Funeral de los sentimientos
¿Quién tendrá el control del corazón? ¿Por qué a veces puede detener sus latidos, y aunque sea nuestro, no podemos volver a hacerlo funcionar? ¿Quién tendrá el control de los sentimientos? Porque a veces se marchan sin más, dejando un vacío que no quisiéramos llenar.
Hasta a veces el mismo mar va contra corriente, se inquieta y enfurece.
Ella contemplaba las estrellas y se hacía esa pregunta constantemente. A veces su mente jugaba en su contra, y escuchaba un llanto muy conocido para ella; no dudaba en correr por esas escaleras y entrar a aquella habitación.
Cada vez que ocurría, era lo mismo: no había nada, solo vacío.
Y es que cuando camina descalza en la madrugada por aquellas calles, el recuerdo la asalta; es como un ladrón feroz que te roba todo en tu interior. Para ella eran como cuchilladas, matando cruelmente lo que estaba sintiendo y dejándola en un cruel vacío.
Y es que las mañanas no tenían sentido, y las noches ya no eran las mismas. La casa estaba en un silencio funerario, y su alma había desaparecido.
Quizás no entiendas por qué aquella mujer, que se sentaba en la acera de nuestra calle, se comportaba de esa manera.
Quizás alguna noche la escuchaste gritando; quizás pudiste ver perfectamente sus heridas desde aquí.
Y es que ella estaba en constante luto, cariño. Aquella mujer tenía todos los días un funeral de los sentimientos.
Y es que sus ojos cuentan el cuento de una historia no contada; sus labios contienen las verdades detrás de ese llanto contenido y esas esperanzas muertas de un hijo perdido.
Y es que ella había tejido mantas pequeñas y, con sus manos, lo había sostenido por seis meses. Y es que aquella mujer se había leído todos los cuentos con finales felices, provocando quizás que el suyo terminara triste.
Fueron meses, cariño, y ahora no le queda nada. Por eso ahora voy junto con ella al cementerio, para acompañarla a ese funeral de los sentimientos.
Es un funeral que muy pocas entienden. Una flor se marchitó en sus manos, mientras que las demás también lo hacían, matando en ella la esperanza de volver a ser madre.
Pero lo que no saben estas mujeres de valiente corazón es que, aunque pierdan una vida y se queden sin dar fruto en su vientre, siempre serán madres y siempre podrán leer cuentos para poder dormir en esas noches de tormenta.
Cariño, es que una mujer será madre cuando en realidad lo sienta en su corazón, y podrás darte cuenta de que una madre hace realidad los cuentos.
Siempre haz realidad los cuentos para no perder nunca la esperanza de cumplir sus sueños.
Todo buen cuento terminará con un buen final.
Todo cuento terminará con el final que necesitas.
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A story will always make me dream better.