Cupido se ha Perdido

Capítulo 8

Conflictos Internos

~Isa~

Regresé a mi depa con el corazón latiendo desbocado, pero no de la manera en que solía hacerlo por él. Esta vez era rabia, frustración… y algo más que no quería nombrar.

Me lancé sobre el sofá, mirando el techo, recordando cada detalle de nuestras conversaciones.

¿De verdad todo fue una mentira?

Pero… ¿acaso no había sido honesto en sus gestos, en sus palabras, en la forma en que me miraba?

¡No! No puedes caer en eso, Isa.

Mi teléfono vibró. Un mensaje de él.

"Isa, por favor, déjame explicarte. No fue un juego. No quiero perderte por un malentendido."

No respondí. No podía.

Porque parte de mí quería escuchar esa explicación.

Y eso me asustaba más que cualquier mentira.

~Jay~

Pasaron los días. No me respondió.

Pero yo no era de los que se rendían. Y menos cuando alguien significaba tanto.

Así que fui a buscarla.

Sin mensajes. Sin llamadas. Solo yo. Y la verdad.

~Isa~

Estaba en la librería, ordenando algunos de los libros que me habían llegado para la próxima firma, cuando escuché el sonido de la puerta abrirse. Miré hacia arriba y, al principio, creí que mi mente me estaba jugando una mala pasada. Pero no. Ahí estaba él.

No estaba preparado para verlo, no después de todo lo que había pasado. No después de esa mirada fría y distante que le había dirigido en el café. Mi primer impulso fue darme la vuelta y huir, pero algo en su postura me hizo quedarme en mi lugar.

Jay no venía con la típica seguridad que lo caracterizaba. Estaba ahí, solo, con una expresión decidida pero vulnerable.

—Isa… —dijo, su voz suave, como si cada palabra fuera un esfuerzo para salir de su boca.

No pude responder inmediatamente. Mis emociones estaban demasiado revueltas, un torbellino de confusión, rabia y algo más. Algo que no quería admitir.

—Déjame hablar. Por favor. —Se acercó un paso, y entonces pude ver algo en sus ojos que me hizo detenerme—. No era lo que pensaste. No te mentí. Ni a ti, ni a mí.

Mi corazón latió fuerte, pero me armé de valor para hablar.

—Entonces, ¿por qué no me lo dijiste? ¿Por qué esperar hasta que lo encontrara yo misma? —mi voz tembló, pero me armé de todo el coraje que me quedaba—. Pensé que realmente querías conocerme, que no era solo un juego para ti.

Jay bajó la mirada, como si estuviera buscando las palabras correctas, las palabras que pudieran reparar el daño que había hecho sin saberlo.

—Porque tenía miedo, Isa. Miedo de que pensaras que solo quería jugar contigo, no pensé que mi mundo te afectaría. Eres… eres mi ratoncita, alguien que quiero conocer de verdad.

El apodo salió de su boca con una ternura que nunca había esperado escuchar en medio de todo este caos. Fue un golpe suave, como si tratara de derribar las barreras que yo misma había levantado.

Me quedé en silencio. No sabía qué hacer con lo que sentía. Mi corazón quería saltar fuera de mi pecho, pero mi mente me decía que era un error confiar en él.

—No sé si puedo creerte ahora, Jay.

~Jay~

Me sentí como un idiota al verla allí, tan cerca pero tan lejos. Cada palabra que salía de su boca me cortaba como un cuchillo, pero entendía por qué lo hacía. Yo había cometido el error de ocultarle una parte de mí.

Pero lo que más me dolía era que había perdido su confianza.

Isa me miró, y por un segundo, vi un destello de vulnerabilidad en sus ojos, algo que me decía que, a pesar de todo, aún quedaba una chispa de lo que compartimos.

No iba a rendirme.

Dando un paso hacia ella, sin alejarme ni un milímetro, dije lo que mi corazón pedía a gritos.

—Lo entiendo, Isa. Y sé que lo que te hice fue injusto. Pero yo no quiero perder esto. No quiero perderte. Tú… tú me haces sentir algo real, algo que no he sentido en mucho tiempo. Y no importa lo demás. Lo único que importa aquí es lo que nosotros somos, y lo que podría ser.

Isa no dijo nada, pero pude ver en su rostro que estaba luchando con lo que sentía. Estaba tan cerca, y a la vez tan lejos.

Entonces, me acerqué más, y, sin pensarlo, tomé su mano, entrelazando mis dedos con los suyos. Era un gesto simple, pero con un peso enorme detrás de él.

—No te pido que me perdones ahora mismo. Solo te pido una oportunidad, una pequeña oportunidad para demostrarte que lo que siento por ti es real.

Ella me miró por un largo momento, y en sus ojos vi la lucha interna. Pero al final, con un suspiro suave, asintió, apenas perceptible.

—Una oportunidad. Solo una.

Mi corazón dio un vuelco.

—Y yo no te defraudaré, Isa. Lo prometo.

Y por primera vez, sentí que tal vez, solo tal vez, estaba empezando a hacer las cosas bien.

~Isa~

Había pasado todo el día intentando concentrarme en mis escritos y en los mensajes de mis seguidores, pero algo no dejaba de rondar en mi mente: Jay. Mi corazón estaba dividido. Me había dejado llevar por sus palabras y gestos, pero la duda seguía ahí, como una sombra persistente. No estaba segura de si debía abrirme por completo a lo que parecía ser una historia con él, algo que de alguna manera se sentía más grande que yo.

Esa tarde, mientras grababa un nuevo video para mi canal, intenté centrarme en mi trabajo. Mis padres siempre me decían que fuera honesta con mi audiencia, pero ¿cómo iba a hablar de amor cuando yo misma estaba tan perdida en él?

Casi al final del video, cuando ya pensaba que estaba a punto de terminar, vi la notificación en mi teléfono. Era un mensaje de Jay.

"Isa, te voy a recoger a las 7. Te tengo una sorpresa."

Mi pulso se aceleró al instante. La sorpresa de Jay. ¿Qué podía ser ahora? Tal vez podría ser un gesto bonito, algo que me hiciera entenderlo mejor. Pensé. En algún rincón de mi mente, lo deseaba.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.