Cuando nuestro amor florece

24 | Romance

«Mi vida giraba alrededor de tu existencia, porque con una sola sonrisa tuya iluminabas la mía y si hubiese estado en manos tomar una decisión, jamás te habría dejado ir.»

Giselle tomó un sorbo de su limonada mientras revisaba su teléfono celular, eran poco más de las nueve y comenzaba a pensar que él no iba a llegar. Claro que le agradecía a sus amigos el haberle organizado una fiesta de cumpleaños para festejar que ya cumplía los dieciocho, pero, si él no venía no tendría sentido alguno.

—Va a venir, sabes que la universidad lo está consumiendo últimamente. Sonríe, que tu amorcito estará aquí pronto, verás que va a ser así —Hannah le mencionó y ella asintió.

—Espero que sí, porque de lo contrario esta fiesta no va a ser lo mismo —fue lo último que le dijo antes de irse a sentar en el sillón.

Todo el mundo bailaba y festejaba, sin embargo, a ella solo le importaba su presencia así que sin algo más interesante que hacer se concentró en usar su teléfono.

—¿Pensaste que no vendría? —al escuchar la voz de esa persona que tanto esperaba, su corazón brincó de alegría de inmediato.

—¡James! Empezaba a creer que no vendrías...—le dijo con una enorme sonrisa mientras él tomaba asiento a su lado. El corazón le comenzó a latir con mucha más fuerza al sentirlo cerca, cada vez que lo veía su mundo se ponía de cabeza una vez más.

—Nunca podría faltar a la fiesta de cumpleaños de la persona que más me importa en la vida. Y como sé que tu cumpleaños es en realidad mañana y yo quiero estar contigo, mañana saldremos.

—Está bien, muchas gracias James, me encantaría...Muchas gracias por venir, aunque por supuesto que contaba con tu asistencia —Giselle no pudo disimular una gran sonrisa en cuanto sus ojos se encontraron.

—Pasaré a saludar a todos, volveré contigo en unos minutos —se excusó.

—De acuerdo, estaré esperando por ti entonces —le sonrió.

—Te dije que estaba a punto de llegar ¿No es cierto? —La mejor amiga de Giselle, quien la había acompañado durante casi toda su vida, Hannah le susurró una vez que vio que el chico se alejó. —Ese hombre es todo un bombón y está enamorado de todo lo que eres ¿No hay nada mejor? Disfruta de ese amor tan lindo que se profesan.

Y de aquel amor que nadie más que ellos conocían.

—Hoy es el día en el que cumplo dieciocho años, me pregunto si él seguirá recordando la promesa que me hizo hace unos años —se mordió el labio con desesperación—. Debo parecer una tonta que espera a que un par de promesas de unos jovencitos tontos se hagan realidad.

—No eres una tonta Giselle, solo estás muy enamorada de James y lo entiendo...Lo amas tanto como él te ama a ti, y si por algún motivo esta noche decide hacer caso omiso a lo que te prometió, entonces sé tú la que tome las riendas del asunto y decida de qué manera va a culminar la noche. —Le aconsejó.

—Si tengo que tomar las riendas del asunto...¿No debería dar el primer paso y besarlo como debe de ser? Lo amo tanto, es el hombre perfecto para mí...Y ha hecho tanto por mí, me ha acompañado en tantos momentos que no puedo evitar sentirme de esta manera por él.

Se estaba volviendo loca sin duda, pero, loca de amor.

—A veces a los hombres les cuesta un poco dar el primer paso así que sí, mira como avanza la noche y dependiendo de eso verás lo que puedes hacer...Y mejor me voy y callo de una vez que el rey de la conversación ya viene.

—Sí, tienes razón, gracias Hannah —le agradeció antes de ver como la muchacha desaparecía.

—He saludado a todos los invitados de esta fiesta...Sé que es una fiesta en sí, pero, me pregunto si te gustaría salir de aquí.

La fiesta la había organizado Hannah en su propia casa.

—Sabes que mi respuesta siempre va a ser sí, solo déjame avisarle a Hannah que nos vamos a retirar por unos minutos.

Él asintió con la cabeza y ella corrió a comentarle a su amiga que iba a irse con el chico que le gustaba.

—¿Cómo vas con la universidad? ¿Todo está bien? —Giselle interrogó con una sonrisa mientras se alejaban de la casa.

—Todo está bien, solo que nos asignan demasiadas tareas y trabajos, la mayoría de ellos en grupo. Fue por eso que llegué un poco tarde a la fiesta, porque tenía que entregar algo, pero, ahora estoy aquí y soy solamente tuyo.

—Te agradezco por venir James, creí que no lo harías y siendo honesta eso me habría roto el corazón.

—Nunca haría nada que te rompa el corazón, espero que puedas recordar eso.

—Siempre puedo recordar todo lo que me dices...Recuerdo a la perfección cada conversación que hemos tenido, cada promesa, en realidad lo recuerdo todo sobre ti. —Ella murmuró en un intento de llevar la conversación a otro rumbo, deseaba que cumpliera aquella promesa de hace tantos años y se convirtieran en una pareja.

—Sé que tú serás la única porque cuando me miras me siento fuera de control, al igual que cuando laten nuestros corazones —confesó sosteniendo las manos de la jovencita—. Me he sentido así por ti durante tanto tiempo.

—¿Sabes lo mucho que tu existencia le da sentido a la mía? —ella le susurró acercándose cada vez más. —Te quiero tanto que las palabras nunca serán suficientes para expresar todo esto que siento...

—Eres lo único que me importa en esta vida, mientras te tenga cerca de mí nada más me importa porque te quiero tanto como no puedes imaginar, mi preciosa estrella.

—Creo que tú y yo nos hemos enamorado, hemos esperado tanto tiempo hasta este momento para amar.

—Y no pienso seguir esperando ni un solo minuto más —él le dijo colocando una mano sobre su mejilla y otra en su cintura—. Te amo Giselle.

—Te amo James, siempre te he amado.

Fue así que por primera vez los labios de ambos se tocaron, uniendo sus corazones de una manera completamente nueva.

«Estoy esperándote aquí, esperando por ti, conocerte fue una tragedia tan brillante.»




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