Rosa Negra
Había una vez ... un campo completamente lleno de rosas rojas. Se veían tan hermosas, todas con el mismo tono rojo. Pero una mañana, cuando el jardinero estaba regando las rosas, se dio cuenta de algo extraño: una rosa diferente a todas las demás, una rosa negra. Nunca había visto una igual.
El jardinero decidió no cortarla y decidió cuidarla como a todas las demás. Ahora, las personas se detenían para mirar aquella rosa negra, y muchos deseaban tenerla, pero él siempre decía que no.
Aquella simple, pero no tan simple, rosa negra se había ganado la admiración de muchos. Tenía las espinas más gordas y largas, haciendo casi imposible que el jardinero se acercara.
Ella era símbolo de rebeldía, y el jardinero decidió llamarla "la rosa rebelde". Pero es que ella simplemente era ella.
Aquella rosa no era tan distinta a las demás; tenía las mismas espinas. Lo único que la hacía diferente era que ella... era ella misma, no fingía ser algo más.
Un niño, una vez, se coló sin permiso en el jardín con unas tijeras en mano. Quería tener aquella hermosa rosa negra, pero sin querer tropezó con una llave que abría las regaderas de agua. Nunca antes se habían abierto, y cuando empezaron a regar agua a todo su paso, el niño quedó sorprendido.
Las rosas rojas se habían teñido; ya no eran rojas. Algunas eran blancas, otras amarillas, azules, violetas, y así, de diferentes colores, todas ellas.
Cuando aquel jardinero se dio cuenta, miró sorprendido a sus rosas, todas con un color diferente.
Se había acostumbrado a ver a todas las rosas por igual, que no se dio cuenta de lo distintas que eran en realidad.
Entonces llamó a su jardín de rosas "Interiores diferentes", y muy pocos lo lograron comprender, pues veían todavía un campo de rosas rojas, mientras que él ahora las podía apreciar de diferentes colores, como aquel niño que había entrado sin permiso en el jardín.
Todos tenemos matices diferentes. Aunque nos veamos iguales por fuera, en realidad nuestro interior lleva un color diferente.
Somos diferentes en pensamientos e ideas, en amar y soñar. Cada uno con un contraste diferente, con una nota musical única.
Es como si lleváramos una rosa interior; ¿de qué color es la tuya? Podría decir que la mía es esa rosa negra rebelde, que se rebela a lo simple que es todo lo demás a su alrededor, siempre queriendo algo único y verdadero, algo que sea completamente suyo y de nadie más.
Cariño, y es que te sorprendería lo hermoso que es observar el interior y descubrir un color nuevo, que no está ni en los secundarios ni en los primarios. No es simple, sino que es complejo, raro y poco común.
Es único, y eso es lo que enamora en la pequeña diferencia del interior de una persona.
Es sorprendente cómo abarca el sentir, y cómo en el brillo de unos ojos se puede apreciar el contraste, y cómo en una voz se escucha perfectamente una nota musical, rara, poco escuchada.
Y es hermoso cuando estamos dispuestos a escucharla de aquellos labios que nos complacen y de esos ojos que nos prometen un cielo.
Es lo diferente lo que hace el amor perfecto.