Cuando nuestro amor florece

64 | Cuando te perdí

«Sin ti yo no vivo, mi sola existencia pierde su sentido. Ahora me estás dejando mientras siento que dejo de respirar, por favor vuelve que no se cómo continuar.»

—¿Segura que te sientes lista para enfrentarte a él? —Hannah retocó el maquillaje de su mejor amiga Giselle. —Deja de llorar por favor, me estás rompiendo el corazón. No quiero verte sufrir, no quiero que te derrumbes por él.

—Quiero darle fin a este asunto de una vez por todas. Me he enterado hace apenas unas horas y solo quiero resolverlo hoy mismo, no deseo que el tiempo siga pasando. Tengo que enfrentarlo, no puedo esconderme ante esta circunstancia. Si no lo hago hoy, no tendré la valentía para hacerlo el día de mañana. —Le respondió con los ojos cerrados y volvió a limpiarse el rostro.

—Puedo hablar con él por ti, no es necesario que te enfrentes a esto.

—Te agradezco que quieras ayudarme...Siempre estás a mi lado cuando lo necesito, pero, esta vez tengo que hacerlo sola. Si debo terminar esta relación, lo haré sola como tiene que ser. Le enviaré un mensaje a James para que salga de su casa y venga a hablar conmigo.

—Estaré esperando por ti, Giselle —fue lo último que le dijo antes de que la afectada bajara de su automovil.

Se dio cuenta que él había leído su mensaje y suspiró tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. James salió de su casa con miedo puesto que sabía lo que estaba a punto de suceder y que no podía hacer nada para retrasar el fin de su relación.

—Giselle...—no pudo susurrar nada más, su corazón seguía rompiéndose en pedazos.

—No quiero hacer esto largo, es obvio que a este punto debes imaginar que lo sé todo.

—Creo que los rumores se han esparcido más pronto de lo que esperaba.

—¿Y tienes algo que decirme o mejor hacemos esto más rápido y le damos fin a todo esto? —soltó con rabia.

—¿Cómo puedes decirme que acabemos esto de una vez? Por supuesto no estoy de acuerdo con el tema del matrimonio, es lo que menos deseo en este mundo. Te he dicho en más de una ocasión que la única mujer con la que quiero casarme es contigo y que lucharía por esto...No he cambiado de pensar lo mismo. Sigues siendo el amor de mi vida, la mujer con la que me gustaría compartir el resto de mis días, sin embargo, ya no puedo prometerte un futuro juntos porque no puedo luchar contra mi padre, no puedo hacerlo.

—¿Entonces te resulta más fácil aceptar el matrimonio que tu padre ha elegido para ti que pelear por lo que realmente quieres? —El enojo se estaba apoderando del cuerpo de la joven.

No podía creer que el hombre que más amaba en el mundo se había dado por vencido, que él ya no deseaba luchar por su amor.

¿Acaso significaba tan poco? ¿Había sido así todo ese tiempo?

—No puedo prometerte nada por ahora Giselle, así que no deseo hacerte promesas que tal vez no pueda cumplir después. Tampoco puedo tenerte esperando una solución o una respuesta por demasiado tiempo. Esto lo hago porque te amo, elijo dejarte ir para no hacerte más daño en lugar de pedirte que te quedes y seguir lastimando tus sentimientos.

—Para mí, la más grande muestra de amor hubiese sido que escogieras quedarte conmigo y luchar por lo que siempre hemos tenido. Me llena de rabia saber que tuve que enterarme acerca de tu compromiso a través de mi mejor amiga, que ella se haya preocupado más que tú en no herirme al contármelo...Ni siquiera te atreviste a decírmelo tú, solo hiciste que me enterara por otros...¿Tan poco valía nuestro amor para ti?

—Gigi...¿Por qué sigues hablando de nosotros en pasado?

—Porque ya no puede existir un nosotros...¿Cómo pretendes que exista algo entre nosotros dos cuando te casarás con otra mujer dentro de un tiempo? ¿Desde hace cuánto sabes que tu padre desea que te cases con ella? —Cuestionó.

—Me enteré hace un par de semanas.

—¿Y te mantuviste en silencio durante semanas? —le gritó con furia, no podía creer todo lo que estaba escuchando—. ¿Y cuándo planeabas decirme que ibas a casarte con otra mujer? ¿El día de la boda o en la luna de miel?

—Mi amor...Sabes mejor que nadie lo mucho que te he amado, eres lo que más amo en el mundo y solo quiero protegerte de la vida que me espera. Mi padre quiere que me case con una mujer de su elección, busca que sea una mujer que solo pueda dedicarse a administrar lo nuestro y a see mi esposa. Mi padre no quiere alguien como...

—¿Alguien como yo? —soltó una risa llena de ironía—. A tu padre nunca le he agradado, a pesar de que lo único que he hecho es estar contigo, como amiga y como novia. Si lo que él quiere es una esposa para su hijo que le sonría siempre y que solo se preocupe en lucir bien, lamento decir que esa no soy yo y no lo seré nunca. Te amo con todo el corazón, pero, jamás cambiaría mis sueños o lo que soy por un hombre. Te amo demasiado, sin embargo, me amo mucho más a mí y si ser lo que soy me hace perderte, supongo que tendré que pagar el precio por ello.

—Supongo que este es el fin de lo nuestro, Giselle.

—Sí, creo que ya es momento de terminar con todo esto de una vez.

—Por favor sé feliz...Y cumple cada uno de tus sueños, incluso a la distancia me sentiré muy bien por ti.

—Espero que halles un poco de felicidad en medio de toda tu oscuridad.

—Espero que no permitas que la oscuridad se lleve tu luz.

Ella no soportó más estando de pie frente a él, así que sin más solo se alejó y subió al auto de su amiga con el alma rota.

—¿Giselle? ¿Qué pasó? —le interrogó con preocupación.

—Se terminó. Todo se acabó.

«El amor que nos tuvimos fue tan grande que en cuanto se rompió, nuestras almas se quebraron por dentro hasta devastarnos por completo.»




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.