Cuando nuestro amor florece

34 | Una sola vez en la vida

10 de febrero de 2021

Giselle

—Este lugar es precioso, muchas gracias por traerme aquí esta noche —le dije a James apenas entrábamos al restaurante tomados de la mano.

Ojalá esta hubiese sido la vida que tuviéramos ahora mismo como Giselle y James, ojalá nos hubiéramos quedado juntos y construido el hogar que siempre deseamos tener.

La vida no es justa todo el tiempo.

Estoy tan harta de tener que conformarme con lo que la vida me otorga, quiero ser quien decida lo que va a vivir y con quien.

Me cansé de vivir una vida tan monótona, a partir de hoy quiero ser esa persona tan libre, confiable y amada que siempre deseé.

—Quiero que compartamos mucho tiempo juntos, dentro de lo posible claro, y que cuidemos de nuestra relación —mencionó mientras me extendía la silla para tomar asiento y un mesero se acercaba a nosotros a entregarnos la carta.

Nos quedamos en silencio por unos minutos mientras observábamos

—Me gustaría ordenar tartár de atún
y una torta de queso.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al escuchar mis palabras.

Creo que recordó lo mucho que me encantaba ordenar esos platos en cualquier restaurante de lujo.

—¿Qué te hizo sonreír así? —interrogué al mismo tiempo que mordía mi labio, estar a su lado me hace inmensamente feliz.

—Lo que ordenarás me hizo acuerdo a una persona que quería mucho.

—Oh...¿Hablas de Giselle? —Mi sonrisa se hizo incluso más grande.

—Sí, me refería a ella ¿Te molesta que hablemos de Giselle mientras estamos aquí?

—No me molesta que hables de ella, si la querías realmente y te hizo feliz en el pasado no podría molestarme en lo absoluto. Aun así, hoy la noche es nuestra así que solo me encantaría hablar de nosotros.

—Eres preciosa de pies a cabeza, de verdad creo que me estoy volviendo loco por ti.

—Puedo decir lo mismo...¿Ya sabes que vas a pedir?

—Lo mismo que tú, no quiero complicarme demasiado esta noche —me dijo antes de llamar al mesero e indicarle nuestra orden con paciencia.

Me quedé en silencio observándolo pensando en lo mucho que mi alma lo amaba.

—¿Por cuántos días tienes pensado irte? ¿Compraste ya el pasaje? —Me interrogó.

—Compré el pasaje esta mañana, me iré por menos de quince días, estas son como mis pequeñas vacaciones. Volveré para el cumpleaños de Jayden, tenemos que prepararle una fiesta enorme ya que está cumpliendo catorce años.

—Voy a extrañarte cada minuto, cada hora y cada día de estos quince días...

—También voy a extrañarte —le confesé con ternura—. Cada minuto, cada hora y cada día de estos quince días.

—Somos un par de adultos que están actuando como unos niños enamorados en este momento...—Comenzó a reír.

—Bueno, supongo que estas son cosas que pasan...Y si parezco una tonta enamorada no me importa porque estar enamorada de ti es todo un orgullo para mí. —Me estaba empezando a sonrojar.

—Llegaste a iluminar mi vida por completo ¿Lo sabías?

Haces que mi corazón revolotee de alegría.

—¿Por qué hice que tu vida se llene de luz? —Le pregunté.

—Mi mundo estaba lleno de oscuridad antes de que llegaras, luego desde el primer día en que apareciste por la puerta de mi oficina supe que ibas a cambiar algo. Lo que no sabía era que ibas a revolucionar mi vida por completo, tanto que ahora he vuelto a sentirme vivo luego de todos estos años de estar sumido en la agonía de una tristeza que parecía no tener fin.

—No sabes lo feliz que me hace saber que mi presencia en tu vida te hace feliz, haré todo lo que está en mis manos para no hacerte daño y no jugar con tu corazón. Muchas gracias por ser honesto conmigo y decirme lo que sientes, soy realmente feliz con todo esto que está pasando entre los dos.

La cena fue maravillosa, de principio a fin.

Quizá la confidencia que estaba allí fue la que siempre existió entre nosotros.

Puede que él no lo sepa, pero, detrás de este color de cabello falso, este diferente estilo de maquillaje y esta ropa tan distinta, sigue estando la misma Giselle de la que se enamoró tantos años atrás.

En el camino de regreso a casa nos la pasamos escuchando música y hablando sobre todo, en especial de los niños a los cuales ambos queríamos mucho, y apenas entramos a casa supe que esta noche no me la iba a pasar durmiendo sola.

Solté una risa en cuanto entramos a mi habitación, él me tomó por la cintura al mismo tiempo que me arrinconaba contra la pared y cerraba la puerta del dormitorio con llave.

—Adoro esto que estamos viviendo —susurró en mi oído luego de reír.

—Te adoro a ti, esa es la verdad. Te adoro a ti, tanto como las palabras no pueden expresar. —Fue dejando besos en mi cuello, lo ayudé a quitarse la chaqueta del traje que llevaba puesto.

—Quiero amarte profundamente porque sé que este amor solo existirá una vez en la vida —confesé en medio de besos—. Me he enamorado de ti.

—Quiero decirte que te amo April, mi corazón te pertenece —respondió antes de separarse de mí y darme la vuelta para empezar a bajar el cierre de mi vestido.

—Solo no quiero que juegues con mi corazón, mis sentimientos por ti son tan transparentes que no quiero que me hagas daño —suspiré mientras él dejaba besos sobre mi piel. —Y también te amo tanto que a veces siento que es demasiado.

—Jamás te haré daño, jamás jugaré con tus sentimientos. Me aseguraré de hacerte feliz, de hacernos felices a ambos. Nuestra historia apenas está comenzando, te prometo que el resto de nuestras vidas estará llena de felicidad y amor.

«Mi mayor deseo en este mundo es que tu estrella vuelva a formar parte de mi constelación.»

Por una sola vez en la vida quiero ser feliz sin pensar en lo que puede pasar el día de mañana.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.