92 | Caminando sobre el viento

«Volveré a ver tus ojos de nuevo, volverás a encontrarme caminando sobre el viento.»

James sintió que el corazón se le detuvo en cuanto notó que Giselle se le acercó en medio del ruido de aquella fiesta. No fue necesario que ninguno de los dos dijera nada, simplemente buscaron un lugar donde pudieran hablar a solas. Tuvieron que subir hasta la terraza de la casa de Hannah, la mejor amiga de Giselle y quien había organizado la fiesta de despedida para la muchacha que había decidido abandonar Londres para mudarse a Nueva York tan pronto como fuera posible.

—Me sorprende verte aquí, en realidad no comprendo quién pudo haberte invitado —ella espetó mirándole a los ojos con dolor.

—Eso no importa ahora, me enteré que tus amigas organizaban esta fiesta para despedirte. Aun a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, no es justo que ni siquiera podamos despedirnos... ¿Vas a volver o esta decisión es definitiva?

—No pienso volver a Londres, al menos no en los años próximos. Quiero rehacer mi vida en Estados Unidos, merezco poder terminar mi carrera y cumplir con cada uno de mis sueños en un ambiente saludable para mí.

—No puedo decir nada al respecto cuando tienes razón Giselle.

—¿Por qué James? ¿Por qué tuviste que hacerme todo esto? —le cuestionó de la nada, entrelazando su mano con fuerza, esto le demostró que el amor entre ambos todavía no se había desvanecido.

—Nunca quise hacerte daño Giselle.

—Dijiste que soy el amor de tu vida como un millón de veces...Pero en cuanto el destino cambió, te convertiste en la mayor pérdida de la mía.

—Lo que menos he querido en este mundo es perderte.

­—Nunca había sentido un vacío como este. Me hiciste sentir en el cielo para luego llevarme al infierno...Realmente te amé, y juré hacerlo hasta el día de mi muerte, entonces no te atrevas a decir que mi amor no fue suficiente. Deseas que me quede a tu lado al menos como tu amiga, pero no haces más que romper el lazo que existe entre tú y yo. No merezco todo el dolor que me estás provocando con cada una de tus acciones, no merezco este dolor, sabes que nunca lo merecí. Te entregué cada parte de mí y no esperé tener que recoger los pedazos. Tu castigo será mi ausencia por el resto de tus días, no olvidarás lo feliz que fuiste a mi lado y cada vez que sueltes una lágrima será por mí.

—Entiendo el dolor y la confusión que sientes, y me duele saber que te hice pasar por tanto sufrimiento. No quería causarte ese vacío ni mucho menos jugar con tus sentimientos. El amor que compartimos fue real, aunque mis acciones no hayan reflejado lo que sentía en su totalidad. Tal vez no supe valorarlo como debía, pero nunca dudé de lo que significaste para mí. Te pido perdón por el daño que te he hecho y por las palabras o decisiones que te hicieron sentir que no eras suficiente. Sé que la herida es profunda y que el tiempo no borrará lo que has sentido, pero quiero que sepas que te respeto y te agradezco por todo lo que me diste. Si bien ahora tomamos caminos separados, nunca olvidaré lo que compartimos, y el dolor que te he causado me acompañará siempre. Si alguna vez me permites volver a entrar en tu vida, lo haría con todo el respeto y cariño que mereces, pero sé que no depende solo de mí, sino también de lo que tú elijas para sanar.

—Era tan ingenua que creí que tu amor era suficiente para mí, que no necesitaría nada más en mi vida para tenerlo todo. Apenas me he dado cuenta que nunca fuiste mío, que me engañé a mí misma pensando que realmente me amabas y que era tu única. Ahora hemos perdido todo el amor que un día nos unió. Me iré llevando las piezas más grandes mientras tú recoges los pedazos. Te di todo mi amor y solo me diste un adiós. Aun así, supongo que está bien porque yo tampoco me casaría conmigo. Sin embargo, a pesar del dolor que me has hecho sentir, que ha llegado hasta mis huesos...Fue encantador conocerte y nunca me arrepentiría de eso. Nunca voy a olvidarte porque tuvimos buenos momentos ¿No es así? Si estás perdido, solo búscame en tus sueños y me encontrarás. Volveremos a encontrarnos, no importa cuántas vidas pasen. Ahora nuestros corazones están rotos porque tenemos que decirnos adiós, pero, a pesar de que todo está en nuestra contra, aun sigo pensando que volveremos a vernos en un futuro no muy lejano. Hasta entonces soñaré contigo cada vez que pose mi cabeza sobre la almohada, recordaré lo que vivimos juntos cada vez que escriba en mi diario, reiré cada vez que piense en los chistes que solías contarme y lloraré en cuanto recuerde el sabor amargo de tus besos y lo reconfortante que se sentían tus abrazos. Volveremos a vernos, esta no será la última vez que nuestros ojos se encuentren en esta vida, y si no es en esta supongo que será en la siguiente. Tan solo deseo que cuando vuelva a verte, no me hayas olvidado del todo.

—Es imposible borrar lo que compartimos, y aunque todo se haya desvanecido, no quiero que pienses que no lo valoro. Fuiste importante para mí, y lo que tuvimos, aunque hoy parezca perdido, fue real y significativo. Nunca quise que te sintieras como si no fueras suficiente, porque no es cierto. El problema es que, en algún momento, no supe cuidar lo que teníamos, y lo lamento profundamente. Te veo partir con el corazón roto, llevándote lo que compartimos, y me duele saber que no puedo hacer más para reparar el daño que te he causado. A veces, los caminos que tomamos no son los que esperábamos, pero eso no significa que todo haya sido en vano. Los recuerdos seguirán vivos en mí, tanto como en ti, y siempre llevaré contigo el cariño que una vez nos unió. Me duele pensar que, quizás, te quede un sabor amargo de mí, pero quiero que sepas que nunca te olvidaré. Aunque nuestras vidas tomen rumbos diferentes, siempre guardaré lo que fuimos en un rincón especial de mi memoria. Tal vez, como dices, en algún futuro, nuestros caminos se crucen de nuevo. Si eso sucede, ojalá que, al menos, haya una chispa de lo que fuimos. Hasta entonces, te deseo lo mejor en cada paso que des, y siempre, siempre, recordaré esos momentos contigo con una sonrisa, aunque también con un poco de tristeza.