Cuando nuestro amor florece

19 | Amenaza

21 de enero de 2021

James

Los últimos días April se mostró muy distante de mí, no deseé preguntarle la razón exacta debido a que lo asimilé con la visita de su novio el pasado sábado.

Me sorprendió recibir a mi hermano en mi oficina puesto que no me dijo que vendría.

—Andrew, Anthony, me sorprende mucho tenerlos a ambos aquí. Me habrían avisado para hacer un tiempo y recibirlos. —Les dije haciendo de lado todos los documentos que tenía sobre mi escritorio. Tenía bastante trabajo para hacer, aun así si habían venido a verme tal vez se debía a algo importante.

—No pensaba avisarte qué vendríamos, bien sabemos que habrías aplazado estra conversación. Lo que menos necesito es que aplazemos esta conversación, de verdad necesitas escuchar todo lo que Anthony tiene para decirte. —El rostro de mi hermano menor me dejaba muy claro que no se trataba de algo bueno. —Es un tema urgente.

—Siéntense por favor...—apenas pude decir—. Cuéntame Anthony, en qué puedo ayudarte.

Solté un suspiro, preparándome para lo que fuera que iba a escuchar.

—Durante los últimos años he sido bastante cercano a tu esposa, con esto me refiero a que somos amigos, y quiero empezar por decir que ella me ha confiado varias cosas que no considero deban mantenerse en secreto. Empezando por el hecho de que desea divorciarse, por supuesto, pero, desea quedarse con una parte de tus bienes o llegar a un acuerdo casi millonario para poder darte el divorcio.

—Cuento con los documentos que ambos firmamos de la separación de bienes cuando nos casamos hace catorce años. El único acuerdo monetario viene a ser con mis hijos, Jayden y Rosalie son herederos de la mitad de mi fortuna y la adquirirán una vez cumplan los veintiún años. Quiero quedarme con mis hijos, es lo único que me interesa, y no pienso darle un solo centavo a Priscilla porque creo que no se lo merece. Tengo muy en claro que es complicado, pero es lo que deseo. Solo quiero a mis hijos, quedarme con ellos es lo único que me importa.

—Si puedo darte un consejo es que puedes inducirla a firmar el divorcio de distintas maneras, debido a que no va a hacerse cargo de los niños...Creo que Priscilla cuenta con información de tu familia que sí te lo cuento puedes usar a tu favor.

—¿Y por qué quieres ponerte de nuestro lado? Dices que has sido amigo de Proscilla durante años, sin embargo, ahora estás poniéndote a nuestro favor mientras prometes que nos dirás muchas cosas que has descubierto. —Andrew le interrogó con curiosidad, tenía la misma duda que él. —Por supuesto, tenemos que comprobar que tu confianza esté de nuestro lado y que no estés jugando a de bandos.

—Ahora que usted le ha dicho a Priscilla que se casaron llevando a cabo una separación de bienes, detalle que ella parece haber olvidado con el paso de los años, está decidida a amenzarlo para obtener lo que desea —explicó—. Les puedo asegurar que haré todo lo que me digan para demostrarles que estoy de su lado.

—¿Amenazarme? —inquirí con molestia—. Si ella está pensando en ponerles un solo dedo encima a mis hijos, seré quien acabe primero con ella...¿En serio está tan loca como para meterse con sus propios hijos?

Sé bien que no es la mejor persona del mundo, pero, no creía que era tan mala.

—El objetivo de Priscilla no son sus hijos, por el contrario ella busca encontrar a la señorita Giselle Alderidge. Sabe que esa es la única forma de hacerle daño a usted y que accederá a pagar lo que sea necesario para que ella no le provoque ningún daño a Giselle.

El corazón se me cayó al suelo apenas escuché el nombre de Giselle dentro de la conversación.

¿En verdad Priscilla sería capaz de hacerle daño a Giselle? Sé bien que a Iseul jamás le agradó ella, pero, no puedo creer que sea capaz de llegar a tal punto.

—Por suerte, al haber venido a advertirle, usted todavía cuenta con tiempo para evitarlo...No le aconsejo que le brinde una cantidad de dinero a Priscilla, bajo ninguna circunstancia debe hacerlo porque en ese caso saldría ella ganando como fuese, pero, sí debería considerar la opción de buscar a Giselle y encontrarla primero. Encontrarla sería lo mejor, así evitaría cualquier desgracia.

—¿Conoces a alguien que pueda hacer ese trabajo por nosotros? Y que sea lo más pronto posible, no podemos perder tiempo, en lo absoluto. —Andrew sentenció con una expresión de asombro, tal vez él tampoco se esperaba escuchar todo lo que oímos de parte de él.

—Tengo a un amigo del colegio, Harold Langford, que trabaja como investigador privado. Puedo comunicarme con él y pedirle que halle a la señorita Giselle si eso es lo que desea.

—No pienso permitir que nadie le haga daño a Giselle —pude decir una vez el nudo en mi garganta comenzó a deshacerse—. Te pido que hagas todo esto por mí Anthony, no importa el precio. Solo quiero asegurarme que tu lealtad está conmigo.

—Le demostraré con quién está mi lealtad, señor Windsor...Si incluso desea comprobar mi lealtad en este mismo instante, le puedo asegurar que hay varias cosas que sé de su familia con las cuales usted va a comprobar que me encuentro de su lado.

—Si sabes algo importante, en realidad es mejor que lo digas de una vez.

—La señorita Claire, a quien ustedes han llamado hermana desde su nacimiento, es en realidad hija de la familia Alderidge. Sus padres robaron a la hija, que en ese entonces era una recién nacida, para poder reclamar la herencia de los padres de la señora Joanne. Al parecer tenían que poseer una hija mujer para poder acceder a la misma...Además, también parece que le robaron una idea para un negocio...No sé de qué negocio se trata con exactitud, pero, quizá si usted haga memoria y piense pueda descubrir de qué se trata.

La rabia empezaba a consumirme por completo.

Siempre he sabido que mis padres están llenos de maldad, no obstante, no creí que iban a llegar a ese punto de maldad.




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