Escuchar esas palabras me hacen sentir vulnerable, me dejan ida... porqué sé ve decidida y no le conozco... no se parece en nada a la dulce chica que conocí...
—Anette... era parte de nuestro trato... ¡teníamos un trato!—alzó mi voz y comienzo a desesperarme.
Me voltea a ver, sonríe y se burla. —¡Cállate, perra! Ese grito tan femenino... fue cool. Se siente extraño decirte eso... decirle eso a lo que una vez fue mi cuerpo—levanta su ceja y observa al horizonte, luego levanta sus hombros. —Como sea... escucha, mi historia es interesante—exclama con emoción.
Yo solo le observo, mi rostro refleja desesperación y solo pido que de algún modo cambie de opinión.
Se pone de pie. —Hace años tú abusaste de una chica de 16 años... ¿Recuerdas?—centra su vista en mí. —No creo que lo hayas olvidado... pagaste millones por cubrir toda tu mierda, y no fue la única chica a la que se lo hiciste... supongo que el poder y tenerlo todo te hace sentir una mierda de persona—sostiene su vaso. Voltea conmigo y sonríe. —Tu personalidad me está consumiendo...—ríe. —Bueno—rueda sus ojos mientras coloca el vaso sobre una mesa y lo observa. —Esa chica de 16 años, fue un caso que sonó un poco, luego se apagó el fuego mediático. De nombre Brenda—afirma para voltear a verme.
Retrocedo un poco. —No puede ser...—atinó a decir mientras recuerdo esos años.
Sonríe. —Ya recordaste... Brenda es mi prima, ella terminó yendo a terapia... le destruiste su vida... arruinaste su adolescencia y de paso su juventud—informa mientras camina hacia mí. —Así que comencé a seguirte... te investigue, todo sobre ti. Donde naciste, donde creciste y cuando escapaste de casa... tus peleas con tu familia, tu escalada hacia la cima... Admito que es una buena historia, pero yo ya lo sabía todo, cuando logré convertirme en tu amiga, solo era cuestión de tiempo para que pudiera devolvértela... jamás creí que los astros se alinearan...—explica mientras comienza a reír. —Pero quizás el universo quiere que pagues... y lo pagarás, te lo puedo asegurar—con su dedo índice me apunta hacia mi pecho.
Le escuché con atención. —Por favor...—me pongo de rodillas. —Te doy todo lo que quieras, pero volvamos a la realidad. Solo eso pido... lo que sea, pero no puedo quedarme así—le imploró mientras da unos pasos hacia atrás, solo mirándole desde arriba mientras yo me estoy humillando.
Me ve con placer. —Si puedes quedarte atrapada, y lo harás—expresa con esa voz que alguna vez fue mía. —Cuando pase el tiempo... no podrás volver, quedarás como una chica—se inclina un poco hacia mí. —Juré una vez que haría lo que fuera necesario por vengar a mi prima—agrega con firmeza.
No sé qué hacer... solo estoy como una chica indefensa. —Me humillarás, está bien. Perdóname por todo el daño que cause... me arrepiento como no tienes una idea, en estos momentos deseo volver en el tiempo—intentó convencerle mientras sollozo.
Me ve y acaricia mi mejilla. —No llores, nena. ¿Recuerdas cuando mi prima te pidió que pararas?... ¿Recuerdas que te imploró... que dejaras de extorsionarla? Tu usaste sus fotografías... amenazaste y no te tentaste el corazón—toma mi mentón. —Le hiciste su vida imposible, te burlaste y la humillaste aún después de lo que hiciste... te sentías muy hombre...—me ve con una expresión de sorpresa que de inmediato se convierte en burla.
Solo siento mis lágrimas caer de mis ojos. —Si pudiera cambiar algo, lo haría. Te lo juro—tomó una de sus manos con fuerza. —Soy una persona y cometo errores—cuestionó.
Ella se aparta con fuerza. —No lo creo, le hiciste lo mismo a más chicas—encoge sus hombros. —Sabes que es curioso... que logre engañarte y encima... que tus ideas locas te perjudicaron y fue como un regalo que cayó del cielo... solo puedo decirte: gracias, chica—guiña el ojo.
Grito de coraje y formó en ambas manos con un puño, para golpear contra el suelo del enojo que siento. —¡Maldita....!—gritó con todas mis fuerzas.
Él me observa mientras se sienta en la silla y bebe de su vaso. —Has berrinche pequeña...—asiente con su cabeza. —Wow... en serio que yo esperaba la menor oportunidad, pero jamás creí que algo como esto, tan fuera de lo común, pasaría. Gane...—exclama victoriosa. —¿Sabes que es lo mejor de esto?...—inquiere mientras me ve en el suelo.
No contesto nada. Solo le observo con atención a lo que dirá. —Que no puedes decir nada... o morirás. No creo que quieras morir...—levanta su ceja derecha. —Y sobre el dinero... puedes quedarte con lo que me habías dado, porque no te daré más—con su dedo índice lo recalca, moviéndole en tic tac, negándome. —Ya es un premio que te quedes con mi cuerpo... te aconsejo que lo cuides y sepas sobrevivir, como una chica...—exhalas aire mientras me observa.
—No puedo creerlo...—me pongo de pie y veo al suelo. —Se que me merezco un castigo, pero esto es demasiado—murmuró.
Me da la razón. —Créeme que ni yo en lo creo... pero así es la vida—me contesta con una voz tranquila. —Ahora vete... me gustaría quedarme para ver cómo te va... pero tengo que irme. Suerte en tu nueva vida, Anette—se despide con su mano.
Suspiro. —Lo siento, en serio...—me resignó y salgo hacia el exterior. Camino un poco, pero antes de tomar rumbo a mi próximo destino, volteó a mi espalda y veo la casa que una vez fue mía. —No puede ser—exclamó para continuar mi camino.
Estoy sobre la acera y solicitó un servicio de Uber con la única persona que sabe el secreto y puede ayudarme... no me quedaré así sin hacer nada.
Al cabo de unos minutos, el auto llega por mí y me lleva a mi destino.
Fue este el camino pensamientos sobre el pasado se hacen presentes, el arrepentimiento está más que presente en mi mente. Pienso en querer volver en el tiempo y cambiar algo... luego pienso en lo irreal que es todo esto, como una pesadilla... de la cual quizás voy a despertar...