Cuando nuestro amor florece

5 | Entonces fue que pude verla

11 de enero de 2021

Giselle

¿Estás allí? Avísame cuando te hayas instalado. Espero que todo salga bien, estaré esperando tu mensaje.

Leí el mensaje de texto de mi hermana con una sonrisa en el rostro, a pesar que mi hermana no aprobaba mi decisión de regresar a Londres para vengarme de la familia Windsor, sé que puedo contar con ella para todo.

Desde hace muchos años que mi familia ha vivido en Estados Unidos, de hecho nos mudamos en cuanto sucedió todo el problema con Amelie, y no han regresado a Inglaterra desde entonces, lo que quiere decir que hemos pasado dieciséis años fuera de aquí. La última vez que estuve aquí era una muchacha que estaba por ingresar a la universidad, hoy soy una adulta que ha resuelto su vida. A mi madre le afectó demasiado todo lo de la bebé, incluso cayó en una depresión muy fuerte que llegó a internarse en una clínica psiquiátrica. No recuerdo mucho de aquel tiempo debido a que en ese momento me encontraba en el proceso de ingresar a la universidad a estudiar medicina y me esforcé mucho para pasar mi exámen de admisión, además aunque me cueste admitir el haberme alejado de James Windsor me había roto el corazón por completo y no podía dejar de pensar en él, viví un duelo bastante largo después del fin de
nuestra relación…¿Y es qué cómo podía hacerme cargo de la depresión que sufría mi madre cuando estaba pasando por lo mismo? Pero no quiero hablar más del tema porque me siento sensible y no deseo poner
mis sentimientos delante de esta venganza.

Sufrí de depresión tres veces a lo largo de mi vida. La primera vez fue al graduarme de la secundaria y James me ayudó a superarlo, la segunda vez cuando abandonamos Londres y por la gran tristeza de haber perdido al amor de mi vida, y la tercera vez cuando estaba estudiando mi especialidad y me apegué demasiado a una paciente que terminó falleciendo. No todo ha sido duro para mí.

Pero así como hay momentos tristes, la vida se encarga de hacernos sonreír.

Guardé mi teléfono en mi bolsillo, sostuve mis tres maletas que contenían mis pertenencias y toqué el timbre del lujoso departamento. El hogar de James Windsor estaba ubicado en la zona más exclusiva de , y su departamento estaba ubicado en el último piso de un edificio de más de doce pisos y por lo que me dijeron, es el más caro y exclusivo del lugar. No me sorprende sabiendo que su
familia solo se ha llenado los bolsillos con dinero mal habido. Siempre fueron una familia rica, pero, como digo, todo ha sido a base de las ideas ajenas. Malditos ladrones

No pasó mucho tiempo hasta que me abrieron la puerta, volví a encontrarme con James y me sorprendió que fuera él quien me recibiera. Sé que dijo que me recibiría, pero creí que era una promesa sin futuro.

—Señorita April, qué gusto verla aquí —tomó dos de mis maletas y me ayudó a ingresar al apartamento—. Bienvenida, te he estado esperando.

Intenté disimular un poco al observar todo lo que estaba a mi alrededor para no levantar sospechas, al cambiar mi campo de vista, visualicé a un muchacho y una niña.

A pesar de vivir en un departamento en el piso alto de una zona residencial bastante cara en Londres, se nota que los lujos los rodean hasta en los detalles más pequeños. No es que no estuviera acostumbrada a los lujos de mi propia familia, sin embargo, nuestra fortuna no era tanta como la de los Windsor.

—Jayden, Rosalie, ella es la señorita April McCoy. Por favor les pido que sean muy amables con ella. —La niña asintió al escucharlo y corrió a darme un abrazo, qué dulzura. Jayden, por su parte, vino a besar mi mano. Tal parece que estos niños son tan educados como el hombre que los crió. Puede que su familia sea una basura, pero James nunca ha sido un mal ser humano.

—Para mí es un gusto conocerlos, quiero que sepan que desde ahora pueden pedirme lo que sea y les ayudaré con todo el gusto. —volví a sonreírles.

—Los niños deben ir a la escuela, Dean se encarga de llevarlos y traerlos a la hora que les corresponde —James avisó dándole un beso en la frente a cada uno de sus hijos, sin duda es un hombre muy cariñoso con sus hijos. Imagino que es un muy buen padre.

Mi mayor deseo en este mundo una vez fue que él se convirtiera en mi esposo y en el padre de mis hijos. Nunca he sido capaz de amar a alguien de la forma tan intensa en la que lo amé y como nuestro romance me marcó para siempre.

—Hasta luego, señorita April —la menor se despidió mientras tomaba su mochila y Jayden hizo una notable reverencia antes de salir.

—Sus niños son muy lindos, señor Windsor —reí apenas ambos desaparecieron.

—No te darán mayor problema, lo prometo... ¿Ya desayunaste? —Me preguntó y asentí. —Bueno, entonces permíteme acompañarte a la que ahora será tu habitación. Te he preparado un dormitorio donde puedas sentirte cómoda y tengas todo lo necesario ya que vivirás con nosotros de lunes a viernes, aún así,
si te hace falta alguna cosa no dudes en enviarme un mensaje y lo conseguiré para ti.

—Se lo agradezco. —No mencioné nada más. Ya tenía suficiente tratando de fingir ser otra persona, temía que si mostraba mi verdadera personalidad él recordara a Giselle.

Su simple cercanía causa que sienta mariposas en el estómago.

Tomé asiento en la cama y observé la que ahora sería mi nueva habitación.
También soy una persona que ha disfrutado de los beneficios del dinero a lo largo de su vida, sin embargo, me parece que el dormitorio que me ha sido designado es demasiado para él de una simple niñera. Pero si eso hace que el señor Windsor se sienta bien, no hay nada que pueda hacer.

Busqué mi teléfono celular y llamé a mi hermana Juliette.

—¿Giselle? ¡Estaba esperando por tu llamada! —En sí mi hermana siempre ha sido bastante impaciente. —¿Cómo va todo por allá? ¿No te ha pasado nada? ¿Estás completa de pies a cabeza?

—Me han dado una habitación muy buena así que no me quejo...Él es bastante amable y sus hijos son una dulzura...—Me aseguré de hablar en voz baja y cerrar con seguro la puerta del dormitorio. Uno nunca sabe cuando alguien puede estar espiándonos y por mi objetivo, es mejor que siempre esté precavida.




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