CAPÍTULO QUINCE – MIN HO

CAPÍTULO QUINCE – MIN HO

“DARARI”

Sábado, Corea del sur.

Me encuentro con Taeyang comiendo tteokbokki en un puesto de la calles de Seúl, bueno, también bebiendo soju silenciosamente. Estaba atado a mis pensamientos y él de seguro lo sabe pero no lo dice.

Quiero hablarle pero no puedo.

Quiero ir allá pero no puedo.

Si le escribo, me dirá algo sobre su relación con ese chico de lentes. Nunca me había puesto tan molesto y al mismo tiempo tan preocupado por una persona.

—¡Diablos! Acabo de ver que habrá lluvia, voy a buscar paraguas. Quédate aquí —dice él saliendo del puesto.

¿Estoy ebrio? ¿Estoy enamorado? ¿Estoy… en dónde estoy?

Me levanto balanceándose, no pasa nada si voy a casa solo. Sólo quiero escuchar su voz. Al salir del puesto, sonrío al ver que no hay lluvia, nuevamente fallaron ellos. Camino hasta la esquina y veo a una chica de cabello marrón oscuro con un paraguas al frente, en la otra esquina.

Daila, ¿eres tú?

Me acerco sin darme si el semáforo está en verde, sólo camino hacia ella y preguntarle qué hace ahí y no con su novio, cuando de pronto un ruido hace a mi costado con una luz brillosa.

—¡Min ho! —dice alguien tirándome hacia otro lado de la pista, junto con él. —¡Estás loco! ¿Querías morir? ¿eh?

—No pasa nada

—¡Por casi un auto te atropella si no fuera por mí que te vió! ¡Te dije que no te movieras y no me hiciste caso! ¡Maldita sea!

—Lo siento… yo sólo —recordé a lo que venía, —Daila, tengo que verla

—¿Qué?

—Ella estaba aquí… maldita sea —la busco por todos lado hasta que veo a la misma, me acerco tambaleando y le hago que me mire.

La chica no es Daila.

¿Me estoy volviendo loco?

—Dejame borracho —tira la chica de mi mano y se va con su pareja, —Ese borracho ha querido abusar, oppa

Ay no, no, no. Me metí en un lío.

—No es lo que parece, se confundió de persona. Esta buscando a una chica que se parece a ti, disculpen. Sigan su velada —dice mi amigo, apretando mi hombro.

Auch! Eso duele.

—Que mire bien, porque si se mete con mi chica, no tendré paciencia y le quitaré lo ebrio que está.

—No se preocupe, no volverá a pasar. Vamos.

Daila, no sabes lo mucho que te extraño… termina con él. Es mi deseo adelantado de cumpleaños.

Canción: DARARI de TREASURE