Llegamos a la locación y todo está preparado: luces, cámaras, acción. Vicky y su equipo de chicas empiezan a hablar sobre su nuevo espectáculo como si estuvieran recitando poesía. Yo intento seguirles el hilo, con mi micrófono, sonriendo y asintiendo como si estuviera totalmente en control. Admito que no es en absoluto la clase de noticias sobre cultura y espectáculos que me gustaría cubrir, pero tiene su mérito ya que las chicas son buenas en lo suyo y me caen bien, pero mi paz mental se ve advertida por el hecho de que “intentarán desestabilizarme” desde el set. ¿No pueden simplemente anunciar una noticia con seriedad ya que para eso son un programa de noticias? Claro que no son cualquier programa de noticias sino uno de los más importantes con los que cuenta la Televisión nacional y de alguna manera llegaron a ocupar el rango que están ocupando en la actualidad y es que la audiencia los eligen porque no solo dan noticias, también montan todo un espectáculo en el cual he terminado metida. Sino no hubieran contratado un prestigioso actor para el prime time ni a una figura como Nerea quien es una mujer bella, inteligente, filosa con sus palabras y con una inteligencia brutal en esto de las apariencias.
—Love—me espabila una vocecita desde el auricular—, queremos que entres en una pequeña… discusión—me dice Lyle, el productor, desde la cabina en el estudio mientras mi cabeza se divide entre lo que me indican desde la conducción y lo que escucho que me dice Ofelia, mi nueva amiga drag del equipo de Vicky—. Ya sabes, algo entretenido. Que se note que haya discusión.
Trago grueso, claramente dubitativa. No puedo entrar a discutir con la producción ahora mismo, pero el debate entre mi moral y las normativas de la ética profesional están batallando en este instante dentro de mí al tiempo que siento que realmente quiero, quiero con todo mi corazón prestar atención al discurso cargado de entusiasmo de Ofelia, pero Lyle insiste en mi oído:
—Hazles un par de preguntas incómodas. Que se caldee un poco el ambiente y eres la mejor en esto—añade como si fuera lo más natural del mundo.
¡Genial! Ahora no solo soy reportera, también soy el payaso del circo. Respiro hondo y trato de mantener la compostura mientras miro a las vedettes.
Ofelia señala a Vicky mientras intento volver a Tierra:
—Todo se lo debemos a nuestra alma mater, la cabeza en todo este trabajo a quien admiro con el corazón. ¡Me siento tan feliz de ser parte de este espacio! Nos concientiza constantemente de nuestra imagen, nuestro carisma, la preparación artística.
—La imagen—digo, tratando de atar cabos entre lo que se me pide y lo que yo espero de mí—, es importante en el mundo del espectáculo y de un show de vedettes. ¿Cómo es la rutina para sostener esa imagen?
Le pongo el micrófono a Vicky ya que sería mucho más llamativo tener un poco de salsa de la cabecilla:
—Todo es cuestión de disciplina, ejercicio, purpurina y labiales intensos.
—Vaya, se nota que trabajan mucho, ¡esfuerzos que valen la pena!
—Aunque tenemos una sociedad que asimila que todos los cuerpos son bellos, mi querida Love—contesta Vicky y percibo un suspiro al auricular.
—No está funcionando, Love—. Creo que el auricular me está haciendo sangrar los tímpanos—. Escucha: Chloe está al aire. Te va a tirar una puntita. No te enojes demasiado, síguele la corriente.
Caray, caray, caray, no puede ser.
De repente, escucho la voz de Chloe.
—¡Wow, Love, qué valiente! Hacer preguntas tan directas sobre lo mal que está tener un cuerpo trabajado en estas eras. Son épocas donde la gente decide cómo cuidar su cuerpo, no debes martirizar a las chicas, cielo.
Me trago las ganas de tirar el micrófono y huir.
—Gracias, Chloe. Aprecio tu… sinceridad—digo con una sonrisa que es mitad sarcasmo, mitad “te voy a estrangular apenas te vea por prestarte para eso”—. También la idea de que es saludable no solo en el físico sino en la mente saber en qué condiciones llevar nuestro aspecto. ¡Las decisiones son libres, incluso de dar el clima con un escote tan amplio! Nadie va a juzgarte.
Las vedettes se ríen entre dientes, como si acabara de corresponder a la perfección en la trampa. Pero yo no soy de las que se rinden fácilmente.
—Hay una realidad que sí, me gustaría compartir—interviene Vicky y agradezco al cielo que quiera tomar la posta—. Me gustaría añadir y en parte también como respuesta al comentario de nuestra querida Chloe Bommer y es que las eras parecen haber cambiado, aunque solo en discurso ya que las que trabajamos en esto sabemos lo exigente que tiende a ser la escena artística. Pero no nos quito responsabilidad. Aún así la elegimos. Y elogiamos a quienes deciden llevarlo a su manera transitando sus propios espacios
La sonrisa de Vicky se congela por un segundo, pero recupera su compostura rápidamente.
—Oh, sí. El público ama la honestidad… como la tuya—le digo desde el corazón y todas aplauden. Vicky y Ofelia me abrazan y termina siendo una nota que realmente consigue enternecer algo dentro de mí.
Tras cerrar la nota, me despido de las chicas con una sonrisa, pero por dentro siento que acabo de sobrevivir a un campo de batalla con frentes enemigos por todas partes.
—¿Qué tal estuve?—le pregunto al técnico quien solo me contesta levantando un pulgar hacia arriba.
Madre mía, qué tensión, ¿siempre será así el trabajo delante de cámara con espacios de exigencias tan severas desde los ángulos más imprevistos?
Cuando regreso al canal, mi corazón sigue latiendo como si acabara de correr un maratón. Para mi sorpresa, es Lyle con Ulises y otras dos chicas de producción quienes me reciben con aplausos.
—¿Pero qué…?
—¡Estuviste genial, Love!—me dice Lyle al terminar la emisión del noticiario—. La audiencia está encantada. Te necesitamos más así: digna, pero con chispa.
Digna, pero con chispa. Es oficial, soy la Barbie Curvy del canal.