El sudor recorría todo su cuerpo fornido, el agua que rocío sobre él se veía exquisita para beber, sus dedos hacían un gran recorrido por su pecho descubierto haciendo que los ojos y la mente de la princesa se imaginará diferentes escenarios extasiantes con su sirviente"
~kyaaaaaaaa~
No podía evitar excitarme con este tipo de historias, descubrí la literatura erótica a los 15 años y si, fue el mejor descubrimiento que me pudo pasar en la vida, las mujeres siempre han sido reprimidas en cuanto al sexo se refiere, tienes que llegar casta al matrimonio ya que, esa es la recompensa que le darás a tu esposo por casarse contigo, era como un intercambio, tu castidad por su compañía y la fortuna que se compartían entre familias. Debido a que soy hija de un duque mi familia, bueno, mis padres nunca me han obligado a nada, es mi hermano mayor el que insiste en que debo emparejarme con la realeza.
El príncipe heredero al trono el cual es muy cotizado entre las mujeres de alta alcurnia, es con quien mi hermano mayor me quiere casar, por supuesto, es buen partido, además, las personas que lo llegan a conocer hablan maravillas de él, es entendible, después de todo es el hijo del rey Federico Rellish quien gobierna inteligentemente y a la vez humanamente, el príncipe Izan es su mano derecha, es sabio y toma las mejores decisiones para que su gente pueda vivir de la mejor manera posible, muchas princesas de otros reinos querían un matrimonio con él, pero el príncipe se había negado a todas las propuestas de matrimonio que le llegaban. Por supuesto, mi hermano mayor también había enviado una propuesta para esposarme con el príncipe, pero esta también fue rechazada, de lo cual estaba sumamente agradecida ya que yo ya no tenía nada que intercambiar con el príncipe Izan, perdí mi castidad a los 25 años de edad, si, fue con mi sirviente y mejor amigo.
Nos conocíamos desde niños, a ambos nos gustaba montar a caballo, incluso hacíamos carreras para ver quien era el más rápido, nuestros sentimientos iban creciendo junto a nuestra edad y estos se iban haciendo más y más fuertes. Ambos sabíamos que nuestro amor no podría ser, aun así, no podíamos evitar nuestros sentimientos y decidimos seguir con esto hasta donde se pudiera. Además, tenía la certeza de que el príncipe nunca tomaría como esposa a alguien como yo, habiendo tantas princesas hermosas y con pudor de diferentes reinos, se podría decir que Tengo un 99% para fallar en un matrimonio arreglado.
-mi lady, es hora de arreglar su cabello y colocarle un nuevo vestuario- escuchaba decirle a una de mis sirvientes
-pero si me acaban de colocar el que tengo ahora- no entendía, nunca me había cambiado de ropa dos veces en un día
-es una orden del joven-
No pude evitar chasquear los labios, ya va siendo hora que se le ponga un alto al estúpido de mi hermano, si quieres una fortuna consíguela por tu cuenta, no trates de usar a tu hermana. Bien, solo podía pensarlo, no quería saber las consecuencias de decir lo que pienso así que obedecí y volví a cambiarme de ropa.
Aunque algo si debo de alabarle es que tiene muy buen gusto en cuanto vestimenta femenina se refiere. Después de arreglarme salí a dar un paseo por el jardín. Era extraño, mi hermano no apareció en todo el día ¿para qué diablos hizo que me vistiera así? No tenía idea que es lo que se le cruzaba por la cabeza.
-mi lady hoy luce exquisita en ese vestido- escuchaba decir a alguien atrás de mí, volteé a ver y no pude evitar sonreír
-Henry, creí que estarías con tu familia- dije emocionada por verlo
-esa era la idea, pero no podía pasar un minuto más sin verla- las sonrisas no dejaban de salir, tomé su mano y lo llevé a los establos, mi cuerpo pedía a gritos ser desvestida por él, amaba todo de él, su sonrisa, sus ideas, sus palabras y por supuesto su cuerpo. Esos 5 días que lo dejaron ir a ver a su familia se me hicieron eternos que no podía evitar extasiarme solamente con un pequeño roce de sus manos en mi piel. Ambos nos veíamos el uno al otro y sonreíamos.
- ¿¡qué significa esto!?- escuche un fuerte grito, no podía distinguir del todo a la persona parada enfrente de nosotros
- ¿¡acaso has perdido la razón!?- su voz la distinguí fácilmente
- ¡hermano! - grite, entre en pánico, tomó mi mano con fuerza levantándome de esa manera de la paja. Mi cuerpo desnudo quedo al descubierto no pude evitar sonrojarme, Henry era el único hombre que me había visto así
- ¿te atreves a avergonzarte después de lo que has hecho? - no podía decirle nada, simplemente me quedaba en silencio y era arrastrada por él. Henry trataba de impedir que mi hermano siguiera haciéndome daño, pero no había nada que el pudiera hacer, los sirvientes que iban con mi hermano lo tomaron de ambos brazos y se lo llevaron.
Después de haberme encerrado en mi habitación y dejarme completamente desnuda en esta, me abrazo por la espalda, sus lágrimas caían en mis hombros, nunca entendía en qué pensaba, no sabía cuál era la razón por la que estaba triste, después de permanecer unos minutos así, me empujó hacia la cama.
-te casaras con el príncipe Izan, el a mandado una propuesta de matrimonio a nuestra familia, tu aceptaras tal propuesta- decía mientras me cubría con las sábanas de mi cama.
- ¿de qué hablas? Sabes que no tengo nada que entregarle- era la verdad, no había nada que darle a cambio.
-ese será tu castigo por lo que has hecho- seguía tirándome las sábanas encima.
Editado: 25.06.2023