—Excelente trabajo, Anette—expresa la maestra cuando salimos del salón de clases.
Kevin se coloca a mi lado después de escuchar eso. —Si supieran que te ayudaron—murmura.
Me hace reír. —Cállate, Kevin—contestó mientras acomodo mi mochila.
—¿Y qué era eso de lo que querías hablarme? Ya estamos en receso. Así que puedes contarme y tendremos tiempo suficiente—comenta mientras nos acercamos a una banca, donde los demás universitarios suelen comer.
Sonrió. —Sí, claro—tomó asiento y él igual. —El otro día fui a ver unas casas en renta, más bien a buscar casas—sonrió. —Y me encontré con un chico, agradable...—asiento y volteó a ver la expresión que hace, una un poco coqueta.
—Y te gusto. ¿Verdad?—inquiere.
Niego y rio. —Es un chico agradable, nada más. Al punto que voy es que ya conseguí casa en renta, tengo dos opciones...—aclaró mi garganta.
Él me mira con una sonrisa. —No creo que sea lo que estoy pensando, y sí es así... me vas a sorprender—hace una expresión de impacto.
Suspiro. —Pues no lo sé. Pero la casa en renta que su tía tiene, en $450 dólares, está súper cool... o sea, es grande y tiene todo... el precio es normal, pero tengo otra oferta que no puedo rechazar... y es en la que centró mi atención...
Me ve fijamente. —Aquí vamos...—asiente.
—Él me ofreció por 50 dólares vivir en su casa...
Kevin ríe. —Si era lo que pensé... vaya. Me sorprende que accedas a esta con otra persona en una casa, y encima que no lo conoces—destaca él un poco desconcertado.
Yo rio. —Cambie... es normal. Pero antes de que todo suceda, iré conociéndole, no me mudaré con alguien que no conozco...—respondo mientras le veo sacar su comida.
Él sonríe. —Con esos cambios bruscos que tienes, ya se puede esperar cualquier cosa... pero volviendo al tema. ¿Cómo es el chico?... ¿lindo? No creo que nada más así te vayas con él—expresa con incredulidad.
Bailo mis ojos. —¿Tiene que estar guapo o que yo tenga una relación con él?... solo es un chico al que conocí y ya... le conoceré y me mudaré con él tal vez, no es nada seguro... no me veo en una relación—declaró mientras abro un paquete de galletas y observo a los demás universitarios transitar por frente nuestro, algunos charlando, estudiando y en sus smartphones.
Kevin sonríe mientras me ofrece de su comida. —Sí, claro... desde que no tuvimos clases, o sea... el jueves. Volviste extraña al siguiente día, seguro ya te traen de enamorada, pero no pasa nada. Está bien... ya te hace falta un novio—comenta.
Yo me niego a lo que me ofrece y rio. —Solo es una salida entre amigos, y ya... algo así como cuando tú y yo salimos—me quedo estática después de esas palabras, mientras pronuncio viene a mi mente algunos recuerdos fugaces de memorias con Kevin, es extraño. Se siente diferente a lo que he sentido a lo largo de mi vida, puerto percibir sensaciones y como si en verdad hubiese estado ahí.
Él mueve su mano de un lado a otro frente a mis ojos. —Hola... ¿Anette?...—ríe mientras que yo le ponga atención.
Sonrió y me vuelvo a centrar. —Perdón. Recordé una de nuestras salidas—comentó con extrañeza y a la vez felicidad.
Él sonríe. —Precisamente eso dije. No hemos salido ya en unas cuantas semanas...—menciona mientras continúa comiendo.
Yo rio. —El jueves salgamos... o el fin de semana. Mañana martes saldré con Daniel, ¿a donde? No sé aún—comentó.
A él parece agradarle la idea, tiene comida en la boca al mismo tiempo que Ivannia se acerca a nosotros. —¿Que hay, chicos?—saluda.
Yo apenas voy a responder, pero por arte d magia mi mejor amigo ya no tiene comida en su boca y veo que está listo para hablar del chisme. —Nuestra amiga está enamorada...—contesta.
Ella voltea a verme. Yo solo ruedo mis ojos después de escucharle. —Ay, solo porque saldré a una cita con un chico. Necesito conocerle antes de mudarme con él, o siquiera pensarlo—agregó para evitar la confusión.
Mi amiga solo está sonriendo, también se extraña.
Yo alego. —¿Qué? Es un crimen salir con un chico o qué?... no entiendo sus reacciones—continuó comiendo mis galletas.
Ivannia sonríe. —Es que siempre mencionaste hasta el cansancio, que no te mudarías con un chico que apenas y conoces. Siempre lo dijiste... por eso nos sorprende que cambies de parecer, supongo que está muy guapo para que te haya cambiado de opinión—bebe de su jugo.
Yo suspiro y levanto mis manos. —¡Cambie! Somos humanos y se vale tener distintas opiniones... cambiar de parecer es válido—contestó un poco cansada de la conversación. —Y bueno... ustedes son mis amigos, les cuento porque nos tenemos confianza... además se supone qué...
Kevin me interrumpe. —Sí, solo estamos bromeando. Pero mi consejo es que no confíes tanto en él, apenas y lo conoces... haces bien en conocerle primero—comenta sin seriedad mientras come rodajas de manzana.
Ivannia asiente. —Sí. En estos días no hay que confiarse... primero sal con él y conócele un poco, ¿que es lo que sabes de él?—me pregunta.
En realidad sé mucho de él, al menos casi de toda la vida pero entiendo que quizás cambió en los últimos años, aunque no tanto, siempre se conserva la esencia de nuestra niñez y adolescencia y por lo general eso marca la juventud... y juzgando por lo que le mire y hable con él, ha cambiado poco.
—Es un chico agradable, le agregue en WhatsApp y se donde vive. Pues yo fui quien apareció frente a su casa y le interrogó, creo que él tiene más razones de desconfiar de mí—contestó mientras abro la botella de agua para hidratarme y esperar que me contesten mis dos amigos, se voltean a ver en uno al otro después de que hablo.
Ivannia sonríe. —Es cierto. Tú fuiste quien le encontró, pero no por eso debes confiarte, aunque si despeja un poco mis dudas... ¿tú qué opinas?—voltea con Kevin.