Cuando nuestro amor florece

48 | Mariposas

8 de marzo de 2021

Giselle

Estaba en mi habitación viendo la televisión hasta que una notificación en mi teléfono desvió mi atención de repente.

En cuanto pude leer dicha notificación, mi corazón se rompió en mil pedazos.

Se trataba de un correo electrónico de James donde se dirigía a mí como Giselle, donde me confesaba el amor que seguía sintiendo por mí, lo arrepentido que todavía se sentía por todo lo que sucedió entre nosotros muchos años atrás y pidiéndome una última oportunidad.

¿En qué momento sucedió todo esto? Creí que él estaba completamente enamorado de April, que había dejado la historia con Giselle en el pasado y que solo iba a pensar en un futuro con April a partir de este momento.

Con las manos temblando, comencé a llamar a mi hermana y me aseguré de cerrar la puerta de mi dormitorio con seguro.

Ella era la única persona que podía brindarme un poco de soporte en este mismo instante, estoy segura que si alguien no me ayuda a sostenerme ahora mismo voy a volverme loca y voy a confesarlo todo.

—Juliette...—apenas pude decir, las lágrimas comenzaban a salir y a faltarme el aire.

—¿Giselle? ¿Qué te pasa mi cielo? —por supuesto no pudo evitar preocuparse al escucharme así.

—James...Él me envió un correo, a mí...A Giselle...Diciendo que...Diciendo muchas cosas...

—Primero respira que así no voy a poder entender nada de lo que me dices...—señaló y asentí, tenía razón.

—Es que no sé, apenas yo misma puedo comprender todo lo que está sucediendo en este jodido momento —me eché a llorar con fuerza, la carta me había descompuesto—. James me envió un correo, voy a reenviártelo...Por favor, necesito que vuelvas a llamarme en cuando lo hayas leído porque necesito un consejo, apenas puedo pensar con claridad ahora mismo.

—Bien, te vuelvo a llamar apenas la lea entonces —me colgó el teléfono y me encargué de enviarle el correo con mis manos temblorosas.

Mientras la esperaba lloré todo lo que pude.

Por supuesto tenía mis sospechas acerca de los sentimientos que todavía conservaba hacia Giselle, sin embargo, la dichosa carta es una confesión de amor tan pura que no merece ser recibida por una persona tan mentirosa y horrible como yo.

Me siento tan culpable por lo que he estado haciendo los últimos meses.

Rápidamente Juliette volvió a llamarme.

—¿Y? ¿Has leído la carta? —No pude evitar cuestionarle de inmediato.

—Tienes que decirle la verdad de una vez, no permitas que el tiempo siga pasando...Está tan enamorado de ti como desde el primer día, bien sé que sientes lo mismo que él. No dejes que la mentira que inventaste siga haciéndose más grande, porque eso puede orillarte a perder a James y supongo que eso es lo que menos quieres.

—Quiero decirle toda la verdad, no creas que no, pero, en este instante estoy tan deshecha que me resulta imposible. Primero debo tranquilizarme, tengo que estar un poco más tranquila para poder hablar con él como merece.

—Sal de esa casa Giselle, inventa que has tenido una emergencia en casa y que debes volver a Nueva York por unos días...Aquella es la única solución que se me ocurre por el momento, contigo aquí podemos pensar mejor y así no te echas a morir allá. Di que tu hermana ha tenido un accidente automovilístico y que necesitas ver como se encuentra, sé que con estas cosas no se juega en lo absoluto...Pero, en tu caso no hay nada más con lo que podamos mentir, por lo que te pido que hagas al pie de la letra todo lo que te estoy diciendo.

—Sí, lo comprendo por completo. Voy a hacer todo lo que me dices Juliette, al final esta es la única salida que me queda si no quiero enloquecer por completo...Sabía que esto se me iba a ir de las manos un día, pero, esto es demasiado...Pensé que iba a poder controlarme y aguantar todo cuando sucedieran esta clase de cosas, sin embargo, una vez más veo que soy una maldita cobarde que no puede hacer lo que debe hacer. Soy una estúpida.

—No eres ninguna estúpida Giselle, solo no mediste los alcances que iban a tener tus acciones y ahora no sabes como controlarlos. Haz lo que te digo, te volveré a llamar más tarde para saber cuándo estarás en Nueva York.

—De acuerdo Juliette, te avisaré apenas consiga un vuelo hacia Estados Unidos.

—Estamos en contacto hermanita, trata de respirar. Te prometo que todo va a estar bien, aunque ahora parezca todo un desastre.

—Lo sé, muchas gracias July...

Colgué el teléfono sintiéndome un poco más tranquila.

Es cierto que no creí que las consecuencias de mis acciones iban a llegar tan lejos. Debo trazar un nuevo plan.

Necesito hablar con Claire, tengo que decirle toda la verdad de una buena vez por todas.

Quiero acabar con cada mentira que creé antes de que el reino de mentiras se vaya al abismo.

Salí de mi habitación tratando de buscar a Claire.

—Irene...¿Sabes si Claire va a llegar pronto? —cuestioné sin pensar, seguía estando exaltada por supuesto.

—Supongo que el chófer la va a traer pronto...¿Te sucede algo April? Te ves demasiado agitada, como si en serio te pasara algo. —Expresó su preocupación por mí.

—No, nada está bien...Mi hermana acaba de tener un accidente automovilístico, acabo de recibir la noticia y necesito ir a Nueva York lo más pronto que sea posible.

—Oh, nena, lo siento tanto...—vino a abrazarme, acepté su abrazo con gusto pues eso es lo que más necesitaba.

—Por suerte sus heridas no son tan graves, no obstante, quiero estar para ella en este momento.

—Y no es para menos querida, lo entiendo, debes estar muriendo de la preocupación.

—Y lo estoy sin duda, me muero de la preocupación...—Me mordí el labio. Claro que hay cosas que me preocupan, pero, todo tiene que ver con James. —Sé que a Claire le gustaría venir conmigo a casa así que voy a proponérselo.

—Quizá te ayude mucho tener compañía ahora mismo que más lo necesitas.




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