Era un dia caluroso, pero no del tipo caluroso que era evidente,mas bien era bochornoso, de esas temperaturas altas que no notabas hasta que te dabas cuenta que tus manos se derretian y tus ojos ardian, y el dia habia estado asi desde temprano.
el sol se colaba en la habitacion de Axel, un joven de 14 años que vivia un dia a la vez y sin embargo pasaba sus dias pensando en como se veria el futuro.
Se encontraba acostado en el suelo de su habitación, tenia solo unos shorts puestos, su brazo encima de sus ojos cerrados, su frente sudaba y a pesar de que odiaba este clima ya no le importaba tanto, hacía tanto calor que su cerebro se había derretido dejándolo sin oportunidad de siquiera pensar en lo mucho que odia el calor.
A quien no parecia importarle tanto era a su mejor amigo, Fernando, el se encontraba sobre su cama, con los brazos abiertos y casi todo él era bañado por los implacables rayos de sol que por su ventana se colaban, dormía sin preocupaciones, sin ansiedad y parecía que tampoco sin calor, pero de nuevo en mi, el narrador; surgió la duda.
¿Realmente era que no le importaba o es que también su cerebro habia sido derretido?
eso no importaba ahora, de hecho nada importaba, era una tarde de domingo en la que la mayoria de la gente no hacia nada mas que existir, y ya que estos dos jovenes de 14 años no tenian nada mas importante que hacer decidieron que seria buena idea descansar.
Habían pasado la mañana jugando un videojuego de pelea, habian desayunado pan y un vaso de leche y no se habian quitado las pijamas en todo el dia. todo era tranquilo, nada de ruidos o estruendos provenientes del exterior, el unico ruido era el de la radio que Martina, la madre de Axel tenía en la cocina.
cuando estaba prendido significaba que ella estaba en la cocina, nadie más la usaba, solo ella y cuando la usaba significaba que era porque estaba preparando algun guiso.
––¡Axel! ¡Nando!––grito su madre desde el otro lado de la puerta—ya esta la comida.
la habian escuchado, pero ninguno de los dos habia reunido la suficiente fuerza para contestarle.
Su madre volvio a insistir. Al ver que no tuvo respuesta aviso que iba a entrar, en ese preciso mometo Axel recuperó todas sus fuerzas, la energia se disparo y de un brinco ya estaba de pie y corriendo hacia la puerta con mucha prisa.
––ya entendimos ma––dijo Axel luego de abrir un poco la puerta, lo suficiente para que se viera solamente el–– ahorita vamos
––no se tarden––dijo ella con una mirada seria, decidida a entrar a esa cueva si es que esos dos escuincles no aparecian a tiempo para la comida.
El lo sabia, Fernanado lo sabia y su madre lo sabia, desde la noche anterior ese cuarto se habia convertido en un campo de guerra, era lo que pasaba cuando dos adolescentes se quedaba a solas, un desastre pasaba.
Axel nunca habia sido muy quisquilloso, hacia tiempo que el orden y la limpieza no eran algo de lo que se preocupara demasiado y como muchas personas el no tenia intenciones de dejar un desastre en su habitación, simplemente pasaba. pasó que anoche pidieron pizza, pasó que jugaron videojuegos hasta las tantas de la madrugada, pasó que por alguna extraña razón les dió por lanzarse ropa el uno al otro.
Fernando seguía adormilado, su frente tenía sudor y su cabello rizado estaba todo aplastado, en su rostro no había un gramo de preocupación.
––güey––susurro Axel mientras movia el hombro de su amigo–güey––continuo sin respuesta
Fernando se movio en protesta y a Axel se le habia terminado la paciencia.
¡Pam!
—¡¿Que te pasa cabrón?!––fernando se levantó de golpe tocandose la cabeza
Axel habia cogido una almohada y golpeo con ella a Fernando, tan fuerte que casi le hunde la cabeza en el colchon
––Tu que no te levantas, te estoy hable y hable.
––Fueron dos veces pendejo––fernando se había puesto de pie y camino hacia la salida sin dejar de ver a su amigo–– solo dos pinches veces me hablaste y luego me madreaste
––Y eso no te preocupa?–-respondio axel frustrado––digo, porque puede temblar y tu ni en cuenta
Fernando solo le mostró el dedo de enmedio harto de su amigo, cuando llegaron al comedor notaron que la madre de Axel seguía cocinando.
Y luego estaba su hermana,Guadalupe, alta, morena, cabello negro y ojos pequeños. era dos años mayor que su hermano pero parecia mas grande, fisicamente tenia la apariencia de una adolescente de 16 años pero se comportaba como si fuera una mujer de por lo menos 27 años, era amable pero sería, relajada, educada y distante.
Axel decía que era como un gato con uñas pintadas de azul, te llamaba cuando te necesitaba, si no le agradabas te lo hacía saber, actuaba como si no le debiera nada a nadie y sus ojos reflejaban ideas y pensamientos que jamás dejaría salir, el no sabe porque.
Ella estaba poniendo la mesa y cuando terminó se sentó en la silla correspondiente a lo que los otros dos adolescentes hicieron y esperaron a la comida.
Casi de inmediato los platos hondos ya estaban servidos, y justo cuando Axel lo notó su expresión de confusion fue obvia, paso a una indignada, estaban a más de 38º e iban a comer caldo de pollo?
––deja de quejarte y come.––dijo su madre
––pero mamá…
––bueno no comas y ya.–– dijo ella dandole fin a la conversacion
Axel resignado decidio comer, tambien estaba frustrado por los otros dos tontos no habian actuado en su defensa o se hubieran opuesto contra la idea de comer caldo, pero francamente sabia que no podia tener fe en ellos.
Primero estaba Fernando, era demasiado educado para negarse a comer algo, no había sido criado asi y tambien sabia que el tenia una excusa razonable: era el huésped en esta casa, no podia quejarse, debía ser servicial y debía casi arrodillarse ante su madre, porque esa era la moneda de cambio por quedarse a dormir aquí.
Pero no soportaba la idea de que su propia sangre lo hubiera traicionado de esa forma,¿como podía ser? ¿Cómo se atrevía a traicionarlo?, no pudo procesar el hecho de que su propia hermana lo traicionara. Guadalupe ni se inmuto, no tenía porque, realmente no era quisquillosa, según Axel ella podría comer croquetas de perro y ella estaría feliz con ello.