Salgo del set con las piernas temblorosas y me dirijo directamente al camerino, como si fuera mi búnker secreto, al menos en lo que dura este bloque hasta el corte siguiente en que puede que mi lugar seguro sea invadido. Cierro la puerta, me tiro en el sofá y respiro hondo. ¡Lo hice! Mi primera columna en vivo. ¿Pero a qué costo? Estoy segura de que todo Ohio ya está preparando memes de mi actuación, que mi madre está dando explicaciones a sus amigas respecto de por qué mi primer día fue un absoluto caos y que los productores están redactando mi carta de despido mientras intento disfrutar hasta el último segundo metida aquí dentro. Bien hecho, Love. Años de preparación para terminar convertida en un GIF en Twitter. Me tapo la cara con las manos de la pena y el coraje que se revuelven en mi interior.
Empiezo a repasar mentalmente cada momento. Jaxton riéndose a carcajadas metiendo cizaña en el asunto, Chloe lanzando miradas asesinas con sus pestañas kilométricas e intentando insultarme usando el disurso de body positive para hacerme sentir negative con su body perfective… ¿Habré metido la pata demasiado? ¿Me pasé con lo de tratarla como a una boba? ¡Claro que me pasé! Chloe va a enviarle un rayo láser desde sus ojos de Barbie perfecta directamente a mi currículum con este numerito público que me he montado.
Me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas en círculos por el camerino, como si eso fuera a resolver algo porque realmente no quiero marcharme y aún no me puedo hacer a la idea de que una tipa como Chloe me esté arruinando el sueño de mi vida. Quizá debería quedarme aquí hasta que todos se vayan. Podría vivir en este camerino, esconderme entre las pelucas y las latas de laca para el cabello. ¡Podría hacer una fortaleza! O ser el fantasma del camerino del prime time.
Justo cuando estoy considerando cómo podría vivir aquí sin que nadie lo note, escucho un suave golpe en la puerta. Mi corazón se detiene. ¿Será Chloe con su ejército de secuaces glamorosos, lista para exigirme una disculpa pública? Me armo de todo el valor que encuentro dentro de mí y abro la puerta.
Es Lyle, uno de los productores que me entrevistó. Su largo cabello en una coleta y sus ojos tras unas gruesas gafas le confieren un estilo particular.
—Love, ¿puedo pasar?—pregunta con tono tranquilo.
—Claro, claro, adelante—respondo como si fuese la dueña de casa. ¿Las cartas de despido siguen siendo en papel o me la enviaron por e-mail?
Lyle entra y se sienta en el sofá, mientras yo me dejo caer en la silla frente a él. Al menos no se muestra decidido a darme una bofetada para hacerme espabilar. No estoy segura si me va a despedir o a darme una charla de cómo hacer predicciones meteorológicas menos ofensivas.
—Mira, Love—empieza, cruzando las piernas— solo quería decirte que... lo que hiciste hoy fue…—Inmaduro, reactivo, desesperante, inoportuno, torpe, estúpido, ¡solo dilo de una vez!—. Fue excelente.
—¡Lo sé, es que yo solo…! Un momento, ¡¿Perdón?!—parpadeo, totalmente atónita. ¿Dijo “excelente”? ¿No es este el momento en que me entrega una caja para empacar mis cosas que aún ni siquiera he desempacado al llegar con mis dies minutos estelares por programa?
—Sí, fue brillante. La audiencia está encantada. Me han llegado mensajes pidiendo que repitas la columna mañana y que incorpores tu opinión. Están expectantes, Love. —Me mira con una sonrisa que parece genuina, y yo... yo estoy esperando que alguien salte de detrás de una cortina con una cámara oculta.
—¿En serio? —logro decir, aún sin procesar nada. ¿La audiencia encantada? ¿Quiénes son estas personas y por qué no son los habitantes de Ohio criticándome en línea? Ya lo sé, es probable que mi madre haya montado un plan de contingencia con un grupo de WhatsApp multitudinario juntando a todos nuestros vecinos y familires y lo esté llevando a cabo ahora mismo. Como sea, decido valerme de esto.
—Sí, y mientras mantengas ese tono digno y elocuente... —me dice, pero al ver mi cara de confusión, añade— lo que hiciste hoy. El tono fue perfecto: mordaz, pero con clase. Lo queremos mañana. ¿Puedes hacerlo?
¿Realmente está hablando de mí? Bueno, eso es cierto, intenté mantenerme digna y regia durante toda la lanzadera de misiles.
—Claro, claro, puedo hacerlo—respondo, sintiendo cómo el sudor frío se transforma en puro alivio. Lo hice bien. ¡Lo hice bien! O quizá debería esperar a que me diga ¡olvídalo, boba, fue una estupidez, largo de mi programa ahora!
Sin embargo, mis peores predicciones no suceden.
Lyle se levanta para salir, pero antes de irse, me da una palmadita en el hombro.
—Ah, y trata de no asustar demasiado a Chloe. Aunque... —me mira de reojo, con una sonrisa cómplice— la dinámica funcionó muy bien para los números de audiencia y la gente apoya mayoritariamente tu postura, que, dicho sea de paso, le diste una lección y una buena imagen de nuestra empresa al no avalar su discurso.
Cuando Lyle se va, me quedo ahí, sentada en silencio, procesando lo que acaba de suceder. Ok, Love. Lo lograste. No te despidieron. En realidad, les gustó, pero no olvides que ha sido de pura casualidad. Me dejo caer en el sofá, pero antes de que pueda disfrutarlo, escucho ruido en el pasillo. ¡Es Jaxton y Nerea, la compañera conductora! Están riendo, probablemente todavía comentando lo que pasó al aire.
Dios mío, tengo que escapar. Me levanto rápidamente, como si estuviera en una película de espías. Mi plan es simple: evitar cualquier interacción social incómoda. Me acerco a la puerta, entreabierta, justo cuando veo a Jaxton acercarse. ¡No, no, no!
Me giro y, sin pensarlo, salto detrás del biombo en la esquina del camerino, rezando para que nadie se fije en la parte de mi trasero que claramente sobresale. ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
—Love estuvo excelente y no me sentí cómodo de tener que avivar el fuego—oigo la voz de Jaxton desde la puerta haciendo el comentario a Nerea, y me quedo completamente inmóvil, como si de alguna manera eso me hiciera invisible.