Castillos de Arena

Castillos de Arena

Quisiera tener de esos cubitos... de esos cubitos para construir castillos de arena.

Esta vez los construiré con la arena mojada, ya que si no mojaba la arena, no se mantendrían firmes.

Pero era demasiado niña como para poder saberlo, y tampoco nadie pudo construirlos conmigo.

Ahora quizás empiece a contar... Había una vez... dos castillos de arena: uno hecho con arena mojada y otro con arena seca.

Entonces podré contarte cómo el castillo de arena mojada sobrevivió un poco más porque estaba fuera del alcance de las olas del mar.

Pero el de arena seca nunca pudo construirse por completo, ya que nunca tuvo la resistencia como para hacerlo.

Así mismo es la sonrisa de un niño al terminar el castillo de arena: resistente. Pero es sorprendente cómo, si no pones las bases necesarias para construir el castillo de una sonrisa en un niño, lo fácil que se destruyen sus fantasías.

Entonces, cariño mío, te diré que seas como el castillo de arena mojada: resistente y con las bases necesarias para volverte a reconstruir.

Cariño... cariño. Los castillos de arena nunca estarán firmes para siempre; en algún momento se destruirán. Lo más hermoso es el instante en que, con inocencia, construyes el castillo. Inocencia, creo que es el primer material para poder construir un castillo de arena; el segundo es la fantasía.

Son dos pilares importantes para lograr que el castillo sea resistente: inocencia y fantasía.

Ah, a los niños les sobran estas dos cosas; quizás por esto es que se les ve tan emocionados al construir un castillo de arena. Pero mis ganas no se han desvanecido; creo que ahora, más que nunca, quisiera construir un castillo de arena porque quizás tengo miedo... tengo miedo a las personas que lo puedan destruir. Por eso quizás esta vez lo guarde para mí y para tí.