Cuando nuestro amor florece

69 | Acaba con ella

6 de abril de 2024

Priscilla

—Su ausencia se ha sentido más de lo que esperaba —confesé con una sonrisa de cinismo en el rostro. Había venido a la casa de los Windsor apenas la señora Joanne me envió un mensaje avisándome que su avión aterrizó. —Temo decir que su ausencia nos ha afectado de manera negativa a todos, supongo que cuando escuchen lo que ha sucedido en este tiempo, querrán tomar cartas en el asunto.

—Sabes bastante bien que no me gusta que den vueltas Priscilla, así que si tienes algo para decir será mejor que empieces ahora mismo —Thomas me pidió con poca paciencia.

En serio me pregunto cómo he podido aguantar a este hombre como mi suegro durante tantos años, es insoportable.

—Voy a divorciarme de James. Nuestro matrimonio ha sido un fracaso, he soportado demasiado al lado de su hijo y no pretendo continuar perdiendo más años de mi vida con un hombre que sigue obsesionado con la mujer que fue su primer amor.

—Sabes bien Priscilla que te conviene seguir casada con James. Puede que ustedes no hayan aprendido a amarse nunca, pero la verdad es que ningún buen matrimonio lo hace. Todos nuestros socios respetan el hogar que ustedes han formado, además imagino que no querrás perder los beneficios monetarios que te hemos brindado a lo largo de estos años.

—Incluso divorciada de James, continuaré recibiendo los mismos beneficios monetarios que ustedes me han otorgado a lo largo de los años. No olviden que sé aquel secreto que no los deja dormir por las noches, y si ustedes no hacen lo que les digo, iré a contarles a sus hijos en un abrir y cerrar de ojos. Ustedes no me quieren como su enemiga, eso deben saberlo bien...Aunque, ahora mismo no soy la peor enemiga que tienen...—Me mordí el labio evitando soltar una risa.

—Más te vale que nos digas que está pasando —Joanne murmuró con molestia. Qué poca paciencia que tenía esta mujer.

—Giselle está de regreso —confesé.

Si alguien odia más a esa mujer que yo, ese es el señor Windsor y al comentarle la verdad, sé que juntos vamos a poder destruirla.

—¿Esa mujer está de regreso? ¿Cómo lo sabes?

—Porque esa estúpida entró a mi casa haciéndose pasar por otra persona, comenzó a trabajar como la niñera de mis hijos y se metió en la cama de mi esposo.

—¿Y cuál era necesidad de hacerse pasar por alguien más? Si el imbécil de mi hijo le extendería la mano sin siquiera pensarlo. Han pasado trece años, y aun sigo seguro que él nunca pudo olvidarla.

—Parece que ella está decidida a vengarse de ustedes...Ya saben, por el tema de los cosméticos y la verdadera identidad de Claire por supuesto. —No pude seguir ocultando lo mucho que me divertía la situación. —Es una jodida lástima que todo esté en su contra, y es que siento decirles que ella les va ganando y por mucho.

—¿Acaso habló con Claire? ¿Fue capaz de decirle la verdad? —Joanne preguntó con preocupación. Puede que ella sea una mujer dura, no obstante, imagino que algo de cariño debe sentir hacia la pequeña que crió como a su hija de sangre.

—Creo que a este punto lo ha hecho. Siendo honesta, me informaron que Giselle tomó un vuelo hacia Estados Unidos acompañada por Claire el mes pasado. Estuvieron allí por bastantes días, y luego James las acompañó. Como ustedes ya estarán pensando, no he dejado que la situación avance sin más y he contratado a alguien que me ha estado brindando información sobre la estúpida de Giselle Alderidge.

—¿Qué sabes? Esa mujer va a arruinar todo lo que he construido en los últimos años, y eso solo va a suceder bajo mi cadáver.

—Conozco la ubicación de su familia en Nueva York, al igual que la de sus amigos...Y claro, ella ahora mismo está viviendo en mi casa, o bueno la que era mi casa hasta hace un tiempo, por lo que si queremos actuar en su contra no nos resultará tan complicado.

—Aunque no quiero admitirlo, es muy seguro que Claire conozca su identidad a este punto. Al igual que al no encontrarla en casa, es obvio que se ha estado quedando con sus hermanos como una maldita desobediente. Esa niña llegará pronto y se va a arrepentir por darnos la espalda. —Joanne gritó llena de rabia y se retiró de la sala.

—Parece que esto le ha afectado más de lo que esperaba...—sonreí.

—Todos nuestros hijos nos dan la espalda, es por eso que se ha puesto así. Pero déjala, su reacción no es lo que tiene que preocuparnos en este momento.

—Lo sé bien, es Giselle de quien debemos hablar.

—Divórciate de mi hijo, puedes hacerlo, no obstante, tienes que cumplir con algo primero o de lo contrario volveré tus días miserables. No te librarás de esta familia tan fácil.

No esperaba menos de este hombre.

Es un maldito cerdo asqueroso.

—Dígame señor Windsor... ¿Qué tengo que hacer esta vez? —Le interrogué.

—Quiero que acabes con Giselle —sentenció—. Debe arrepentirse por tener la valentía de aparecer a arruinar nuestras vidas una vez más. Aunque te separes de mi hijo, nunca voy a permitir que esa mujer se quede a su lado y viva con mis nietos. Nunca permitiré que esa mujer, a la que odio tanto, lleve mi apellido...No la tendré en mi línea familiar.

—Bueno, debería amenazarla para que regrese a Estados Unidos y mantenga la boca cerrada.

—¿Quién te ha dicho que solo se trata de amenazarla? Si se atrevió a regresar a Londres, ella no va a rendirse solo porque sí. Debemos darle un verdadero motivo para cerrar la boca, y que sea para siempre.

—Si tiene una mejor idea...Me aseguraré de cumplirla, o contrataré a alguien más para que lo haga.

—Mi única condición es que lo hagas tú, entonces te divorciarás de mi hijo y te daré una alta cantidad de dinero. Y por supuesto, continuarás recibiendo tu mensualidad de mi parte, podrás vivir el resto de tu vida sin preocupaciones. Sé que solo te importa el dinero.

Tiene toda la razón. Nada más me interesa el dinero y siempre será así.




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