Cuando nuestro amor florece

43 | La visita del pasado

21 de febrero de 2021

James

—Te agradezco por haber venido John, en serio...Por favor, toma asiento. —Le apreté la mano después de haberle invitado a entrar a mi oficina.

—No es nada James, estaba en el país por una conferencia y no he podido negarme a venir a verte en cuanto me dijiste que se trataba de un asunto que necesitaba de mi atención. De hecho, ha sido una sorpresa el que hayas decidido contactarme luego de todos estos años que hemos estado sin vernos.

—Sé que debes tener muchas dudas en este momento, pero, sabes que siempre lo único que hemos tenido en común es nuestra cercanía con Giselle Alderidge.

Gracias a Harold, nuestro investigador privado, había conseguido el número del neurocirujano John Stanley, a quien Giselle conoció en la universidad y del cual se hizo muy amiga. Él creía que hablar con personas del círculo cercano de ella nos llevaría a encontrarla pronto, y realmente me urgía hallarla lo más rápido posible.

—La única diferencia es que tu relación con Gigi llegó a su fin en cuanto contrajiste matrimonio con Priscilla Lexington mientras que yo jamás corté la comunicación con ella. No obstante, eso seguramente ya lo sabes y es una de las razones principales por las que estoy en este lugar contigo el día de hoy. —John siempre ha sido honesto y transparente, ha sido así desde que tengo memoria.

—Y no te equivocas, en lo absoluto, necesitaba verte y hablar contigo tan pronto como pudieras debido a que estoy en medio de una situación complicada que involucra a Giselle.

—Quiero que vayamos hablando por partes porque hasta donde sé no has tenido nada que ver con ella desde que te casaste.

—Y era así...Pero antes dime, ¿cuándo fue la última vez que viste o hablaste con ella? —Interrogué, también quería ser sincero en la conversación e ir directo al grano.

—La última vez que nos vimos fue en su fiesta de despedida en la Clínica Cleveland cuando decidió dejar de trabajar allí, se fue porque le habían ofrecido un nuevo puesto de trabajo aún mejor pero no nos dijo a qué hospital ser refería.

—Así que ustedes ya no trabajan más juntos —sentencié—. Sin embargo, imagino que sabes dónde encontrarla...Con eso me refiero a su casa o algo así.

—Sí, sé bien donde vive porque fuimos compañeros durante años. Ahora solo quiero saber a qué viene todo esto porque me estoy empezando a confundir y la situación me parece muy extraña...Han pasado muchos años desde que se vieron o incluso a hablaron, de la nada me citas acá en tu empresa para hacerme esta clase de preguntas sobre ella ¿Qué está pasando contigo James? ¿Qué es lo que ocultas y por qué necesitas esta información de mi parte?

—Estoy por divorciarme de Priscilla, nuestro matrimonio nunca pudo enderezarse e ir por un buen camino, solo que en este instante que nuestros hijos son más grandes y que entienden mejor todo, hemos decidido separarnos...Bueno, ella lo decidió ahora, porque si fuera por mí nunca me habría casado.

—No me digas que vas a ir corriendo a buscar a Giselle apenas firmes los papeles de divorcio...Eso sería muy desconsiderado de tu parte, recuerda que han pasado muchos años y que ella también ha hecho su vida. Independientemente de todo lo que puede haber pasado entre ustedes en el pasado, ha pasado un tiempo y hay cosas que se van borrando conforme el paso de la vida.

Hay historias que nunca podrán borrarse, no importa el tiempo o las vidas que pasen.

—No voy a negar que para mí ella sigue siendo una persona muy especial, tal vez lo será hasta el día de mi muerte, pero, en esta instancia tengo una pareja, que por cierto no es Priscilla, y respeto al cien por ciento mi relación con ella.

—¿Entonces por qué estás buscando a Gigi? Solo no quiero que le hagas daño amigo, espero que no creas que mi actitud contigo está siendo muy hostil. —Recalcó y asintió. —Solo que esto sin duda me parece algo muy loco, no has terminado de explicármelo y menos yo de entenderte.

—Priscilla está muy loca, tanto que temo que pueda hacerle daño a Giselle.

«Está tan loca que ha amenazado con matarla»—pensé, aquella idea me había estado dando vueltas durante días.

—Si tú crees que puede hacerle daño es porque sabes algo que yo no, por favor James dejemos de dar tantas vueltas con el mismo tema y dime cómo son las cosas en realidad.

—Priscilla desea quedarse con una gran parte de mi fortuna, quizá oír eso no te sorprenda debido a que todos sabemos lo ambiciosa que ha sido ella a lo largo de su vida, solo que sabe que no se lo voy a dar tan fácil. Entonces al ver que no iba a poder obtener lo que quería, me dijo que iba a hacerle daño a Giselle ya que sabía que era la única manera de hacerme daño a mí al mismo tiempo.

Su cuerpo se tensionó por completo al escuchar semejante estupidez.

—¿Te das cuenta de la gravedad de la situación? La mujer está loca, sin duda lo está, pero no por eso puedes poner a Giselle en peligro. No puedes permitir bajo ninguna circunstancia que le haga algo que la perjudique, aunque al mismo tiempo tampoco es justo que le cedas todo lo que ella quiera solo porque te está amenazando.

—Ese es el motivo por el que busco a Giselle, quiero ponerla a buen recaudo y no permitir que le haga daño de ninguna manera. Ya le causé dañó una vez rompiéndole el corazón, ahora no deseo molestarla o hacerle algo malo porque mi esposa siempre la ha odiado. No es justo para ella en ningún sentido.

—En eso tienes razón, esto no es justo para ella en ningún sentido.

—Solo por eso necesito que me des su dirección o lo que tengas de ella para poder advertirle al menos, ponerle la seguridad que sea necesaria...Todo lo que se pueda, todo con tal de que la loca de Priscilla no le ponga ni un solo dedo encima, al menos ahora quiero demostrarle a Giselle todo el respeto que no le pude mostrar hace unos años.

—Te apoyo en esto amigo, te escribiré la dirección de Giselle en Estados Unidos.




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