.

Bajamos de aquel acantilado en el que estábamos adentrándonos más en la costa. Las montañas adquieren una forma circular, como de media luna, atrapando parte de las aguas del océano. Los pinos que conforman el bosque son grandes y frondosos, un escondite casi perfecto.

El clan de la sombra está establecido en un improvisado campamento, con tiendas y fogatas. Las miradas rápidamente se posan sobre nosotros apenas llegamos y me siento un poco nerviosa. Es como si todos supieran la gran metida de pata que hice y me hago pequeña en mis pensamientos, de seguro estarán decepcionados, soy un patético intento de la heroina que realmente esperaban así que sólo bajo la mirada.

-¡Abuelo!

Escucho la voz de Ginger y veo a Ballard que se aproxima a nosotros, Ginger se lanza a abrazarlo y luego Nycolai y Miles chocan puños con él. Yo mantengo mi distancia. Ballard voltea a mirarme luego de escuchar a su nieto y yo poso mis ojos en el suelo, avergonzada. Ya lo sabe, sabe que mi plan fue un fracaso y que nos puse a todos en peligro por hacerme la valiente, de seguro me gritará y regañará pero no importa, cual sean las consecuencias de mis actos imprudentes, las aceptaré.

Sujeto uno de mis brazos con fuerza, como si tratara de ocultar mis heridas que claramente no son visibles en este momento. Ballard se acerca más a mí y cierro los ojos, esperando la reprimenda pero en lugar de eso solo me abraza.

-Gracias a la Diosa que estás de vuelta. 

Dice con su tono de voz calmado y me sorprendo, esta no es la reacción que esperaba. Puedo notar que su abrazo es bastante géntil, me abraza con mucho cuidado de no lastimarme y por sobre sus hombros veo a los hermanos y Miles que solo sonrien. Ginger guiña un ojo, como si ya supiera lo que iba a suceder. Claro, nuevamente estoy sobrepensando mucho las cosas, ellos conocen a Ballard mucho más que yo y por eso saben mejor lo que pasaría.




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