Cuando ya no me encuentre. (proximamente)

2 - Miedo.

Charlotte con algo de resignación al dar por hecho que no recibiría buenas noticias por parte de su médico, inhalo profundo y dejo escapar un largo suspiro.

—No tengo mucho tiempo doctor, a partir de ahora ya no. Por favor le suplico que hable y sea lo más honesto posible conmigo, no importa que tan malas noticias sean.

El médico le mostro a Charlotte un montón de estudios uno a uno y comenzó a hablar.  —Anteriormente te había comentado que tu cáncer, es sumamente agresivo, esto quiere decir que avanza muy rápido y debemos actuar ya y comenzar con el tratamiento cuanto antes. Bien, te hicimos varios estudios que van desde hacerte un examen físico, revisar tus antecedentes de salud, te realizamos un estudio bioquímico de sangre, también un recuento sanguíneo completo una endoscopia superior y una ingesta de bario, tomografía y biopsia. Ahora tendremos que hacerte otros estudios y tendrás que venir en una semana o dos más.

— ¡Que! —exclamo la joven Charlotte sintiéndose bastante agobiada con tanta palabra que no entendía por parte de su médico. — ¿Para qué más estudios? —pregunto después en un tono de molestia.

—Los estudios que te realizamos anteriormente fueron para ver tu tipo de cáncer, pero es necesario que te hagamos otros estudios para ver si el cáncer se disemino al estómago o  a otras partes del cuerpo. Ese proceso se llama  estadificación.

—Dijo que mi cáncer es sumamente agresivo, creo que esperar por más estudios es perder tiempo valioso ¿No cree?

—No Charlotte, todo esto es necesario, debemos hacer más estudios. —respondió el médico con serenidad ante la voz de Charlotte que comenzaba a alterarse.

—Es que usted no lo entiende ¿Verdad? Yo estoy muriendo, yo soy quien tiene cáncer y voy a perder otra semana o dos en estudios y… ¡El tratamiento que…! —Charlotte pauso y se llevó las manos al rostro mientras el llanto comenzaba a desbordarse de sus ojos sin poder parar, aquella angustia dentro de ella crecía cada vez más con cada palabra que su médico decía. —Tengo una hija doctor, yo soy lo único que mi hija tiene… ¡Solo tiene siete años doctor! Hace dos años perdió a su padre y ahora puede perder a su mamá… ¿Se imagina lo que va a sufrir si yo muero?

El medico quien más o menos tenía algunos 35 años, se paró de sus silla y se sentó a un lado de Charlotte, por un momento no dijo nada hasta que ella logro tranquilizarse un poco, la miro sin ningún gesto plasmado en su rostro, Charlotte levanto la mirada y lo vio fijamente a los ojos mientras con sus dedos se limpiaba el rostro. —Lamento mucho lo que está pasando y sé que piensa que son muchos estudios que el tiempo se está pasando, pero le juro que todo esto es necesario para saber sobre el tratamiento que más le beneficie, Charlotte no puede adelantarse así a las cosas, no puede dar por sentado que usted va a morir, es muy complicada su situación y no quisiera estar en sus zapatos pero le pido que trate de mantener la cabeza fría al menos por ahora, al menos en este momento para que pueda tratar de comprender mejor su situación, por usted, por su hija.

En ese momento y al escuchar la voz grave y al mismo tiempo tan serena de su médico Charlotte tomo un poco de aire y logro apaciguar sus emociones, al menos por aquel momento.  —Sí, tiene razón. —respondió después con más calma.

—Bien, se te realizara una ecografía endoscópica, una tomografía computarizada, imágenes por resonancia magnética con gadolinio y una laparoscopia. Luego de esto sabremos con mayor exactitud tu estadio de cáncer.

Charlotte lo único que pudo hacer en aquel momento fue poner cara de confusión al no lograr comprender y asimilar muchas de las cosas que su médico le estaba diciendo pues en su mayoría solo sonaban como un montón de palabras rebuscadas.

—Doctor, la verdad esto es demasiada información para mí. Solo le pido que me haga esos estudios cuanto antes y cuando estén listos yo voy a estar en la mejor disposición, necesito salir bien librada de todo esto, por favor doctor.

—Haré todo lo posible para que salgas bien, pero debes estar consciente de que lo que tienes no es cualquier cosa.

—Lo sé. —contesto Charlotte parándose de la silla. —Deme mi próxima cita y nos vemos luego ¿sí? Quiero irme.

Luego de recibir una próxima cita a Charlotte no le quedo más que salir a prisa de aquel hospital, no podía quitarse del cuerpo aquella sensación de angustia. “Sería mejor no saber ya más y dejar que pase lo que tenga que pasar” se dijo para sí misma mientras caminaba por las calles de regreso a su trabajo en su pequeña cafetería. “No, no, no… ¿Pero qué estás diciendo Charlotte? Yo necesito luchar por mi vida, Lily me necesita”  Su cabeza estaba comenzando a volverse en un verdadero embrollo con tantas cosas rondándole y todos sus pensamientos siempre terminaban con su pequeña Lily.

Y así con la mente siempre en su hija llego hasta su pequeña cafetería, la cual con tanto amor y esmero había logrado consolidar como una de las mejores en la colonia por donde vivía. Aquella cafetería la cuál llevaba el nombre de “Jhon & Charlotte”  tenía unas mesitas afuera, todo en madera, había unos enormes arbustos cubriendo casi todo el lugar, esos arbustos cubrían armoniosamente a una pequeña bardilla la cual también era de madera que estaba alrededor de la cafetería, tenía una pequeña puertita y un pasillo en medio, había que subir un par de escalones y se llegaba  la puerta principal, Charlotte saco la llave para abrir esta pero se dio cuenta de que la puerta estaba abierta, extrañada entro al lugar y vio a Anna y Lily que estaban ahí haciendo algo de limpieza.

— ¡Que sorpresa! ¿Qué hacen aquí? —pregunto Charlotte dirigiéndose hacia ellas, mientras dejaba su bolso en una gran barra.

Anna sonrió y tomo a Lily de los hombros.  —Tu hija estaba aburriéndose a horrores en casa, terminamos la tarea temprano así que la traje.




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