Cuando el destino llama

Capítulo 9

Nos encontrábamos en casa de Ballard hablando con el chico nuevo, ya viéndolo de cerca era muy atractivo. Tenía el cabello castaño claro y bellos ojos verde esmeralda, similares a los de Evan. Una cicatriz que atravesaba su ojo derecho y cuerpo tonificado.

Parecía que algo grave había pasado, todos estaban con expresiones serias en sus rostros. Para ser honesta, no estaba segura de sí Evan, Jaqueline y yo debíamos estar ahí.

-¿Qué fue lo que sucedió? –Preguntó Nycolai.

-Fuimos emboscados en el bosque de Minra, cerca del lago Cristal.

-Es imposible. ¿Cómo sabían a dónde irían? –Ginger estaba molesta.

-No estamos seguros. Nos tomaron por sorpresa, Charioce ha empezado a incluir magos de gran categoría entre sus filas. Tratamos de defendernos lo más que pudimos pero en una zona despejada en pleno día  es complicado.

-¿Cuántos fueron? –Interrumpió Ballard y todos guardaron silencio por un momento.

-Un grupo cerca de 50.- Hizo una pausa. -asesinaron a 17 de nosotros. –Por un momento me pareció que la voz del chico se quebró. Entonces la señora de antes, debió perder a un ser querido.

Discutieron acerca de otros temas de los cuales no entendí la mayoría, pero creo saber que buscaban otro lugar para asentarse. Ya llevaban mucho tiempo en este valle y la tierra empezaba a ser infértil. Las cosechas no eran como antes y la comida empezaba a escasear. En especial por que el invierno estaba casi a la vuelta de la esquina. Otro tema importante era acerca de sus tropas, sus guerreros estaban en números rojos. Descendían con una velocidad increíble en cada exploración que realizan.

-Discutiremos el resto después. –Ballard caminó hacía la puerta de su casa y la abrió. –Ahora hay algo más importante que hacer.

Caminamos hacia el barranco donde estuve a punto de morir la última vez. Habían pequeñas torres hechas de piedra a lo largo de la orilla. Cada una representaba a uno de los chicos y chicas que murieron en batalla.

 Algunos lloraban y otros simplemente guardaban silencio como respeto. Un chico se acercó a la orilla y encendió velas en cada una de las estructuras. Mientras que otra chica invocaba la bruma oscura y formaba la silueta de los fallecidos. Como una despedida para que sus familiares y amigos los vieran por última vez.  

Guardaron silencio por unos minutos y entonces el viento se llevó las siluetas consigo. Una nube cubrió el sol por un par de segundos, pero fue suficiente como para que los miembros del clan de la sombra alzaran sus puños y las marcas azules que cada uno tenía en su cuerpo brillaran con intensidad. El último adiós de un digno héroe que luchó y murió por su libertad.

Esa noche vi que Nycolai estaba sentado en las escaleras de la entrada a la casa jugando con un brillante cuchillo: -¿Se puede? –Pregunté acercándome y él solo asintió. Me senté a un lado suyo en silencio no sabía que decir al respecto.

-Esto es lo que pasa. –Dijo.- Cada vez que un grupo sale en busca de provisiones o un lugar mejor para vivir, menos de la mitad es la que vuelve.

-En verdad lamento oír eso.- Dije-. Tú… ¿eras cercano a ellos? a los que…

-¿Murieron? –Interrumpió y yo tragué saliva. –Sí, algo así. Ellos fueron mis compañeros de entrenamiento y grandes amigos. Me alegra que Miles y los otros pudieran volver, pero hubiera sido preferible que todos volvieran.- Lanzó el cuchillo al suelo clavándolo en la tierra.

-¿Miles?

-El chico con el que hablé hoy, él es… mi mejor amigo y mano derecha.

-Ya veo. Estaba cubierto de sangre ¿estará bien?

-No te preocupes por él. La mayor parte de esa sangre no era suya, solo recibió heridas leves, tal vez no lo parezca pero es muy fuerte. –Sonrió.

-En realidad te creo, si es tu mano derecha es porque debe serlo-. Froté mis manos, el aire frío las empezaba a entumir.

-Tal vez sea mejor que entres, empieza a hacer frio.

-Quizá lo haga, pero, en ese caso, tu tambien deberías hacerlo. ¿Qué se supone que haga si mi maestro se resfría?

Sonrió y yo me puse de pie para darle la mano y obligarlo a levantarse. Sus manos estaban cálidas, todo lo opuesto a las mías que estaban frías como las de un muerto.

La reunión con Miles en la casa de Ballard continuó al dia siguiente. Estaban discutiendo acerca de los próximos planes que el rey Charioce llevaría a cabo. Nuevamente Evan, Jaqueline y yo estábamos presentes en dicha junta.

-¿Tienes alguna idea sobre lo que planea hacer ahora? -Nycolai estaba sentado en un extremo de la mesa cuadrada y Miles estaba a su frente del lado opuesto de la mesa.

-No en realidad. –Miles recargó los codos en la mesa.- La chica que me enviaba información desde el palacio fue descubierta y ejecutada. Pero pienso que antes de eso le obligó a decir lo que sabía.

-Así fue como descubrieron donde estarían. Por eso los emboscaron. –Añadió Ginger y el castaño asintió con afirmación.

-La última nota que recibí de ella decía que estaba cerca de descubrir nuestra ubicación exacta, debemos irnos cuanto antes de aquí.

-¡Maldita sea! –Nycolai golpeó la mesa de repente e hizo que me exaltara. Claramente estaba molesto. No habían encontrado un lugar donde establecerse todavía y ahora estaba la amenaza de ser encontrados por el rey.

-Tambien mencionó.- Continuó hablando Miles.- Que los hombres de ese bastardo irían a la aldea de Ynix  en 3 dias para buscar mujeres que se conviertan en sus concubinas.

-¿Mas concubinas? –Exclamó Ginger con sorpresa.- Eso podría sernos de utilidad, si voy allí y hago que me elijan podría enviarles información.

-¡De ninguna manera! –Se negó Nycolai-. ¿Acaso no oíste lo que dijo Miles? La ultima espía fue ejecutada, si te descubren terminaras igual que ella.

-Nyc, tiene razón Ginger.- Miles dirigió su vista hacia ella con seriedad.-Después de lo que sucedió serán más cuidadosos. Revisaran a las chicas y si ven tu marca del clan no dudaran en matarte. No cometerán el mismo error dos veces.




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