[d]anger

3

3 años antes.

Los tres hombres de piel morena se encontraban en una cómoda sala de estar riendo por algún chiste que el hijo menor, Esteban, había hecho.

Oscar, el padre de Esteban y Antonio, se encontraba en medio de ambos y sobre su cabeza se encontraba colgado el retrato de una bella mujer de la cual resaltaban sus ojos de un azul tan intenso como el cielo antes de caer la pesada noche, su piel morena y cabello rizado lograban hacer un contraste tan hermoso que nadie podría creer que ella hubiese existido a no ser por sus hijos, pues uno había heredado ese cabello, mientras que el otro los hermosos ojos azul eléctrico de su madre.

Una chica alta entró a la pequeña sala interrumpiendo la conversación de aquellos tres, con una sonrisa tímida agachó un poco la cabeza en modo de saludo y, dirigiéndose a Oscar Casillas, habló:

-Buenos días, señor - El mandatario de los asentamientos le regaló una amplia sonrisa a la chica, era nueva y aún se mostraba tímida frente a ellos, en especial frente a Antonio, su hijo mayor - Hay una llamada en el teléfono para el señor Antonio.

Oscar miró sorprendido a Antonio, a lo que él contestó con un encogimiento de hombros.

-No tienes porqué llamarme señor, Linda - Antonio se levantó de su sillón y se acercó a la chica, para luego besarle la frente y pasar a su lado en dirección al estudio, donde se encontraba el teléfono.

Oscar comenzó a reír entre dientes mientras negaba con la cabeza e invitó a sentarse a la chica de nombre Linda, la cual obedeció con las mejillas más sonrojadas que de costumbre.

-Veo que eres más joven que la media de trabajadores. - Linda agachó la mirada y asintió - si no es intromisión, ¿puedo saber el porqué de ello?

Mientras en el salón Linda hablaba con el mandatario Oscar sobre la crisis económica que sus padres estaban pasando, Antonio hablaba por teléfono en el estudio de la casa con Kisub Hang; no tuvo que pasar mucho tiempo para que Linda comenzara a llorar y el mismo Oscar decidiera ir por un poco de papel higiénico para ella, pero se detuvo al escuchar la voz de su hijo llena de miedo.

-Es que yo no puedo hacerle eso, mi padre, él es... -Un corto silencio se hizo presente mientras que la persona que se encontraba del otro lado del teléfono hablaba -Sé que firme un contrato, pero nunca imaginé que me pedirías algo como esto

El más grande de los Casillas no entendía nada de lo que estaba hablando su hijo. ¿Un contrato? ¿Por qué él no estaba al tanto de ese documento?

Nuevamente el chico volvió a hablar. -Una cosa es que quieras limar asperezas, otra muy diferente es que quieras matar a alguien -El silencio volvió a tomar lugar en el monologo del joven -Pero, ¿por qué? El trato era que cuando mi padre muriera todo esto tomaría marcha, sin embargo, no hay ni asomo de alguna enfermedad.

Para Oscar eso fue suficiente para que un dolor en su torso naciera, sabía que no era un paro cardíaco, era decepción por causa de su hijo.

Camino de regreso a la gran sala donde Linda y Esteban se encontraban platicando,  pero  no entró, solo aviso que iría a dormir.

Kisub Hang y Antonio.

"...cuando mi padre muriera..."

"...quieras matar a alguien..."

El mandatario de los asentamientos Delton tenía que tomar una decisión, y tenía que hacerlo rápido.

Su hijo o sus asentamientos.




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