«Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, no disfrutas lo suficiente de eso hasta que te das cuenta que nunca más podrás volver a disfrutar de eso.»
James entró a la oficina de su padre, no había despertado de buen humor y, sin embargo, tuvo que ir a encontrarse con su padre en cuanto este le indicó que necesitaba hablar con él lo más pronto posible. Él no sabía que podía esperar y de igual manera, aunque no deseaba saber nada, tenía que escucharlo quisiera o no.
—Estoy aquí papá —saludó tomando asiento en el sillón de cuero.
—Qué bueno que viniste, hay alguien a quien deseo presentarte, pero, antes de que ella venga quiero advertirte algo... ¿Recuerdas a mis amigos de la familia Lexington?
—No los recuerdo muy bien, pero, me pregunto a qué viene el tema...
—Los Lexington tienen una hija, Priscilla, y quiero presentártela.
—Discúlpame padre, pero, no comprendo del todo la razón por la que quieres presentármela...La verdad no estoy de humor como para conocer gente. —Se excusó, además no deseaba seguir en el mismo lugar puesto que había organizado encontrarse con su novia Giselle unas horas más tarde y eso era lo único en lo que podía pensar.
—No me importa si quieres o no quieres conocerla porque lo harás de igual forma —le espetó con furia.
Eso era lo que James nunca llegó a tolerar de su padre, era bastante grosero y nunca podía decir las cosas con tranquilidad. Era una persona muy difícil de lidiar y jamás habían tenido una buena relación por eso.
—¿Para qué deseas que conozca a Priscilla Lexington? —Le preguntó. Si iba a ser obligado a hacerlo, por lo menos debía conocer las razones para tal reunión.
—He estado pensando un tiempo en que ya tienes la edad suficiente para casarte y que deberías hacerlo pronto.
—No pienso casarme hasta dentro de un par de años, lo haré cuando Giselle haya terminado su carrera y sea un poco más adulta. No voy a apresurar las cosas puesto que soy bastante joven.
—¿A ti quién te hizo creer que vas a terminar por casarte con Giselle Alderidge? —El mayor soltó una risa, burlándose de su hijo.
El más joven tendría que estar loco como para pensar que podía hacer lo que le viniese en gana, nunca podría tomar sus propias decisiones...Nunca mientras fuera su hijo, y como eso nunca iba a cambiar, entonces por lo tanto eso quería decir que James nunca sería capaz de hacer con su vida lo que quisiera.
—No necesito tu autorización, eso deberías haberlo entendido bien en este punto. No necesito tu permiso para casarme con la mujer a la que amo, es Giselle la persona a la que he elegido como mi compañera.
—Lamento decirte que estás muy equivocado, la mujer que va a convertirse en tu esposa es Priscilla, y eso es porque así lo he elegido.
James casi sufre un infarto al escuchar semejante confesión.
¿De verdad acababa de oír bien lo que su padre tenía para decirle?
¿Una esposa? ¿Casarse con una mujer a la que él ni siquiera conocía?
¿Acaso es que su padre había perdido la cordura o estaba loco?
—¿Qué estás diciendo padre? No, no, no te estoy entendiendo...—Su voz temblorosa apenas fue capaz de dar una respuesta. —¿A qué te refieres con que ella va a ser la mujer que se convierta en mi esposa?
—Me refiero exactamente a lo que dije. He elegido a la señorita Priscilla Lexington como tu esposa, es una bonita mujer de casi tu edad de una buena familia, es la perfecta esposa que quiero que tengas. Al igual que nosotros cuenta con una fortuna que heredará apenas contraiga matrimonio. Quiero que te cases con ella y esa es mi última palabra.
—No pienso casarme con una mujer a la que no conozco, no voy a casarme con nadie más que no sea Giselle. Si lo que quieres es que me case, buscaré la manera de convencer a Gigi de que sea así, solo dame un tiempo, pero no me hagas esto.
—Sabes muy bien que esa mujer no me agrada en lo absoluto, ella jamás va a ser parte de mi familia mientras esté con vida.
—No puedo hacer lo que me pides, no puedo hacerlo...No puedo dejar a Giselle solo porque ella no te agrada. Eres mi padre, si realmente me quieres te pido que hagas consciencia y me dejes estar con Giselle, si me quieres, me dejarás quedarme con ella. No quiero heredar nada de ti, solo quiero tener mi libertad y estar con ella, es todo lo que deseo.
—La vida no es justa y el amor tampoco lo es, que te quede bien claro. Vas a casarte con Priscilla Lexington, quieras o no.
«Su vida había dado un nuevo giro, todo iba a cambiar para siempre y ni siquiera era su decisión.»
«Iba a tener que dejar ir al amor de su vida, ya no tendrían un futuro ni una vida juntos por vivir, a partir de ese día no podría existir más un nosotros...Solo un lo que éramos juntos.»
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Editado: 19.11.2024