Cuando nuestro amor florece

40 | El cómplot

18 de febrero de 2021

Priscilla

Me encontraba trabajando en la empresa de mis padres mientras pensaba en porqué Anthony había estado un poco distante conmigo los últimos días, pero ahora lo que más me preocupa es encontrar una forma para que James me ceda su fortuna debido a que parece que él no va a dar su brazo a torcer.

—Señorita Priscilla, afuera hay un hombre, Jackson Evermont, está preguntando por usted. Dice que le gustaría hablar sobre usted respecto a su marido. —Me indicó mi secretaria y asentí.

—¿Sobre mi marido? No conozco al señor Evermont, pero, déjalo pasar.

—Está bien señorita Priscilla.

Una sonrisa se formó en mi rostro al ver a un hombre muy atractivo en mi oficina, ingresó y cerró la puerta detrás de él.

—Buenos días... ¿Por qué no te presentas? No recuerdo tu nombre de ningún lado y me llama la atención el que hayas venido a verme alegando que quieres hablar conmigo respecto a mi esposo.

—Mi nombre es Jackson, sé algo que puede ayudarte a destruir a tu esposo en un dos por tres.

Callé una risa, cualquier cosa que me podría ayudar a acabar con él sería lo mejor que pudiese pasarme en este punto de mi maldita vida.

—¿Y qué te trajo hasta aquí para hablar conmigo? Quiero decir, si tomaste un vuelo solo para verme, me atrevo a suponer que lo que tienes para decirme es importante y sé que no me equivoco al respecto.

—Decidí venir hasta Inglaterra porque conocía tu nombre y relación con James Windsor, al igual que sabía a que se dedicaban tus padres y que podía encontrarte dentro de su empresa y no tenía tu número. Lo que tengo para decirte es importante y creo que va a interesarte mucho.

—¿Algo que va a interesarme? Supongo que te refieres a que sabes o es algo relacionado a mi esposo.

—¿Conoces a Giselle Alderidge? —Interrogó con el ceño fruncido. Bueno, parece que quiere ir directo al grano.

—¿Cómo no conocería a la estúpida con la que mi esposo está obsesionado desde que es un jovencito? —Me burlé.

Nunca he podido admitirlo en voz alta y probablemente nunca lo haré, sin embargo, el hecho de que el hombre con el que me casé nunca haya pensado en mí como mujer por estar todo el tiempo pensando en la zorra de Giselle Alderidge siempre va a romperme el corazón.

—Pues lo que tengo para decirte hará que te caigas de cabeza.

—¿Tan interesante es lo que tienes para decirme? —Solté una risa. —De acuerdo, entonces te escucho Jackson.

—Giselle es April McCoy —confesó.

El corazón se me detuvo al escuchar semejante verdad.

—¿Cómo es que ella es la niñera de mis hijos? Espera, vamos un poco más lento, porque no te estoy entiendo.

—Salí con Giselle por muchos años, hace unos meses ella decidió que iba a vengarse de la familia Windsor por haberle robado a su familia a su hermana menor, Claire que en realidad es Amelie, y como parte de su plan era fingir ser la niñera de tus hijos para poder acercarse a ustedes y descubrir lo que fuera necesario. Sin embargo, no sé qué fue lo que pasó en medio del camino de su venganza que volvió a caer en los brazos de James y hace unos días vino a terminar conmigo de frente, me dijo además que su plan era quedarse con él.

—Dame un momento para entender lo que me estás diciendo —reí—. Sabía que esa mosquita muerta ocultaba algo, esa amabilidad de sobra no era por nada bueno...No puedo creer todo esto que me estás diciendo, simplemente me has dejado en shock.

­—Lo que está haciendo Giselle dentro de tu casa es una locura total, y la verdad me molesta terriblemente que ella haya preferido dejarme a mí en lugar de dejar al estúpido de James...

—Comienzo a entender lo que sucede contigo... ¿Quieres vengarte de Giselle porque te dejo? Oh, bueno, llegaste con la persona correcta en ese caso.

—Estoy seguro que cuando James se entere de la verdad, no la querrá más.

—No conoces a James lo suficiente —me burlé—. El hombre con el que he estado casada durante todos estos años no ha dejado de pensar ni un solo minuto en Giselle, sé bien que aunque ella le arruinara la vida, él buscaría excusas para no aceptar la realidad y quedarse con ella. Él es capaz de perdonarle que le haya mentido con esto, incluso que lo haya utilizado para todo su plan.

—¿De verdad él la ama así?

—Como no tienes idea.

—Ella nunca me habló de él...Fue hasta hace poco que su hermana, Juliette, me comentó algo y hasta hace apenas menos de un mes que me enteré de lo que hubo entre los dos. En mi cabeza nunca pudo pasar la idea de que ella estaba conmigo, pero, que nunca lo había dejado de amar a él.

—Creo que deseas vengarte de Giselle tanto como deseo hacerlo con James, y lo entiendo, la ira se ha apoderado de mí —confesé con una sonrisa—. Ahora tenemos esta información sobre la verdadera identidad de April McCoy a nuestro favor, y por más que el enojo nos consuma, debemos de pensar en la mejor manera para usar esto y triunfar. Todavía no es momento de decirlo, lo sé, veré una forma de voltear esta situación en nuestra dirección.

—Con esto me estás diciendo que a partir de ahora comenzaremos a planear la manera de vengarnos de ambos.

—Sí, quiero vengarme de James...Y a Giselle nunca la he querido como tal, de hecho, la odio, así que a partir de este instante cuenta conmigo. Tú y yo vamos a ser muy buenos socios.

—Salud por la futura venganza que colmará nuestra sed.

—Salud, querido Jackson Evermont...Nosotros dos lograremos hacer que ese par de imbéciles paguen por todo lo que nos han hecho y nos están haciendo, no dejaremos que tengan su maldito felices por siempre.




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