Si él llega a tu puerta

Si él llega a tu puerta

Soy consciente de que muchos llegarán a tocar tu puerta, diferentes personas con diferentes profesiones.

Quizás uno intente engañarte con magia y esconderte la esperanza; quizás monten un circo y payasos den vueltas a tu alrededor para convencerte.

Todo se verá hermoso en esos días, no tengo la menor duda, cariño.

Quizás venga un doctor y te diga que tienes fallas en el corazón; querrá cambiártelo por uno de cartón, pero tú nunca le hagas caso. Esos que vengan diciendo que son doctores, en realidad, nunca lo son.

Cariño, vendrán muchos a tocar tu puerta, todos en preciosos días, con nubes hermosas; pero a veces, para engañar, hay que mostrar un poco de verdad, así que nunca les creas. Querrán quitarte todo y nunca darte nada; son como demonios de rapiña, para no decirte que en realidad lo son, es que estás muy pequeño; ¿y si te asustas? Nunca te asustes de ellos.

Te hago una promesa: yo siempre estaré contigo, yo y mis poemas. Entonces, cariño, nunca, pero nunca, tengas miedo de ellos.

Pero si un día, mientras duermes, hay una gran tormenta afuera y tocan la puerta, tú ábrela inmediatamente. Estoy segura de que será él. Él te mirará seriamente y te invitará a bailar bajo la tormenta; tú acepta, que aunque haya relámpagos, nunca tocarán tu cabeza.

Si con él llega un viento fuerte y destruye todo dentro de casa, no te preocupes; tú sonríe, él es así. Si cada vez que venga, te trae una aventura con una semisonrisa, tú disfruta. Si mientras corren por un campo de rosas, te lastiman todas ellas con sus espinas, tú sonríe; cuando él limpie tus lágrimas, ya no estarán allí tus heridas.

Si él trae consigo la destrucción de tu casa, es porque él tiene una preparada para ti. Cariño, si tus amigos se van y no vuelven a mirarte, él siempre está contigo, no te sientas triste; él lo quiere así.

Si en alguna noche piensas en él y sientes miedo, recuerda que él te ama, mucho más que mamá y papá.

Yo estoy dispuesta a hacer todo por ti, porque te traje al mundo y te amo. Pero cariño, imagínate cuán dispuesto estará él, quien pensando en ti, pronunció tu nombre en voz alta, nombrando así mismo una estrella del cielo.

Y es que cuando no haya nada a tu alrededor, estará él, y eso será lo más importante. Porque estando él, lo tendrás todo. Porque si con voz de niño, y tus manitas pequeñas, le pidieses un caramelo, él te daría mil.

Te daría todo lo que pidieras, cariño, no tengo dudas.

Y no, es que él nunca llega a mi vida con hermosos momentos; tiene la característica de hacerme llorar y extrañarlo, de sentirme extraña y sin sentido.

A veces trae tantas tormentas que la lluvia me empapa y arruga mis dedos; a veces, simplemente, las heridas son muy profundas y los golpes demasiado fuertes.

Es que él es como un mar y yo, como un pequeño barco. Me dejo guiar a su antojo y a veces termino en lo profundo del mar.

Hay noches en las que tengo miedo y no lo comprendo, y hay otras en donde lo extraño a rabiar. Pero aun así, él es una parte de mí. Se ha colado tan, pero tan profundo en mi interior, que ha formado parte de mi corazón y de cada uno de los órganos de mi cuerpo, poniéndome él en función.

Y quizás mi mente no pueda controlarla tanto, porque hay veces en las que corro en otra dirección, pero quizás nunca he corrido para poner distancia entre los dos.

Cariño, también espero que tú tengas la misma amistad que tenemos, y al menos nunca tengas miedo, ni tampoco seas tan rebelde en correr hacia otra dirección. Él siempre gana en el juego de las escondidas.

Y si eres especial para él, créeme que a donde quiera que corras o te escondas, siempre te encontrará para estar juntos de nuevo.

Y no importa nada de lo que los demás digan; siempre lo único que importará es lo que él piense, y él infinitamente te amará por siempre.