Cuando nuestro amor florece

63 | Esta historia de amor

28 de marzo de 2021

James

—¿En serio hiciste todo esto por mí? —Lágrimas se acumularon en los ojos de Giselle al ver lo que había preparado para ella. —No puedo creer que sigas recordándolo.

—No hay nada que no haría por ti mi amor —dejé un pequeño beso sobre sus labios.

—Alquilar una cafetería para nosotros dos, preparaste lienzos, pinturas de varios colores y pinceles. Todo luce exactamente igual a cuando celebramos mi cumpleaños número dieciocho...¿Cómo no has podido olvidarlo?

—Jamás olvidaría algo que se refiera a ti. Durante años mi único consuelo fue alimentar mi corazón de aquellos preciosos recuerdos que tenía contigo debido a que ya no te tenía a mi lado. En cuanto te perdí, lo perdí todo en lo absoluto...Si no pensaba en el pasado no hallaba manera de seguir viviendo, así que en silencio en medio de mi soledad repetía todos los instantes que pasamos juntos en mi cabeza y por lo menos eso me sacaba una sonrisa al final del día.

Escogimos la mejor mesa del lugar para sentarnos, luego ella colocó su bolso a un lado y me dijo mirándome a los ojos:

—Nunca he dejado de amarte, ni por un solo segundo de mi vida. Tan solo mantuve una relación con Jackson ya que necesitaba un soporte en mi vida...Sabes mejor que nadie que siempre he necesitado de alguien que me sostenga y en cuanto te fuiste, mi mundo se derrumbó por completo y estuve sumida en un enorme agujero negro por mucho tiempo. Luego lo conocí y me ayudó a salir de ese horrible mundo, tal vez nunca lo amé como a ti, pero, supongo que significó algo después de todo. Por eso al despedirme de él le agradecí por lo vivido juntos y le dije que esperaba que fuera un hombre feliz que encontrara a una mujer que lo amara como lo merece. Es solo que mi corazón siempre fue tuyo, y es algo con lo que tenía que lidiar todo el tiempo.

—A veces hacía que alguien investigara algo sobre ti para mí, quizás solo lo hacía para asegurarme que todo estuvieras bien, lo que deseaba es tu alegría...Y estaba demasiado ocupado con mis hijos y en el trabajo para poder pensar en mis propios sentimientos, en ocasiones solo hablaba al respecto con mi hermano. Con el pasar de los años anhelé buscarte para poder hablar contigo, pero, Claire creció y de igual forma tuve que hacerme cargo de todo lo relacionado a ella.

—Estábamos lo suficientemente ocupados con nuestras propias vidas como para buscar al otro, a pesar de eso no dejábamos de pensarnos. En sí, es bastante tarde para arrepentimientos y si en algo soy honesta...He escuchado varias veces que si esa persona es para ti, la vida te la volverá a poner en tu camino. Confiaba en que íbamos a volver a encontrarnos.

—¿Es que tú crees en las almas gemelas? —Pregunté besando su cuello con lentitud.

—¿Tú que crees al respecto? ¿Crees en las almas gemelas? —Interrogó con curiosidad. —Voy a responder después que tú.

—Creo en las almas gemelas desde el primer día en que te conocí...¿Cómo no habría de creer en ello cuando mi mundo entero colisionaba cuando se encontraba con el tuyo? Si puedo creer en que nuestro amor es algo cósmico, puedo creer en las almas gemelas.

—Somos perfectamente imperfectos para el otro, adoro ser perfectamente imperfecta para ti y sé que estaremos al lado del otro para siempre. Has sido la tragedia más brillante de mi vida, y en no me arrepiento de todo lo vivido...Al final terminamos por reunirnos de nuevo, no me importa bajo qué circunstancias, solo quiero saber que te tengo y que me tienes. Eso es suficiente para mí.

Sonreí una vez más al oír sus dulces palabras, puse una mano sobre su mejilla y uní nuestros labios en un cálido beso. Tenerla cerca, poderla amar y llamar mía era el paraíso en la tierra.

—Mis amigos se burlaban de mí porque me gustaba una muchacha de preparatoria cuando estaba en la universidad. Pero siendo honesto, me gustabas desde mucho antes. —Le confesé de repente, ella soltó una risa de inmediato.

—¿Entonces no comencé a gustarte cuando tenía dieciséis? —se burló de mí al mismo tiempo venía a sentarse a mi lado y se acomodarse en mi pecho, coloqué mi mano sobre su cabello y empecé a acariciarlo.

—Me has gustado desde el primer día en que te vi, me has gustado durante una vida entera.

Ella sonrió al escuchar mi respuesta.

—Me hace feliz saber que no fui la única que ha vivido toda una vida enamorada de la misma persona...¿James? —El solo oírla pronunciar mi nombre hacía que mi piel se erizara por completo.

—¿Sí mi amor? —respondí.

—¿Sabes lo mucho que tu existencia le da sentido a la mía? —Dijo de repente provocando que mi corazón latiera con más fuerza.

Han pasado trece años desde la última vez que escuché esa frase, sin embargo, sigue provocándome la misma emoción que la primera vez.

—Si el mundo se estuviera acabando, quisiera estar a tu lado —finalmente me atreví a decirle mientras la miraba a los ojos—. Eres el amor de mi vida, este amor que existe entre tú y yo me mantiene con vida. Eres lo más bonito que ha podido sucederme, y te prometo que no volveremos a separarnos.

—Eres el gran amor de mi vida James, y quiero que sepas que este gran amor que hemos vivido desde siempre es mi motivo para sobrevivir. Cuando siento que me estoy ahogando y me sigo alejando de la superficie!, es tu mano la que me ayuda a volver a la orilla.

Fue entonces que lo supe, por fin lo supe.

Cuando nuestro amor florece, el mundo cobra su sentido.

Cuando nuestro amor florece nada importa más que nosotros.

«El invierno tocó a nuestra puerta más de una vez, pero incluso cuando nos congelamos, el sol volvió a salir.»




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