—Las estrellas son lindas—expresa mientras observa por el video del auto.
Le observo. —Sí, son bellas. Me gusta mucho observar. ¿Crees que influye que estamos en una montaña y por eso la contaminación lumínica está menos presente? Porque podemos apreciar con claridad cada una de ellas—inquiero antes de morder a mi pan.
Ladea un poco su cabeza. —Yo creo que sí. He venido aquí un par de veces, y me hago esa pregunta. Ya que como dices, aquí se aprecia mejor la noche—sonríe y continúa observando al frente. —Y sobre tu guitarra, la que me enviaste en fotografías. ¿Qué tal va todo?—pregunta
Volteó a verle. —Creo que todo va bien—comienzo a reír. —Aprendo bien y... mi canción estará lista. Creo que será algo lindo—expresó.
Siento su mirada. —Es agradable tener una amistad con la cual puedes compartir cosas que te gustan, o disfrutas. Pasatiempos que antes solía vivir a solas... y es cool. Pero después de un tiempo, sientes esa necesidad de alguien a quien contarle tus cosas privadas. Tus problemas... tus anécdotas; disfrutar de noches observando las estrellas. Creo que eso no tiene precio y es lindo—declara mientras intercambiamos miradas.
Le regalo una sonrisa. —Te comprendo a la perfección. Disfrutar de un pasatiempo con alguien más, es... algo hermoso. Siempre que se pueda compartir una cosa con alguien, será lindo. Aún mejor sí es la persona correcta—agregó. —Yo soy hija única. Pero la compañía de mi mejor amiga y mi mejor amigo es como si tuviese hermanos, pues a ellos les cuento muchas cosas—sinceramente eso de contar muchas cosas creo que es cierto, pues a mí mente vienen muchos momentos con ellos. Y sí no es así, poco a poco me moldeo a cómo son ellos.
Exhala aire. —Tu amigo es agradable, me causó un poco de risa como parecía hablarte o decirte algo después de mirarme...
Sonrió con algo de vergüenza. —Sí... es qué... él a veces es un poco extraño. Pero Kevin es mi mejor amigo, al igual que Ivanna. Creo que lo que a él le preocupaba era que quizás no lo iba a llevar a casa—comienzo a reír.
—¿Siempre se va contigo y lo llevas a casa?—interroga él y sostiene su bebida.
Confirmo. —Sí. Siempre suele irse conmigo, camino a casa pasamos y lo dejamos—expresó.
Continuamos la noche charlando un poco de temas relacionados a la escuela. Intento que me saca más de su vida pasada, pero me es muy difícil que hable al respecto, es como sí no fuera relevante, o quizás no soy merecedora aún de saber tanto de él.
Las fotografías que tomé las he subido a redes sociales, principalmente a mi Instagram, realmente me encantan como esos focos de luz se iluminan en el cielo, logré captar la magia con mi iPhone y además de eso, es un momento inolvidable; pues igual me tomé una fotografía con él. Algo para guardar para el recuerdo.
Estar de nuevo conviviendo con mi mejor amigo, en el mismo auto y charlando, es aún algo difícil de creer, sobre todo después de todas las cosas que pensábamos el uno del otro. Sí él supiera que la chica que delante suyo, y en la cual cada vez confía más, fue alguna vez su amistad más cercana... no me imagino la cara que pondría.
Puedo notar que él está muy relajado cuando estamos aquí. La plática amena y la comida es el plus en nuestra noche.
Llegando ya las 9:30 de la noche tomando camino a mi casa, pues mi madre me especificó que estuviera antes de esa hora.
—¿Y entonces?... ¿cuando quieras que vaya a tu casa para cenar?—me pregunta cuando él conduce. —Hoy es jueves. Puede ser mañana o la próxima semana—agrega con una voz suave.
Yo suspiro y medito. —No se cuando será un buen día para que vayas. Igual lo hablaré con mi madre, mañana... no lo sé. Y el fin de semana quizás salga con mi mejor amigo, aún no es seguro... pero quizás sí estaría mejor que fuese la próxima semana—respondo mientras guardo la caja de donas. Colocando l basura en su lugar y dejando todo listo.
Sonríe. —Cuando tú gustes, Anette. Solo avísame con tiempo.
Me percato que estamos cerca de mi casa. Tomo mi iPhone y me preparo para bajar. —Fue una linda noche, algo no planeado fue lo mejor que he tenido en un buen tiempo. Muchas gracias—besó su mejilla. —Al contrario, gracias a ti por estar aquí. Cuídate y linda noche—me contesta y en su semblante puedo ver lo feliz que está.
Bajo del auto y me despido con mi mano, para después caminar directo a mi casa.
Ingreso y veo a mi madre en la sala, voltea a verme y se alegra. —Llegaste, hija—expresa.
Yo me acerco hacia ella. —Hola, mami—tomó asiento frente a ella.
Baja el volumen de la TV. —¿Y como estuvo tu cita sorpresa?—coloca la palma de su mano en su mentón.
Yo ruedo mis ojos y bajo un poco la mirada. —Fueron pocas horas, pero se sintió bien. Pasar tiempo con Daniel es relajante, además que podemos charlar de casi cualquier tema...—contesto a su duda y extiendo mi mano para tomar una galleta de la caja que ella tiene abierta en el centro de la sala.
Ella me mira con curiosidad. —Tu papá no le agradó mucho que su princesa se fuera sin avisar. Creo que está arriba, aunque no sé sí ya está durmiendo...por sí quieres ir a verle—expresa.
Asiento. —Claro, está bien. Iré con él—me pongo de pie. —Ya vuelvo...—avisó con una voz tierna y dulce.
Camino a las escaleras para ir con mi padre. No lo sé, yo nunca había tenido un vínculo tan cercano en el aspecto de familia. Rara vez se preocuparon por mí, no era como que llegara a casa y fuera a saludar a papá o mamá. Y quizás les daba igual sí yo llegaba, así que meh.
Aquí es todo lo opuesto, me tratan como una princesa. Desde mi madre y padre, hasta el chico que anda detrás mío, que alguna vez fue mi mejor amigo. Curioso como todo el mundo cambió, y quizás no es algo de sexo, pues por lo poco que veo en la familia de Kevin, le tratan excelente y tiene una vida de ensueño.